Algunos grupos de amigos tienen un ghosteador crónico y su mensaje de "al final no voy" nunca sorprende ni ofende. Pero cuando una persona cercana pasa de un momento al otro a cancelar todos los planes, puede que nos haga sentir inseguros o enojados. Si nos desilusionamos seguido por esta actitud y no decimos nada, el desgaste puede dañar la relación a largo plazo.
Elizabeth Earnshaw es psicóloga clínica especializada en terapia familiar y autora de I want this to work: An inclusive guide to navigating the most difficult relationship issues we face in the modern age (Quiero que esto funcione: una guía inclusiva para navegar los problemas más difíciles de las relaciones en la era moderna). Explicó a la revista SELF la raíz de este problema de la siguiente manera: "En una relación cercana, queremos sentirnos seguros. Gran parte de esta seguridad proviene de que la otra persona se comporte de manera previsible. Si alguien cancela a último minuto, sacude esa sensación de seguridad. Además, puede despertar sentimientos de abandono, rechazo o falta de respeto".
Ahora bien, ¿cómo podemos abordar al cancelador compulsivo? No se resuelve con decir "eh, que fantasma" y seguir con la programación habitual. Earnshaw recomendó tres pasos para actuar cuidando la amistad:
1. Acerarse con curiosidad, no con enojo
Teniendo en cuenta que si entablamos una conversación llenos de ira o resentimiento puede que agobiemos a la otra parte, la psicóloga sugirió que nos aseguramos de tener la cabeza despejada; pasar tiempo con otros amigos, mirar una serie o escuchar música relajante puede ayudarnos a calmar la frustración y entrar en un estado de calma.
Después, podemos saber más sobre lo que pasa trayéndolo a la mesa amablemente, con alguna frase como "noté que últimamente, cuando hacemos planes, tendés a cambiar de opinión o cancelar, y sólo me interesa saber qué pasa". Hay muchas razones por las cuales una persona puede dejar de aparecerse tanto: quizás realmente quiera estar ahí pero está abrumado por el estrés o ansiedad. "Si se trata de una persona que es un gran amigo en todos los demás aspectos pero la cancelación se volvió una traba recurrente, habrá mucho margen para la empatía", explicó Earnshaw.
2. Compartir nuestro lado y buscar alternativas
Después de escucharlos con paciencia y compasión, podes compartir tu propia experiencia. En la serie de Netflix The Bold Type, una terapeuta de parejas daba un consejo para tener discusiones sin herir al otro que siempre recordé por su utilidad y que Earnshaw comparte: en vez de usar frases como "no te importo", usar afirmaciones que empiecen con "siento" o "me siento" ayuda a que la otra persona no se sienta atacada (por ejemplo, "cuando cancelás nuestros planes muy seguido me siento abandonado/a").
Después, llega el momento de pensar una solución que no ponga a nadie incómodo. Esto depende enormemente de las razones de cada persona; es importante dejar en claro que podemos entender cuando alguien está exhausto y no quiere ver a nadie. Siempre que proponemos algo, tenemos que estar listos para entender que la respuesta sea "no". Si, por el contrario, el problema era el plan específico (hola, odiadores de boliches), se puede pensar una alternativa como un plan diurno. Según la especialista, "el objetivo es fomentar una comunicación abierta, algo que probablemente no ocurra si alguien se enoja con la verdad".
3. Planes en función de canceladores crónicos
Si, como planteábamos al principio, la situación no se debe a un problema circunstancial sino al carácter de la persona, primero cabe preguntarse: ¿estás dispuesto a aceptar cómo te impacta su cualidad y mantener la amistad? (Podemos llamar a este paso "abrazar al fantasma".) Si tu respuesta es sí, podes empezar a sugerir actividades que tengan esto en cuenta.
Cuando a un amigo/a no le sale agendar grandes eventos con semanas de antelación y es más de los planes de último minuto, puede que se convierta en uno de esos que ves cuando te mandan un repentino "¿estás en tu casa?". Otro caso común es que se trate de una persona a la que no le gustan los grandes grupos. Si, en cambio, te asegurás de pensar en programas uno a uno, estarías teniendo en cuenta a tu amigo, y lo más probable es que te tenga en cuenta a vos también.