En febrero, Elon Musk presentó una demanda judicial en la Corte Superior de California contra OpenAI y sus actuales dirigentes, Sam Altman y Greg Brockman. La denuncia reclamaba que la empresa autora de ChatGPT estaba incumpliendo su misión fundacional al poner el beneficio económico por delante del beneficio para la humanidad.
El reclamo nació a partir del reciente acuerdo de inversión que OpenAI firmó con Microsoft. Según Musk, quien fue cofundador de la empresa en 2015 pero la dejó en 2018, este nuevo pacto tiene como principal objetivo el desarrollo de la inteligencia artificial general (AGI, por sus siglas en inglés). Esto, eventualmente, podría significar una “amenaza” para la humanidad según el CEO de Tesla.
Sin embargo, este martes pasado, Elon Musk decidió dar marcha atrás. Esto sucedió un día antes de que un juez estatal de San Francisco estudiara si la demanda debía desestimarse a partir de las declaraciones de Sam Altman y OpenAI en la corte. La convicción que Musk presentó y declaró tanto judicialmente como por redes sociales aquel febrero parece haber perdido firmeza.
Varios medios de comunicación como Le Monde o The New York Times buscaron tener declaraciones de los abogados de Musk para comprender esta jugada. Ninguno de ellos respondió con firmeza. La única información oficial que se conoce es que el CEO de Tesla pidió el sobreseimiento del caso “sin prejuicio”, lo que significa que podría reactivar la demanda más adelante en cualquier otro estado del país norteamericano.
Las lagunas en la denuncia de Elon Musk
Según informa The Guardian, la demanda despertó algunas preocupaciones dentro de experto jurídicos que identificaron algunos vacíos sin evidencia en el reclamo judicial. En detalle, se acusaba que OpenAI había creado inteligencia artificial a un nivel que podía igualar la inteligencia humana lo cual, hasta el momento, no se podía sostener ante el juez.
“Musk está alegando directamente que OpenAI incumplió un contrato que no existe”, explica en relación a los interrogantes de la denuncia Nialy Patel, experto en tecnología y cofundador del diario tech The Verge. “El reclamo hace referencia a un 'acuerdo fundacional', pero no se adjunta tal acuerdo como prueba. Además, la demanda por incumplimiento de contrato admite que el 'acuerdo fundacional' es básicamente una vibración que todo el mundo captó en algunos correos electrónicos”, profundiza.
Además, en marzo (días después de que se presentara la demanda), OpenAI publicó en su página oficial una serie de correos electrónicos por parte Musk cuando todavía era parte de la empresa. En esos mails se mostraba como el ahora dueño de X reconocía la necesidad de que la empresa ganará sumas de dinero importantes para financiar los futuros desarrollos planeados en relación a la inteligencia artificial.
“Tenemos que ir con un número mucho mayor que 100 millones de dólares para evitar sonar desesperados en relación con lo que Google o Facebook están gastando. Creo que deberíamos decir que empezamos con un compromiso de financiación de 1.000 millones de dólares. Esto es real. Yo cubriré lo que los demás no aporten”, escribió Elon Musk en correo con fecha el 22 de noviembre de 2015.