La inteligencia artificial también llega a la música. Una nueva herramienta propone una revolución: su nombre es Suno AI y la revista de los Rolling Stones ya la describió como el “ChatGPT de la música”. Pero, ¿cómo funciona?
Esta nueva aplicación, creada por una startup oriunda de Cambridge (Massachusetts), no exige más que la capacidad de saber escribir un prompt (es decir, una instrucción para que la inteligencia artificial desarrolle lo que vos querés). Puede ir desde un folklore norteño hasta una trap al estilo duki, solo tenés que dirigirlo a través de una descripción.
Y lo comprobé. Al entrar a la plataforma, que ofrece una prueba gratis para todos los usuarios, escribí “una típica canción argentina que hable sobre la magia y la historia de las calles de Buenos Aires” (una instrucción un poco amplia, pero funciona, depende de cada uno el detalle que se especifique para un mejor resultado).
En menos de un minuto, la plataforma desarrolló un tango argentino. Pero no solamente la melodía, sino que una canción completa con la letra de dos versos y un coro. El cantante tenía el estilo de un tanguero que, si bien no era el mismo Carlos Gardel, podría haber sido alguno de sus colegas de la época. La línea de verosimilitud es asombrosamente difícil de distinguir.
Aún se nota que la plataforma no es perfecta. Hay ciertos dejos de imperfección en las canciones como en el color de la voz, los tonos, la combinación de voces, la línea de las melodías, los tiempos. Si lo comparas con cualquier canción en Spotify es evidente la falta un trabajo de producción para perfeccionarlo. Pero podría funcionar como un comienzo para los productores.
La primera prueba que uno hace es solo el punto de partida. Los usuarios pueden pedir solamente la creación de un instrumental, especificar si quieren un producto de un minuto o menos, expandir su creatividad y desarrollar prompts muy específicos. La puerta se abrió y las posibilidades parecen ser infinitas.
Ahora, las preocupaciones dentro de la industria de la música crecen. Al igual que Hollywood decidió mirar con detenimiento la nueva herramienta de OpenAI Sora (que crea videos que podrían empardar una producción de 170 millones de dólares) los productores también están haciendo una pausa para poder evaluar qué beneficios trae y cuál es el futuro de sus trabajos.
De acuerdo con un artículo de Politico, la cuestión principal que preocupa a la industria no es la hipotética fusión entre la inteligencia artificial y la tecnología, sino más bien que se elimine cierto esfuerzo humano en el proceso de creación y la música se reduzca a una “ingeniería de prompts” quitándole la expresión, la espontaneidad y el contexto social que hacen de la música, la música.
El cofundador de Suno, Mikey Shulman, explicó para la revista Rolling Stone que la relación entre los oyentes y los creadores de música es actualmente “muy desigual", pero que Suno puede arreglarlo. Afirmó que el objetivo de esta nueva inteligencia artificial no es sustituir a los músicos, sino conseguir que mil millones de personas estén mucho más comprometidas con la música de lo que lo están ahora.
Sin embargo, Wes David, periodista y músico, reflexionó para The Verge que como artista una parte esencial del éxito se debía a los shows que hacían donde se debía mostrar el talento y también conectar con la audiencia. “Cuando estábamos en nuestro mejor momento formábamos una simbiosis con nuestro público. Es difícil imaginar que Suno o algo parecido puedan conseguirlo”, profundiza dando esperanza a la industria en la era de la IA.