Las mascotas, mayormente los perros y gatos, son los preferidos de las personas para la compañía personal. De hecho, tal es el cariño que los humanos tienen por estos animalitos que muchos los tratan como hijos propios, pero ¿por qué sucede?
Según Bard, la inteligencia artificial de Google, existen varias razones por las que las personas tratan a las mascotas como hijos.
- Desde el punto de vista científico, hay evidencia que sugiere que los humanos están biológicamente programados para cuidar a los animales. Por ejemplo, algunos estudios han demostrado que las mujeres que están embarazadas liberan oxitocina (una hormona que se asocia con el vínculo y el cuidado) cuando interactúan con los perros. Además, las investigaciones sugieren que los niños que crecen con mascotas tienen niveles más altos de empatía y comprensión social.
- Desde el punto de vista antropológico, hay evidencia que indica que las personas han tenido relaciones cercanas con los animales durante siglos. Por ejemplo, se estima que los humanos domesticaron perros hace más de 15.000 años. Además, en las culturas de todo el mundo existen historias y leyendas sobre animales que son considerados compañeros y amigos.
Según los National Institutes of Health (NIH) de Estados Unidos, las mascotas pueden proporcionar compañía y apoyo emocional para las personas que sufren de problemas de salud mental u otras enfermedades que requieren asistencia.
Pero ¿qué sucede cuándo se humaniza a las mascotas con vestimenta o conductas propias de las personas?
Según explicó la psicóloga Analía Álvarez en un artículo para el sitio Uno, “hay quienes humanizan a los animales vistiendolos, peinándolos o dándoles intenciones humanas y, aunque esto varía en cada caso, en general se podría pensar que es por alguna necesidad de compañía o afecto. Esto no significa necesariamente que quien lo hace es porque se siente solo, algunos disfrutan teniendo un ser vivo que necesita de nuestra ayuda o asistencia”.
La compañía animal puede proporcionar alegría, asistencia y cariño. Sin embargo, son especies con necesidades diferentes, por lo que humanizarlos en un extremo “podría frustrarlos”, advirtió el especialista en perros Cesar Millán.