Cuando el ritmo de trabajo se vuelve más lento, podría encontrarse a la deriva –incapaz de entusiasmarse por las tareas que debe hacer, moviéndose con más lentitud de lo usual, quizá leyendo artículos y viendo videos que no sean particularmente relevantes para su trabajo.
Todos sentimos estas fluctuaciones. La mayoría de las personas pueden enfocarse en terminar el trabajo durante los periodos de alta demanda. Sin embargo, el cómo maneje los baches también influye en su productividad y felicidad general. Como instructora del manejo del tiempo, suelo aconsejar a las personas sobre cómo aprovechar al máximo los tiempos más lentos en el trabajo. He aquí algunas estrategias:
Haga un plan. Cuando la presión se apaga, es fácil dejar que cualquier pequeñez lo distraiga. Podría dedicarse de más al correo electrónico, divagar en internet o enfocarse en labores o temas poco importantes. Para contrarrestar esta tendencia, comience cada día con un plan claro. Escriba sus dos o tres tareas más importantes y cualquier otra tarea pendiente más pequeña que quiera realizar. Calcule cuánto tiempo quiere invertir en cada actividad. Este plan puede ayudarlo a convertir un día potencialmente aburrido en una serie de pequeñas carreras.
Desarróllese. Los tiempos más lentos en el trabajo presentan una oportunidad para mejorar toda su vida. Considere actividades de desarrollo profesional para las que normalmente no tendría tiempo. Estas podrían incluir el asistir a una conferencia de su industria, reunirse con un antiguo jefe o tomar una clase virtual. Hará una inversión de tiempo que lo ayudará en su actual empleo o le abrirá puertas.
Avance. Los tiempos tranquilos también ofrecen una oportunidad para adelantar el trabajo administrativo antes de que surjan emergencias. Puede hacer el papeleo o finalmente arreglar esa vieja impresora, de forma que no sea una molestia que le provoque ansiedad ante una gran fecha de entrega. O agende su revisión médica anual en un momento donde tomar un día personal no sea tan complicado.
Construya relaciones. Si usted típicamente declina cuando los colegas lo invitan para almorzar, este es el momento de decir “¡Sí!” Puede conocer a sus compañeros a través del almuerzo, un café o simplemente visitarlos en su oficina cuando no está apresurado. Construir confianza allana el camino para una colaboración efectiva y le da algo de capital de relaciones para los tiempos en que el trabajo es más estresante.
Tome un receso. Los tiempos tranquilos abren espacio para invertir en la vida fuera del trabajo. Salga de vacaciones o agende tiempo fuera de la oficina para re-involucrarse en relaciones personales, quizá almorzando con su pareja o llevando a un amigo a tomar un café.
En lugar de despilfarrar el tiempo cuando está menos presionado en el trabajo, elija mantenerse enfocado. Después reubique su energía hacia actividades menos urgentes, que usted valora, pero para las que nunca tiene tiempo cuando sube la presión laboral. Se sentirá muy contento de lograrlas.
Elizabeth Grace Saunders es fundadora de Real Life E Time Coaching and Speaking.
©HBR, distribuido por The New York Times Licensing Group