Luego de 10 años de una política de oposición y retraso de la acción climática, Australia da un giro que es mirado con atención y expectativa por la comunidad internacional. En esta edición de PLANETA analizamos los motivos.
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Todos miramos a Australia con una sonrisa esperanzadora. "¿Está mal que hable de Australia en PLANETA un 25 de mayo?", le pregunté al editor esta semana y comparto el interrogante con ustedes. En una fecha patria para mi querida Argentina podría estar escribiendo una edición sobre los desafíos de la acción climática en el país o las políticas que se han implementado (o no) en la materia hasta el momento. Créanme que hubiera sido el camino de análisis más fácil. Y si ya en el título vieron que hoy hablaremos de Australia, ya saben cuál fue el resultado de la conversación ante mi pregunta.
Uno de los mayores desafíos del cambio climático es que es un problema global que requiere de una acción global, de todos y cada uno de los países (algunos con más responsabilidad histórica que otros, claro). Si un país hace todo bien, pero el resto no, ese país se verá igualmente perjudicado. Si a un país lo gobierna un negacionista climático, eso afecta la acción climática global, eso debiera preocuparnos. Cuando en ese país, la ciudadanía le dice basta al negacionismo climático, eso es motivo para alegrarnos y para, por qué no, dedicarle el tema central en PLANETA.
"Morrison is gone!". El despertador iba a sonar en 10 minutos, pero a las 07.49 del sábado pasado (mañana argentina, noche australiana), me despertó un mensaje de mi amigo Chris Wright. Su alegría se podía sentir en los mensajes de texto que siguieron, aún a través del celular. Chris es la persona que me abrió las puertas en el maravilloso, estresante y complejo mundo de las negociaciones climáticas, aprendí lo técnico de él y con él. Chris es el director de Climate Tracker, una iniciativa que busca formar a periodistas en la comunicación del cambio climático y, más precisamente, en la cobertura de las COPs. Fui fellow de Climate Tracker para cubrir la COP22 en Marrakech y fui mentora de fellows en la COP26 en Glasgow. Soy parte de esa familia de Climate Tracker que continúa activa en un grupo de WhatsApp en el que Chris escribió "Morrison is gone!".
Chris es australiano y con él conversé para esta edición de PLANETA, para comprender juntos porque si toda la comunidad climática miró a Australia en estos días, nosotros también hoy -con pastelitos patrios de por medio- debemos prestarle atención. ¡Empecemos! 🇦🇺
- ¿Qué ocurrió el fin de semana? El sábado se llevaron a cabo las elecciones federales en Australia para elegir a los miembros de su parlamento y, con ello, definir quién ocuparía el rol de primer ministro. En ellas, el liberal Scott Morrison buscaba la reelección, frente a -como principal candidato opositor- el laborista Anthony Albanese. La ciudadanía habló: le dijo no a la continuidad de Morrison en el poder y eligió a Albanese. Lo que amerita realizar una lectura detallada.
- ¿Quién es Scott Morrison, el gran perdedor? El hombre con un trozo de carbón en la mano. Esta era la imagen que todos teníamos de Morrison en la mente. Y no porque literalmente se presentó ante la Cámara de Representantes con un trozo de carbón en la mano, sino -y por sobre todo- porque esto representaba peligrosamente Morrison en la acción climática: la defensa de los combustibles fósiles en un mundo en crisis climática. La negación intencionada y deliberada de lo que la ciencia climática nos venía diciendo que era necesario cambiar. Y que negaba no como individuo, sino como primer ministro de un país.
Su gobierno -en continuidad con los dos mandatos anteriores de su partido- supo imponerse en las negociaciones climáticas como verdaderos obstaculizadores del avance de la acción. Siempre que preguntábamos "quién está trabando tal tema de las negociaciones", Australia aparecía en la lista. Y ello no era una buena noticia. "Morrison siempre apoyó públicamente a las industrias de la minería y el carbón", explica Chris y agrega: "Como resultado de ello, su gobierno nunca fue muy útil en las negociaciones climáticas. Pasó mucho tiempo tratando de atrasar las negociaciones en materia de mercados de carbono y de impedir cualquier lenguaje referido a carbón. Australia intentó bloquear cualquier progreso de las negociaciones".
Morrison no supo ni quiso responder con responsabilidad y eficiencia a uno de los efectos del cambio climático más presentes en Australia en los últimos años: la intensificación de incendios forestales. En un artículo que escribí en RED/ACCIÓN al respecto -en el que el Chris nos contaba como su propia familia se vio afectada en su hogar arrasado por las llamas en los incendios de fines de 2019 y principios de 2020- el profesor en Ecología de la Universidad de Sídney, Christopher Dickman, criticaba la inacción del gobierno de Morrison y subrayaba que algo bueno era que “ello fue señalado no sólo por la comunidad científica y los australianos, sino por todo el mundo”.
Cuando en 2017 apareció ante la Cámara de Representantes con un trozo de carbón en la mano, Morrison dijo: "Esto es carbón, no tengan miedo. Carbón. Fue desenterrado por hombres y mujeres que viven en los distritos electorales de quienes ocupan cargos. El carbón ha asegurado durante 100 años que Australia haya disfrutado de una ventaja comparativa de energía, que ha brindado prosperidad a las empresas australianas y ha asegurado que la industria australiana se haya mantenido competitiva en el mercado global. La oposición tienen un miedo patológico ideológico al carbón. No hay una oficial palabra para ‘carbonofobia’. Pero esa es la melodía que afecta a la oposición".
En política nacional, Chris nos comparte que el gobierno de Morrison no sólo "nunca creó políticas que contribuyeran a la acción climática sino que además se enfocó en destruir cualquier normativa o política que buscara empujar dicha acción", especialmente en el sector energético. Por el contrario, fue un gobierno que, en línea con los anteriores del partido, favoreció a la industria de los combustibles fósiles con subsidios y políticas de ventaja.
Morrison fue expresión de lo que el Partido Liberal en coalición con el Partido Nacional representaron durante sus últimos tres mandatos consecutivos y nueve años en el poder. Con el cambio climático como uno de los temas clave en la campaña, la ciudadanía australiana le dijo -no con amplia mayoría- basta a eso. ¿A qué o a quién le dijo que sí?
- ¿Quién es Anthony Albanese, el ganador? Economista, 59 años, criado por su madre soltera en Sídney, fue el primero en su familia en terminar el colegio. Fue quien tuvo a cargo la arquitectura del plan de cambio climático del Partido Laborista. Hoy padre de un hijo, humano de un perro Toto, se presenta así mismo como un representante de la clase trabajadora. Líder del Partido Laborista, asumió este lunes como el nuevo primer ministro de Australia.
Con esta breve bio, lo que más nos importa es lo que Albanese propuso y que la ciudadanía eligió frente a la constante oposición y retraso de la acción climática que lideró el partido en gobierno en la última década.
El Partido Laborista consideró que en la noche del sábado Australia eligió terminar con "la guerra climática", con esa década donde los conservacionistas no respondieron a los impactos del cambio climático en territorio, tuvieron una política climática de obstaculizar y dilatar, y defendieron un sistema energético a base de carbón, todo ello generando polarización en todos los frentes.
Ante ello, al repasar la propuesta de Albanese, se destacan las siguientes políticas (que veremos si pone en práctica, claro):- reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 43% para 2030 con vistas a alcanzar la neutralidad en carbono para 2050,
- hacer más baratos los autos eléctricos con descuentos especiales y una estrategia nacional para el sector,
- brindar apoyo financiero a la promoción de la eficiencia energética,
- proteger la Gran Barrera de Coral,
- duplicar el número de guardabosques indígenas a través del programa que les ofrece empleo a comunidades originarias y locales a la par que se protege el ambiente.
- ¿Por qué es un resultado expectante para la acción climática global? Australia es el 14° país más emisor de gases de efecto invernadero, siendo responsable del 1.3% de las emisiones globales. Sí, ya sé que están pensando: "bueno, no es de los más emisores". Pero ese dato hay que complementarlo con otro: lo que Australia significa en materia energética.
La organización nacional de geociencias del sector público Geoscience Australia describe que Australia es el mayor exportador de carbón del mundo y que este fósil representa más de la mitad de las exportaciones energéticas que realiza el país. Es decir, Australia tiene una gran dependencia -defendida y promovida por el partido en poder durante la última década- al fósil más contaminante y más contribuyente al cambio climático. Puertas adentro, el carbón también es protagonista. Alrededor del 40% del consumo primario de energía se basa en esta fuente, seguido de los otros no amistosos con la acción climática el petróleo en un 34% y el gas en un 22%. Las energías renovables representan apenas un 7% (con hidroeléctrica en mayoría y eólica en minoría).
Más allá de la obvia expectativa por tener un jugador no negacionista sobre la mesa de negociaciones de la acción climática, cómo Australia promueva una real transición energética marcará un impacto positivo o negativo en la necesaria transición global para hacer frente al cambio climático. Las promesas de Albanese de hacer de Australia una "superpotencia en energías renovables" aumentan las expectativas de la comunidad internacional, aunque todavía no queda claro cómo saldrá del carbón, si es que decide salir.
- ¿Por qué tenemos que mirar a Australia desde América Latina? Quizás por todo lo mencionado en el punto anterior. ¿O acaso cuántos países latinoamericanos hoy continúan dependiendo en su mayoría de los combustibles fósiles con políticas que tienden más a favorecerlos a ellos que a las fuentes renovables?
Conocedor de la región por su trabajo en Climate Tracker, Chris no duda en dar un mensaje de lo que Australia puede significar para América Latina con este cambio de gobierno y de visión de política climática: "Hay una gran oportunidad en ver cómo Australia buscará mantener su economía y promover la necesaria transición energética. Hay una oportunidad incluso de trabajar junto con los países latinoamericanos. Hay una oportunidad de ver cómo estos países tan dependientes de los fósiles salen de la pandemia con inversiones en energías renovables".
Cuando hablamos de eso que los gobiernos anteriores significaron negativamente para la acción climática de Australia, Chris comparte la reflexión: "La pregunta no es lo que el gobierno de Morrison hizo para detener la acción climática sino lo que Australia podría haber sido durante los últimos 10 años si hubiéramos tenido un gobierno que no subsidiara masivamente los combustibles fósiles e invirtiera en la transición hacia energías renovables". Y yo no puedo dejar de hacerme esa misma pregunta sobre Argentina y otros países de la región latinoamericana...
- ¿Qué desafíos climáticos tiene el nuevo gobierno (porque no todo es color de rosas)? "Felicitaciones Anthony Albanese por su elección como primer ministro de Australia. Esperamos trabajar con su gobierno en el progreso de la acción climática y cumplir colectivamente con Pacto Climático de Glasgow", no tardó en felicitar Alok Sharma, el presidente de la COP26. La comunidad climática internacional recibió el triunfo de Albanese con optimismo y expectativa de poder tener en Australia a un aliado para el avance de la acción climática y no como un jugador que obstaculiza y retrasa.
Ahora bien, no todo está dicho. Puertas afuera, no tener a un negacionista en la mesa de negociaciones es una buena noticia, una muy buena. Pero ello no quita que el que viene es un jugador, y juega. Por lo que hay que ver cómo jugará Albanese en las COPs en función de sus intereses y objetivos. O recordemos sino la alegría que nos significó el triunfo de Joe Biden en Estados Unidos frente al negacionista de Donald Trump, pero también lo que hemos sufrido la rígida postura del Estados Unidos de Biden en la COP26 para (no) otorgar financiamiento a los países en desarrollo.
Puertas adentro, todavía no está claro si Albanese tendrá mayoría en el Parlamento australiano o si deberá hacer alianzas con otros partidos para gobernar (hola Borgen). Los resultados optimistas que obtuvieron los sí climáticos independientes y el Partido Verde podrían ser importantes aliados a este propósito y al de la acción climática. El mayor desafío local estará para Chris en el peso de las industrias de la minería y del carbón y el peso que el magnate Ropert Murdoch hará a través de sus medios de comunicación para atacar las políticas climáticas del nuevo gobierno. - En reflexiones finales. El cambio climático fue protagonista de unas elecciones que mostraron un resultado distinto al de años anteriores, en las que incluso uno de los principales estados mineros de Australia, Queensland, pasó de votar en contra del Partido Laborista, verse afectado por los incendios forestales y las inundaciones, y pasar a votar a favor de candidatos con políticas climáticas. "Que los conservadores hayan dicho que perdieron por la cuestión climática y que tienen que mejorar en eso... Luego de 10 años de inacción, en 24 horas reconocieron que la acción climática sí es importante", expresa Chris con una mezcla de alegría y emoción.
Para él, el nuevo gobierno no sólo es una esperanza en materia de tomar más en serio el cambio climático, sino también en términos de inclusión y otorgamiento de derechos a las comunidades originarias.
Detrás de la victoria de un candidato, hay ciudadanos que hicieron de su voto un verdadero acto de poder y de transformación pensando en la necesaria acción climática, pensando en cómo se vieron afectados por sus efectos debido al negacionismo de unos pocos en el poder. La familia de Chris fue una de las tantas afectadas por los incendios forestales y por la inacción de un gobierno negacionista ante ellos. "Toda la familia está celebrando en un sentido mucho más personal", confiesa.
La nueva historia en Australia recién empieza, y la seguiremos de cerca.
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Las otras elecciones climáticas que hay que tener en mente. En julio próximo, Patricia Espinosa concluirá su mandato como secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas en Cambio Climático (CMNUCC), también conocida como el área de Naciones Unidas encargadas de las negociaciones climáticas y, claro, mi segunda casa: las COPs. Quién la reemplazará es el interrogante que comenzó a surgir en los próximos días, pero sobre el cual se viene conversando en los pasillos mínimo desde Glasgow.
El sitio especializado Climate Home hizo un interesante análisis sobre las posibles candidatas y él candidato, por lo que no repetiré aquí ello. Sí voy a mencionar algunos de los ejes que se discuten para la elección de quien lidere, ni más ni menos, que las negociaciones de la acción climática global.
- Preferencia por una mujer. De nuevo, sí. Tras Espinosa y previamente Christiana Figueres, muy probablemente se elija a una mujer. Esto va en línea con la política que el secretario general António Guterres viene implementando para que al interior de Naciones Unidas se logre la igualdad y paridad de género. En ella se considera importante que las distintas áreas sean lideradas por mujeres, designadas para dichos roles. Por lo que no creo que aquí haya una excepción al respecto.
- Preferencia por el mundo en desarrollo. Teresa Ribera es una de las grandes candidatas por su expertise, pero ya son muchos los que comentan que no sería visto con muy buenos ojos que alguien del mundo desarrollado lidere el proceso de negociaciones climáticas. Tras la representación de América Latina con Espinosa y Figueres, África se alza como el continente preferencial y Maite Nkoana-Mashabane como una de sus candidatas favoritas. Eso sí, una COP27 en Egipto con una secretaria ejecutiva de la CMNUCC africana sería un enorme desafío para América Latina en términos de la inevitable competencia por financiamiento que ambas regiones necesitan.
El último gran evento donde veremos en acción a Espinosa serán las sesiones intersesionales, más conocidas como las reuniones preparatorias a la COP27, que se celebrarán en unas semanas en Bonn y sobre las cuales, obvio, aún a la distancia, les contaré en detalle en las próximas ediciones de PLANETA.
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Lo último en materia de elecciones (por hoy). Porque si el fin de semana pasado mirábamos a Australia, este fin de semana miraremos a Colombia en lo que serán sus elecciones presidenciales, probablemente en su primera vuelta. El economista y senador Gustavo Petro lidera las encuestas frente a los candidatos Federico 'Fico' Gutiérrez, Rodolfo Hernández y Sergio Fajardo. Ahora bien, ¿qué proponen en materia ambiental?
En un trabajo conjunto con organizaciones de la temática, el diario El Espectador analizó las propuestas de los candidatos presidenciales con foco en tres de los temas ambientales más importantes para el país: la acción ante el cambio climático, la protección de los defensores ambientales y la acción frente a la deforestación de la Amazonía colombiana.
Pueden profundizar en la lectura de este análisis aquí. Spoiler: no hay candidato perfecto. La próxima semana profundizaremos en el tema en vista de los resultados electorales.
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Mientras tanto, seguimos en pandemia y con aparición de brotes de nuevos virus. "Si no cambiamos nuestra relación con la naturaleza, las próximas pandemias serán más frecuentes, intensas, mortales y costosas". Lo dijo IPBES y no nos lo cansamos de repetir aquí en PLANETA. Pero bueno, eh aquí la especie más inteligente que se choca varias veces con la misma piedra. Ante la aparición de casos positivos con viruela del mono, en RED/ACCIÓN decidimos poner el foco en lo importante: cómo evitar nuevos brotes. En este video se los contamos. Los invito a verlo y compartirlo 🤳🏼
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A qué influyentes de la revista TIME seguir en clave climática. Como todos los años, la revista TIME dio a conocer su selección de las 100 personas más influyentes del 2022. En el extenso listado, hay perfiles muy interesantes de observar y seguir con foco en la acción climática. Aquí se los comparto.
- Valérie Masson-Delmotte y Panmao Zhai. ¡Los influyentes que más me gustaron de esta edición! Dos científicos del IPCC que representan lo que los informes climáticos han influenciado, especialmente en el último tiempo. La comunidad se ha acercado mucho más a lo que la ciencia dice, lo que nos falta es que los tomadores de decisión tomen más en sus acciones a esa ciencia climática. Pueden ver su perfil aquí.
- Sônia Guajajara. Una ecofeminista que se merece todos los reconocimientos. Sônia lidera la lucha contra los intentos del gobierno de Jair Bolsonaro de destruir las tierras indígenas y la selva amazónica. Una de esas voces que se quieren callar y que no deja de gritar en defensa de los que tienen menos voz. Pueden ver su perfil aquí.
- Mia Mottley. Si veníamos hablando de primeros ministros con foco en acción climática (o no), Mottley por suerte está del lado que necesitamos. La primera ministra de Barbados es una de las representantes políticas que más está buscando impulsar la acción climática en pos de los más vulnerables ante sus impactos. Pueden ver su perfil aquí. Y escúchenla, sus discursos son de los que más me han gustado escuchar.
🌎 Hoy me despido sin imagen, pero con el importante mensaje que, si les gusta recibir análisis como el de hoy, pueden sumarse como miembros Co-Responsables de RED/ACCIÓN y/o invitar a otros a hacerlo. No puedo decir nada aún, pero se vienen cositas especiales en materia de comunicación del cambio climático para suscriptores y miembros. Así que...
¡Hasta la próxima semana!
Tais