Durante muchos años, Melisa Aita Camps soñó con su "viaje de egresada" de la universidad. El plan era viajar a Europa junto a su novio el 26 de abril de este año. Desde 2016, estaba ahorrando para poder hacer este viaje, pero por la pandemia tuvo que postergarlo.
“Hace cuatro años que no me tomo vacaciones (más allá de pedirme unos días en la oficina y quedarme en casa). Espero poder reorganizar el viaje desde cero para el año que viene. Veremos cómo se desarrolla la pandemia. Todavía no lo reprogramé porque ante el panorama incierto no quiero estar atada a ninguna aerolínea”, dice la joven de 34 años.
Al igual que Aita Camps muchas personas postergaron viajes y proyectos en estos meses. Muchos suspendieron sus vacaciones laborales y siguieron trabajando en un contexto de estrés e incertidumbre.
“Y ahora, ¿cuándo me tomo vacaciones?”. Esa pregunta empieza a resonar con más fuerza. Algunos creen que pedirse días en cuarentena es un desperdicio. Otros creen que sin descanso, no pueden seguir. Lo que la mayoría da por descartado es que este año puedan usar sus días de vacaciones para un viaje.
Viajaba el día que se cerraba la frontera para volver (13/03) y pase los pasajes para Octubre. Ahora prefiero seguir laburando que tomarme los días y quedarme en casa sin hacer nada 🥴
— Guido Adrian (@GuidoAdrian23) June 26, 2020
Pilar Alfaro es miembro de RED/ACCION y durante la cuarentena trabaja bajo la modalidad de home office. Piensa que no tiene sentido gastar sus días de vacaciones para estar en casa y no hacer nada: “Trabajo muchas horas y eso me ayuda a pasar los días. Creo que no me animaría a cortar esa rutina”.
Por otro lado, Mariela Rodríguez nos contó a través del grupo de Facebook RED/ACCION Abierta que ella trabaja en el sistema de salud y no tiene permitido tomarse las vacaciones por la situación de pandemia. “Creo que un corte es necesario y vendría bien”, señala.
La psicóloga y miembro de RED/ACCION Mariela Rodríguez Rech comenta que la cuarenta produjo muchos cambios que repercuten en las emociones y en la salud mental: “El aislamiento nos hace sentir que estamos en un domingo eterno. Los feriados no marcan una diferencia. Todos los días parecen muy iguales. Todo esto genera un agobio importante. En julio siempre se interrumpen las actividades escolares y en ciertos ámbitos laborales uno se puede tomar un receso. Por eso ahora, aparece con más fuerza la pregunta de si nos tomamos vacaciones”.
Según Rodríguez, el teletrabjo y la escuela en casa generaron grandes niveles de estrés. Por eso, considera que un tiempo de reposo ante esta nueva cotidianidad es muy necesario. “Podría pensarse como un corte para hacer algo distinto. Cada persona va a tener que ponerse ingeniosa y crear algo diferente a lo que viene haciendo. Puede ser conectarse con uno mismo o pensar en actividades que no se pudieron llevar adelante hasta el momento. El tiempo que se transita sin grandes variaciones y cambios puede convertirse en una situación de mucho tedio”, explica.
Por otro lado, la psicóloga Marina Rovner señala que hay signos como el bajo nivel de concentración, estar irritable, pensar constantemente en negativo o estar decaído que llevan a pensar que la persona necesita un parate. “Tenemos que asumir que desde el agotamiento no se puede generar algo bueno. Hay que darse ese permiso para frenar sin sentirse culpable”, enfatiza.
Rovener agrega que el mayor desafío es encontrar un oasis dentro de este contexto sin movilidad. Dice: “Con los pacientes estamos trabajando la forma de generar lo que nos generan las vacaciones, pero sin moverse. La clave es encontrar momentos de ilusión, de aventura, divertidos, de desparpajo, novedosos. La idea es salir del aburrimiento y de lo conocido”.
¿Qué dice la ley sobre las vacaciones? Héctor García, abogado especialista en derecho laboral, señala que este aislamiento está representando una mayor carga de trabajo para quienes lo deben hacer en forma de home office. A ello hay que sumarle el trabajo hogareño y el cuidado de los niños.
García lo explica en detalle: “Por lo pronto el artículo 6 de la Resolución MTEySS 279/20 estipula que los días de aislamiento por razones de salud publica no son ni 'vacacionales' ni 'festivos', por ende no correspondería otorgar vacaciones por parte del empleador, salvo que ocurran dos circunstancias. La primera tiene que ver con que el empleado sea quien las solicita porque prefiere percibir salario vacacional y no estar suspendido percibiendo una asignación no remunerativa menor o que prefiera permanecer en su casa sin estar pendiente del trabajo en forma remota. La segunda opción es que esas vacaciones caduquen por su falta de goce en tiempo y forma, como ocurriría con dos tercios de las vacaciones 2019, conforme al criterio de la Ley de Contrato de Trabajo”.
La esperanza de viajar en 2021
A pesar de la pandemia, la expectativa por viajar no se apagó del todo. Algunos reprogramaron los viajes cancelados y otros aprovechan las primeras ofertas que aparecen tímidamente.
🤔 Apenas termine todo esto, ¿te vas a ir de vacaciones?
— RED/ACCIÓN (@redaccioncomar) June 26, 2020
Martha Drovetto, miembro de RED/ACCION, cuenta: “Mi marido y yo tuvimos que reprogramar nuestro viaje. El próximo lunes debíamos salir en una gira para visitar hijos y nietos que están fuera del país. Era una recorrida por varias ciudades de Estados Unidos. Tenemos la esperanza de poder realizarlo en el 2021 y por supuesto que mantendremos los destinos previstos”.
Sobre la imposibilidad de reprogramar los viajes en lo inmediato, Rovner señala que es normal sentirse frustrado. “Hay gente que ahorro muchísimo tiempo para hacer un viaje este año. Lo primero que tienen que saber es que no están solos, que le pasa lo mismo a un montón de personas. En estos casos, lo que se genera es un proceso de duelo, que tiene que ver con algo planeado que no va a pasar. Planear una fecha nueva trae el riesgo de volver a frustrarse”, comenta la psicóloga.
Tomás Revilla Sundblad se iba a ir a Europa un mes durante junio. Ahorró durante un año y medio junto a su novia para hacer el viaje. Ella iba a viajar primero, a fin de marzo, para ir a trabajar a Barcelona. Él iba a visitarla. “En mi trabajo habíamos quedado que antes del viaje iba a renunciar, pero por la cuarentena no me pude ir. Ellos me pidieron que renuncie igual porque no daban abasto. Así que la cuarentena me dejó sin trabajo y sin viaje”, comenta el joven de 24 años.
Revilla Sundblad pidió la devolución del dinero del pasaje porque prefería tener la plata. De todos modos, asegura que ni bien termine la cuarentena, el viaje lo va a concretar.
Llevo meses reprogramando un viaje a ushuaia se mueve al ritmo de la pandemia
— mpasik (@mpasik) June 24, 2020
Las expectativas del sector turístico
Por la pandemia, el mundo de los viajes está atravesando la crisis más profunda desde la Segunda Guerra Mundial. Nunca se había registrado un cambio en la industria tan abrupto ni tan repentino a escala global. Más de 39 países cerraron sus fronteras, 20.000 argentinos se encontraron varados en diferentes países y 10.000 hoteles locales cerraron sus puertas.
“Hoy hay cero trabajo a nivel local y la perspectiva de reapertura en algunas provincias es muy paulatina. Buscábamos no perder las vacaciones de invierno, pero las cosas se complicaron. El turismo es la última actividad que se va a recuperar. Ahora estamos apuntando a trabajar con los gobiernos provinciales para hacer turismo entre esas provincias que están en una situación sanitaria similar”, explica Aldo Elías, presidente de la Cámara Argentina de Turismo.
Elías señala que el sector lleva cuatro meses parado porque desde el 1° de marzo, se suspendieron la totalidad de los congresos y convenciones. Además, se suspendieron por completo los viajes corporativos. “Hoy tenemos los ojos puestos en lo que pasa en Europa. Si la vuelta a la 'normalidad' allá funciona es probable que se reactiven las ventas de pasajes. También, los vuelos de Uruguay a Europa son importantes”, destaca.
Desde las agencias Almundo y Despegar coinciden en que recientemente empezó a reactivarse la búsqueda de pasajes tanto a destinos nacionales como a Europa, El Caribe y Estados Unidos. En las últimas semanas las búsquedas en Despegar aumentaron más de un 40%, también teniendo en cuenta que vienen de meses con facturación cero. En su mayoría apuntan a viajes desde septiembre, y con mayor peso para las vacaciones de verano. La financiación es un atributo muy buscado por los argentinos.
La gerente general de Despegar para Argentina y Uruguay, Paula Cristi, dice: “Es prematuro hablar de tiempos de reactivación porque el escenario sigue siendo de incertidumbre y estamos en uno de los sectores más golpeados por la pandemia. Aunque sabemos que son positivos los indicios de reactivación de la demanda que hemos observado con el aumento de las búsquedas en nuestra plataforma en las últimas semanas, también entendemos que la recuperación será progresiva y lenta: se requerirá tiempo para llegar a los niveles que tenía el sector antes del COVID-19”.
Cristi cree que la reactivación comenzará por los viajes a destinos cercanos. “En primer lugar, porque la coyuntura económica dictará presupuestos más acotados en el corto plazo y luego porque la gente optará por lugares donde tiene mayor conocimiento de la situación sanitaria. En ese sentido, vemos que las escapadas serán lo más demandado en el futuro cercano. Así, el turismo doméstico será de los primeros en recuperarse, lo que será importante además para la reactivación económica, por su efecto dinamizador de las economías regionales”, explica.
Desde Almundo comentan que están trabajando en conjunto con autoridades de gobiernos municipales y provinciales de todo el país para que se pueda volver a viajar tan pronto como sea posible. “Al momento, contamos con el apoyo de ciudades como Bariloche, Corrientes, Chaco, Tucumán, Tierra del Fuego, San Martín de los Andes y continuamos en diálogo con muchas más para que juntos podamos ofrecer las mejores propuestas para realizar en destino”, dice Francisco Vigo, gerente de Almundo Argentina.
Fernanda Cordon tenía tres viajes planeados para este año. El primero iba a ser el fin de semana largo del 24 de marzo. La idea era conocer las Cataratas del Iguazu. El segundo a Resistencia, Chaco, para visitar a su familia y festejar el cumpleaños de su sobrina. El tercero era el 31 de mayo a Río de Janeiro, Brasil. Hoy tiene dos vuelos abiertos, a los que tiene que ponerle una fecha antes de enero y otro confirmado para antes de fin de año.
“Cuando se me canceló el primer viaje sentí resignacion, con el segundo frustración, y ya con el tercero, indiferencia”, dice la joven de 29 años. Y agrega: “Al principio pensaba que a un viaje a fin de mayo iba a llegar”.
Cordon trabajaba para una agencia de viajes. Luego de estar dos meses suspendida con un sueldo al 50%, llegó a un acuerdo y cambió de trabajo. Este mes comenzó a trabajar en una fintech. Explica: “Los meses sin trabajar no los sentí como vacaciones. Sentía angustia y estrés. Cuando sea posible, muchos vamos a tener ganas de viajar para respirar aire nuevo y cambiar la energía. Sentirnos libres”.
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