Por qué empoderar a las comunidades indígenas es clave para conservar la biodiversidad: un ejemplo en la Amazonía peruana - RED/ACCIÓN

Por qué empoderar a las comunidades indígenas es clave para conservar la biodiversidad: un ejemplo en la Amazonía peruana

 Una iniciativa de Dircoms + INFOMEDIA

A través del Proyecto Aliados por la Amazonía, la asociación civil Sociedad Peruana de Derecho Ambiental desarrolló una exitosa estrategia para reducir la pérdida de biodiversidad y asegurar la conservación de más de 1.000.000 de hectáreas de territorios aborígenes en la región promoviendo el liderazgo de tres organizaciones indígenas locales.

Por qué empoderar a las comunidades indígenas es clave para conservar la biodiversidad: un ejemplo en la Amazonía peruana

Intervenido por Marisol Echarri.

Para la sexta edición de la reunión anual del Paris Peace Forum, que se llevó a cabo el pasado 10 y 11 de noviembre, se seleccionó el Proyecto Aliados por la Amazonía, implementado por la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA) en las regiones de la Amazonía peruana Madre de Dios y Loreto. Este proyecto se basa en promover la gobernanza indígena para reducir la pérdida de biodiversidad. “Demostró ser una estrategia exitosa para asegurar la conservación de más de 1.000.000 de hectáreas de territorios indígenas, mejorar la gobernanza de las organizaciones indígenas Federación Nativa del Río Madre de Dios y Afluentes (FENAMAD), el Ejecutor del Contrato de Administración de la Reserva Comunal Amarakaeri (ECA Amarakaeri) y la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP) y fortalecer su contribución a la conservación”, destacaron en el evento realizado en la capital francesa.

Aliados por la Amazonia fue uno de los 53 proyectos e iniciativas seleccionados este año por el foro dentro de su espacio para soluciones. ¿Por qué fue seleccionado? “Básicamente por la estrategia de vinculación y reconocimiento de derechos colectivos y cómo apoya la seguridad jurídica de los territorios indígenas para la conservación de la biodiversidad”, considera desde Perú la abogada Silvana Baldovino, directora del Programa  Biodiversidad y Pueblos Indígenas de la SPDA, quien junto a Melissa Sánchez, asesora legal de dicha organización, participó en la mesa del Foro "Salvaguardando los bosques de la vida: unificando las agendas del clima y la biodiversidad", donde compartieron sus puntos de vista sobre el tema de la gobernanza global.

Rostro de piedra Harakbut, patrimonio cultural del Perú. (Gentileza SPDA. Intervenido por Marisol Echarri)

La Sociedad Peruana de Derecho Ambiental

La SPDA es una asociación civil sin fines de lucro, de derecho privado, creada hace 37 años con fines educativos y científicos relacionados con el cuidado y la protección del ambiente. “Trabajamos con cinco organizaciones indígenas de Perú, las más importantes, que aglutinan cientos de comunidades. Y promovemos la gobernanza a través de todo lo que es capacidades relacionadas con la defensa de derechos, el manejo administrativo, temas de vocería, la generación de liderazgo y la participación y representación de las mujeres indígenas en políticas públicas”, explica Baldovino.

Desde su fundación en 1986, SPDA basó su trabajo en fortalecer el marco legal y las políticas públicas relacionadas con la protección y defensa del ambiente bajo los principios de gobernabilidad, equidad y justicia. Así, ha publicado cientos de artículos y ha trabajado estrechamente con tomadores de decisiones, organizaciones indígenas, la sociedad civil, el mundo académico y los medios de comunicación.

Comunidad Nativa Boca Pariamanu, Madre de Dios, Perú. (Gentileza SPDA. Intervenido por Marisol Echarri)

Por ejemplo, FENAMAD —una de las organizaciones apoyadas por la SPDA— presentó acciones pacíficas a fin de llamar la atención sobre la violación de derechos de los pueblos originarios sobre su territorio. 

“Desde 2020, hemos sido víctimas de intimidación judicial por parte de la empresa maderera Canales Tahuamanu S.A.C en represalia por las denuncias públicas que ha hecho la organización sobre los efectos negativos de la deforestación y la operación de empresas extractivas en el territorio del pueblo indígena Mascho Piro en aislamiento”, sostiene su presidente, Julio Ricardo Cusurichi Palacios.

“Mientras que muchos defensores/as de derechos humanos (DDH) pueden operar libremente en Perú, quienes trabajan por el ambiente, especialmente respecto de los efectos en el ambiente y los derechos humanos de las industrias extractivas, hacen frente a una dura represión que incluye intimidación, campañas de difamación, amenazas de muerte, vigilancia y hostigamiento judicial”, afirman desde FENAMAD

Minería sobre el río Madre de Dios- Reserva Comunal Amarakaeri, Perú. (Gentileza SPDA. Intervenido por Marisol Echarri)

El Programa Biodiversidad y Pueblos Indígenas

Aunque los pueblos originarios representan sólo el 5 % de la población mundial, sus tierras albergan el 80 % de la biodiversidad del planeta.

En 2022, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica (COP15) finalizó en Montreal, Canadá, con un acuerdo histórico para orientar las acciones mundiales en favor de la naturaleza de aquí a 2030: ese marco mundial de la diversidad biológica tiene como objetivo abordar la pérdida de biodiversidad, restaurar los ecosistemas y proteger los derechos de los pueblos indígenas. 

Sin embargo, para Baldovino sólo reconoce parcialmente la importante contribución de los pueblos indígenas a la conservación. “Si bien la COP15 aumentó el reconocimiento sobre la contribución de las comunidades indígenas a la conservación, aún queda mucho por avanzar”, señala.

Baldovino está a cargo del Programa Biodiversidad y Pueblos Indígenas de la SPDA. Esta iniciativa trabaja a nivel nacional e internacional para que la diversidad biológica se incluya en el desarrollo de cada país, de forma tal que traiga consigo un avance económico ambientalmente sostenible y socialmente inclusivo. Y en esta tarea juegan un rol preponderante actores clave como los pueblos indígenas y las mujeres.

Aliados por la Amazonía

La SPDA implementa, entre otros, el Proyecto Aliados por la Amazonía, que apunta a detener la deforestación de la región y se centra en la necesidad de asegurar los territorios indígenas y reconocerlos como zonas de conservación; la reducción de los riesgos a los que están expuestas las comunidades indígenas como consecuencia de su papel como guardianes de la Amazonía y el fortalecimiento de la gobernanza indígena relacionada con la biodiversidad.

“El hilo conductor de la estrategia de la SPDA es el reconocimiento y la protección de los derechos colectivos de pueblos indígenas. En Aliados por la Amazonía lo trabajamos a través de tres líneas principales. La primera es la seguridad jurídica del territorio, es decir, acompañar a las organizaciones indígenas a lograr la tenencia sobre la tierra que ocupan ancestralmente. La segunda es el reconocimiento de sus saberes tradicionales, su patrimonio cultural, ponerlo en valor y en práctica. Y la tercera es el fortalecimiento de las organizaciones indígenas. Este fortalecimiento implica un acompañamiento técnico-legal, la generación de capacidades, las vocerías nacionales e internacionales, pero también el fortalecimiento administrativo para que puedan canalizar y ejecutar fondos mediante políticas de transparencia”, detalla Baldovino.

El Proyecto Aliados por la Amazonía es financiado a través de la postulación a proyectos y fondos concursables, así como mediante la búsqueda de financiamiento en filantropía y fundaciones. Desde diciembre de 2020 contribuye al saneamiento físico-legal de al menos cuatro comunidades nativas adyacentes a la Reserva Comunal Amarakaeri como mecanismo de consolidación de la seguridad jurídica de sus territorios para protegerlos frente a actividades ilegales.

Walter Quertehuari, presidente del ECA Amarakaeri, que representa a las comunidades indígenas harakbut, yine y machiguenga, explica que la creación de esta área protegida se dio a pedido de las propias comunidades indígenas, que luego de casi veinte años lograron su objetivo en el 2002, fecha en que se estableció la reserva. Hoy, junto con el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), cogestionan el área desde los aspectos ambiental, económico, social y cultural. Este modelo de gestión permite la participación de los pueblos nativos en todas las decisiones que se toman respecto al área y, además, fortalece la protección de la zona porque se comparten roles como la vigilancia permanente.

Las labores que lleva adelante el ECA Amarakaeri, con el apoyo de la SPDA, incluyen, entre otras, tareas de promoción del aprovechamiento sostenible de los recursos naturales de la región, así como la de concientizar sobre la importancia de la conservación de la biodiversidad.

En junio de este año, el ECA Amarakaeri y la empresa Manutata SAC firmaron un convenio de cooperación para fortalecer el aprovechamiento sostenible de la castaña en la Reserva Comunal Amarakaeri y promover el potencial comercial de los productos de las comunidades nativas socias de Amarakaeri (nuez amazónica, cacao nativo, entre otros).

Más del 50 % del territorio peruano está rodeado de bosques, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) de Perú. La región Madre de Dios tiene más del 11 % del territorio nacional, por lo que “conocer sobre sus problemáticas forestales y ambientales es fundamental, así como impulsar el accionar de la juventud y respaldar los proyectos y gestiones que están en marcha en defensa del territorio amazónico”, afirman desde ECA Amarakaeri

Vigilancia comunal en la Reserva Amarakaeri. (Gentileza SPDA. Intervenido por Marisol Echarri)

A principios de este mes, como parte de la Semana Forestal Nacional 2023, el ECA Amarakaeri participó del Simposio sobre la Gobernanza Forestal y Derechos de Defensores Ambientales, durante el cual el colectivo Generación Verde compartió un trabajo artístico realizado en un lienzo de más de tres metros de altura pintado a mano con el mensaje: “Somos la 2.a región menos pobre del país, pero casi la mitad de nuestra población no tiene calidad de vida”, haciendo foco en que la zona tiene un gran poder de recursos y minerales, pero solo beneficia a una minoría. 

“El territorio ancestral es un supermercado en comparación con los centros comerciales de las urbes (...) Este paralelismo busca detener la destrucción del bosque, la contaminación de las fuentes de agua dulce, la biodiversidad y la diversidad cultural. Es decir, intenta crear conciencia en la población urbana donde viven los tomadores de decisión que, sin los bienes de consumo de alta prioridad en los anaqueles, la vida sería también insostenible y la protesta social no tendría escrúpulos”, concluye Jorge Pérez, presidente de AIDESEP, organización vocera de los pueblos indígenas de la Amazonía peruana.


Esta nota forma parte de la plataforma Soluciones, una alianza entre Río Negro y RED/ACCIÓN.