En este año que ya llega a su fin, el burnout pareció ser el protagonista: el término se refiere a un estado de continuo agotamiento físico, emocional y mental y puede aparecer existe en el ámbito laboral, en la vida cotidiana plagada de pantallas (burnout digital), o a nivel personal. Aunque parezca que una persona agotada o quemada "simplemente tiene que relajarse", el psicoanalista Josh Cohen explicó en The Economist el gran problema de pensar la solución en esos términos.
El cansancio y la obsesión con ser productivos
Cohen parte de su experiencia en el consultorio con un paciente que tiene un trabajo muy demandante como médico. Como respuesta a su sensación de agotamiento, decidió tomarse una semana para descansar, dormir hasta tarde, leer una novela o ver series. Sin embargo, su agenda se llenó con clases de idiomas, rutinas de ejercicio, paseos culturales y miles de encuentros sociales, ante lo que se preguntó "¿acaso seré incapaz de no hacer nada?".
Esta pregunta, explica el psicólogo, va al meollo de la cuestión en cuanto al burnout: justamente, se trata de que el agotamiento está combinado con una compulsión nerviosa para no parar (tal como explicó en un artículo anterior). Este tipo de agotamiento, entonces, implica además cierta pérdida de la capacidad de relajarse y de no hacer nada - cosa que, tal como te contamos en esta nota, puede ayudarnos en muchos aspectos, como nuestra capacidad reflexiva e imaginativa - .
En realidad, "no hacer nada" puede referirse a actividades como dormir, tomar un baño largo o salir a caminar que nos inducen a la calma y la satisfacción. El problema, explica Cohen, es que estas cosas nos parecen "nada" juzgándolas desde una cultura que nos somete a constante escrutinio para saber si somos lo suficientemente producitvos, y mira con desdén cualquier cosa que se parezca a la inactividad.
¿Cómo es el panorama en Argentina?
A pesar de que burnout es un término en inglés y muchas de las estadísticas e investigaciones al respecto son de otras partes del mundo, cuando indagamos en el tema por parte de Red/Acción, encontramos algunas medidas para conocer los niveles de agotamiento a escala local.
En Google Trends, un valor de 100 indica la popularidad máxima de un término, mientras que 50 indica que un término es la mitad de popular en relación con el valor máximo. Como vemos, esta búsqueda rondaba los 25 puntos desde el 2018 hasta octubre, donde llegó a su momento de máxima popularidad. Si bien varias búsquedas se relacionan con un meme que dice “estoy cansado jefe”, el indicador no pierde su veracidad; al fin y al cabo, que estemos enviando tanto ese meme para expresarnos redunda, también, en un aumento del cansancio a nivel general.
Causas internas y externas
En los casos más severos de agotamiento, sus causas suelen deberse más a factores externos que internos, como acontecimientos vitales (duelo, divorcio, cambios en la situación económica) o por las exigencias del trabajo. Siguiendo su lógica, conviene que las soluciones también sean externas: dedicar tiempo a técnicas de relajación como meditación o yoga, reducir la jornada laboral de ser posible, o simplemente escuchar lo que nos dice el estado de ánimo. Cohen sugiere que, en algunos casos, el mero hecho de escuchar y atender las necesidades del yo interior, en contraposición a las exigencias del mundo exterior, puede tener un efecto transformador.
Pero, tal como era en el caso de su paciente, las soluciones externas no tienen resultados para algunas personas que sufren de fatiga ni en términos prácticos ni en términos psicológicos. En términos prácticos, son muchos los trabajos que tienen horarios agotadores y exigen un compromiso inquebrantable. En términos psicológicos, puede que intentar este tipo de cosas termine provocando más ansiedad.
Ante este tipo de situaciones, la respuesta parece ser -una vez más- la terapia. Más precisamente, expresó Cohen, "cuando el agotamiento tiene raíces psicológicas, el psicoanálisis puede ayudar". De nuevo, estamos ante dos facetas: por un lado, simplemennte sentarnos o recostarnos a hablar sin una agenda concreta puede tener un impacto positivo con el burnout por su contraste. Por otro lado, puede llevarnos a descubrir los eventos de nuestra historia que nos hacen vulnerables a algunas dificultades.
Hablando específicamente de agotamiento, es probable que descubramos la forma en que asociamos nuestra propia valía a nuestros logros. De esa forma, podemos cuestionar nuestros prejuicios internalizados sobre lo que constituye un uso "productivo" de nuestro tiempo.