El domingo se cumplen 10 años de la sentencia de la Corte Suprema que obliga a limpiar la cuenca. En este informe detallamos por qué Acumar, el ente a cargo de la limpieza, asegura que a partir de 2025 se empezarán a notar progresos importantes en el agua y mejoras en la calidad de vida de las personas que viven en su entorno.
“¿Cuánto van a tardar en cumplir la sentencia?”. Eso preguntó cuatro veces el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, en marzo pasado, durante la última audiencia pública convocada por el incumplimiento del fallo que en 2008 sentenció al Estado nacional, la Provincia y la Ciudad de Buenos Aires a sanear el Riachuelo y su entorno.
Los funcionarios de Acumar (Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo) no pudieron dar precisiones pero se comprometieron a hacerlo por escrito. El 31 de mayo, le enviaron a la Corte un informe de 60 hojas en las que detallan cómo y en qué plazos planean cumplir con el fallo.
Este domingo 8 de julio se cumplen 10 años de la sentencia ambiental más trascendente del país y te contamos por qué Acumar asegura que a partir de 2025 se empezarán a notar progresos importantes en el agua del Riachuelo y mejoras en la calidad de vida de las personas que viven en su entorno.
¿Por qué es importante sanear el Riachuelo?
El río tiene 64 kilómetros de extensión y atraviesa la Ciudad de Buenos Aires y 14 municipios de la Provincia. Nace en Cañuelas como río Matanza y se convierte en Riachuelo a partir de Puente La Noria. La desembocadura en el Río de La Plata está frente al barrio de La Boca.
A ambos lados de su curso y en los márgenes de los arroyos que alimentan al Riachuelo viven 4,3 millones de personas. Ellos respiran, caminan y están en contacto con uno de los sitios que en 2013 llegó a ser considerado uno de los 10 más contaminados del mundo, según Pure Earth, una ONG estadounidense que releva el impacto de la contaminación a nivel global.
Consultar el informe que presentó Acumar en la Corte
¿Cuáles son las causas de la contaminación?
Son esencialmente tres. En primer lugar, la descarga de materia orgánica de los vecinos que no tienen cloacas. Luego, los vuelcos ilegales o sin tratar que hacen muchas de las 16.000 industrias radicadas a lo largo de la cuenca. Y finalmente, la basura que tiran el río o en los basurales que hay en los márgenes.
Ese es el problema actual. Pero el Riachuelo empezó a ser contaminado en el 1800, cuando se instalaron mataderos, saladeros y curtiembres a la altura de Lanús y Avellaneda. De hecho hay constancia de que en 1811, Juan José Pasó anunció el primer saneamiento del río. En el sitio web de Acumar se puede ver una línea de tiempo histórica del problema.
¿Cómo evitar que residuos cloacales vayan al río?
Para Dorina Bonetti, presidenta de Acumar, la extensión de la red de cloacas desarticularía el principal problema porque resolvería “la contaminación que proviene de la descarga de materia orgánica, que representa entre el 70% y 80% de la contaminación”.
En la presentación a la Corte, se transparenta que 1.952.482 personas que viven en la cuenca (un 45 % del total) no tienen cloacas. Acumar enumera 208 obras de AySA y ABSA en ejecución o planificadas para avanzar con ese tendido. El principal proyecto está en marcha y es un colector que Aysa construye paralelo al Riachuelo para recoger residuos cloacales y llevarlos hasta una futura planta de tratamiento que estará en Berazategui.
Ese colector y su planta de tratamiento tienen fecha de finalización en los años 2021 y 2023, respectivamente. Sin embargo, después se requerirán redes secundarias y conexiones domiciliarias para que efectivamente los residuos de las casas vayan al colector. Esas obras no tienen fechas definidas y dependen de que haya financiamiento. De estar garantizado, podrían lograrse antes de 2025. Por eso, afirman en Acumar, la calidad del agua podría mejorar a partir de 2025.
“Alcanzaríamos el uso IV, según la resolución 46/17, que habilita actividades recreativas en el entorno del río pero pasivas. Eso quiere decir que en todo el Riachuelo no debe haber olor, no debe verse basura ni compuestos oleosos sobre el espejo de agua. Es decir, nada que ofenda los sentidos”, especifica Nicolás Bardella, director de Gestión Ambiental de Acumar.
Se necesita una reconversión de industrias
En los registros de Acumar figuran 847 industrias que generen emisiones de gases, residuos sólidos o vuelcos al río con proporciones de sustancias contaminantes sobre el nivel máximo permitido. Por eso tienen que presentar un plan de adecuación, como la instalación en la propia fábrica de una planta de tratamiento.
Acumar le aseguró a la Corte que esas industrias están realizando adecuaciones por lo que estiman que dejarían de ser agentes contaminantes “en junio de 2020”. Para acelerar las reconversiones impondrán “multas más disuasivas” a quienes incumplan los plazos, ya que hasta ahora “a la industria le convenía más pagar la sanción que hacer la reconversión”.
En paralelo, Acumar detalló que en octubre de 2020 estará terminado el parque industrial de la Asociación de Curtidores de la Provincia de Buenos Aires en Lanús, que tendrá su propia planta de tratamiento y albergará a unas 62 curtiembres. Mientras que la remediación que las empresas del polo petroquímico de Dock Sud deben hacer, principalmente de los suelos contaminados, demandará 48 meses.
La relocalización de familias llevará cinco años
Según el cronograma presentado ante la Justicia, en 2023 terminarían de relocalizar a quienes aún viven en villas o asentamientos construidos en el borde del Riachuelo y sobre terrenos considerados ambientalmente de “riesgo”.
La sentencia obligó a Acumar a pensar un plan para reubicar 17.771 casillas. Actualmente se terminaron de construir 3.992 casas y 4.395 están en obra. Pero se requieren unas 9.300 más para cumplir este punto del fallo, un trabajo que requerirá de varias licitaciones. “El plazo cierto de cumplimiento se estima en 2023”, afirman desde Acumar.
Las familias que esperan esas unidades viven en la Ciudad de Buenos Aires y en los municipios de Echeverría, Almirante Brown, Lanús, Avellaneda, Lomas de Zamora, La Matanza y Merlo.
De los barrios que requieren una transformación, el de Villa Inflamable, a un costado del polo petroquímico de Dock Sud, es el más emblemático. Fueron vecinos y médicos de una salita del barrio, entre ellos la psicóloga social Beatriz Mendoza, los que iniciaron la demanda que llegó a la Corte. Denunciaron a 44 petroleras y químicas por la contaminación del aire y el suelo de Villa Inflamable. Tenían una prueba categórica: tenían seis veces más tolueno en su sangre que el límite tolerable en una persona.
“Las obras en ese barrio deberían terminar en junio de 2020”, prometen desde Acumar. Incluirían además de 1.168 viviendas, la apertura de calles, un camino costanero y una plaza.
Basurales: un tema a resolver con los municipios
De los macro basurales de hasta 32 hectáreas, este año quedaban dos. Uno en Cañuelas, que fue saneado este año, y otro en Marcos Paz, que está a punto de ser despejado y entregado al municipio.
Sin embargo hay relevados 11 basurales medianos y 95 micro basurales. En Acumar, le apuntan a los municipios por “la falta de recolección y transporte de los residuos”, lo que genera que los vecinos tiren la basura en terrenos baldíos o en el Riachuelo. De hecho, todos los meses se levantan 400 toneladas de basura del espejo de agua del río.
“Acumar acentuará el control sobre los municipios para minimizar la generación de basurales. Y cada vez que Acumar realice la limpieza de uno, se procederá a hacer entrega del sitio saneado, mediante acta, al municipio correspondiente”, aseguran desde Acumar, que busca de esa forma comprometer más a los gobiernos locales.
Un problema “dinámico”
Desde la sentencia de la Corte, Acumar tuvo doce administradores de dos gobiernos distintos: primero el kirchnerismo, con ocho autoridades, y desde 2015 Cambiemos, que cambió cuatro veces de presidente. Por eso, desde la administración de Dorina Bonetti, que asumió en julio del año pasado, son cautos al momento de dar plazos.
“Las fechas para avanzar en el saneamiento del Riachuelo son estimadas, porque esos plazos dependen de otras instituciones, como AySA y ABSA, por el tendido de redes cloacales, o los municipios, para el caso de los basurales”, afirman desde Acumar y aclaran además que el crecimiento poblacional e industrial a lo largo de 64 kilómetros de río hacen que el saneamiento de la cuenca sea un tema “dinámico”.