Todo lo que hacemos es posible gracias a nuestro cerebro, desde el simple acto de caminar, charlar un rato con nuestros amigos, e incluso que estés leyendo esto ahora mismo. Es el centro de control de nuestro cuerpo, el motor que nos impulsa a realizar nuestras actividades diarias. Por eso, cuidarlo se vuelve fundamental para asegurar nuestro bienestar a largo plazo.
Lara V. Marcuse, neuróloga certificada y codirectora del Programa de Epilepsia en la Escuela de Medicina del Monte Sinaí (Nueva York, Estados Unidos) , compartió con la revista Self sus actividades preferidas para cuidar de la salud de su cerebro, considerando su formación profesional y el disfrute personal.
Aunque sea difícil empezar una actividad y tolerar el tiempo en el que somos malos en ella, la elección de un hobby que sea nuevo y desafiante obliga a nuestro cerebro a ejercitar vías neuronales nuevas o poco utilizadas. Esto puede ayudar a prevenir el deterioro cognitivo y reducir el riesgo de enfermedades como el Alzheimer. Si sos un abandonador crónico, en esta nota te contamos cómo superar la fase de "esto no me sale y quiero dejarlo" apenas empezamos una nueva actividad.
En el caso de Marcuse, el desafío fue tocar el piano a mediados de sus 40. "La idea surgió cuando mi hijo empezó con sus clases de piano. Una noche agarré su cuaderno antes de acostarme y quedé totalmente cautivada. Tocar el piano me ayuda a adentrarme en los rincones de mí misma, y en mi espíritu", contó.
En particular, tocar un instrumento musical involucra cada faceta del cerebro. Por un lado, leer partituras es básicamente como aprender un idioma nuevo. Por el otro, ejercitamos también nuestra mente en relación a habilidades motrices; cuando agarramos una guitarra o nos sentamos frente a un piano, nuestro cerebro trabaja arduamente para decirle a las manos qué hacer.
Según una investigación de 2021 publicada en Frontiers in Neuroscience, la actividad de tocar instrumentos tiende a ser gratificante, motivándonos a seguir practicando. En este estudio también se descubrió que hacer música mejora la plasticidad cerebral, es decir, cómo el cerebro cambia en respuesta a factores externos o internos, como un derrame cerebral u otra lesión cerebral traumática, y cómo se adapta después. Los científicos que lo condujeron, de la Academia Polaca de Ciencias, llegaron a la conclusión de que tocar un instrumento podría resultar en cambios estructurales y funcionales en el cerebro con el tiempo, precisamente porque conlleva un período de aprendizaje.
Sin embargo, Marcuse aclara que los instrumentos no son la única opción si buscamos algun tipo de gimnasia para nuestro cerebro. "Cualquier actividad es una buena elección siempre y cuando te desafíe a la hora de aprender y te interese lo suficiente como para comprometerte con ella. Puede ser aprender un idioma nuevo, tomar clases de cocina o probar tai chi. Todo lo que hagas para proteger tu cerebro también mejorará tu vida", concluye.