Andrei Kurkov, uno de los escritores más conocidos de Ucrania, tweeteó: “Lo siento, pero parece el comienzo de la Tercera Guerra Mundial”. Ojalá se equivoque... Como sea, en esta edición de SIE7E PÁRRAFOS, Kurkov nos guía a través del desastre.
Plus: 3 palabras rusas que explican la invasión.
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Una vez, cuando yo tenía 19 años o algo así, entrevisté a Osvaldo Bayer para un fanzine que hacíamos con mi amigo Santiago. Bayer nos recibió en su casa de Arcos y Monroe, llena de libros y de plantas, precedida en la puerta por un célebre cartelito que decía: “El tugurio”.
Le preguntamos a Bayer —que era uno de nuestros héroes y que tenía entonces 72 años pero ante nuestros ojos adolescentes parecía como de 90— cuál era su libro favorito. Eligió Sin novedad en el frente, de Erich Maria Remarque, por su mensaje antibélico. No sé si era de verdad su preferido o si quiso dejarnos una enseñanza: nunca celebren una guerra.
Diez años más tarde volví a entrevistar a Bayer en “El tugurio”. Esta vez él, que estaba más cerca de esos 90 años, se sirvió un whisky para echar a navegar los recuerdos, y me convidó con un vaso a mí. Era buen whisky, como debe ser todo whisky tomado a las cinco de la tarde. Y de nuevo me habló de aquel libro.
Bayer murió el día de Navidad de 2018, a los 91 años. Yo nunca leí Sin novedad en el frente. Pero su enseñanza, “nunca celebren una guerra”, guía hoy este envío de SIE7E PÁRRAFOS.
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Especialmente duro es este tweet del escritor ucraniano (pero nacido en la soviética Leningrado; hoy San Petersburgo) Andrei Kurkov, autor de Muerte con pingüino y El jardinero de Ochákov.
Traducción: “La guerra ha comenzado. Hitler empezó la guerra a las 4 am, Putin a las 5 am. No es una gran diferencia. Al ser despertado por explosiones, sé cómo se sintieron los soviéticos el 22 de junio de 1941”.
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Kurkov es hijo de un piloto de pruebas y de una doctora. En tiempos soviéticos trabajó como traductor de japonés y eso le valió un lugar en la KGB y en la policía. Era vigilante de prisiones en Odesa —Ucrania— cuando escribió sus primeras obras infantiles. Una novela para adultos se publicó dos semanas antes de la caída de la Unión Soviética, gracias a su inmersión en el mundo de la autoedición y distribución. Traducido a 37 idiomas, lleva publicadas 19 novelas y nueve libros infantiles. Además trabaja como comentarista de la realidad ucraniana en medios internacionales. Vive en Kiev.
“Es difícil”, dijo Kurkov en una entrevista con Télérama, de Francia. “Estamos siguiendo la situación desde nuestro departamento, con mi esposa. Es una situación extremadamente peligrosa, hay combates a 25 kilómetros de aquí, en los suburbios y cerca de un aeródromo a las puertas de la ciudad, que el ejército ruso ya puede haber tomado. A decir verdad, me temo que los misiles rusos caerán sobre Kiev durante la noche. En realidad, nos atacan por todos lados”.
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Un montón de escritores nucleados en PEN International (Salman Rushdie, Margaret Atwood, Orhan Pamuk, Svetlana Alexievich, Olga Tokarczuk, Jonathan Franzen y otros; en total, más de mil) condenan la invasión rusa de Ucrania y expresan su solidaridad con el pueblo ucraniano. En una carta abierta, publicada en ucraniano, ruso, inglés y árabe, dicen: “Estamos unidos en la condena de una guerra sin sentido, librada por la negativa del presidente Putin a aceptar los derechos del pueblo de Ucrania a debatir su futura lealtad e historia sin la interferencia de Moscú”.
Pero, según un tweet de hoy mismo de nuestro “guía” Andrei Kurkov, “Poetas y escritores rusos, incluidos los miembros de la junta del PEN ruso, apoyan la agresión de Putin en Ucrania”. El tweet linkea a este pronunciamiento, donde se puede leer [vía traducción]: “Occidente no dejó de intentar lastimar a Rusia de alguna manera, denigrarla y eventualmente desmembrarla”. Es un texto interesante y triste, que intenta justificar lo que está pasando: lo injustificable.
Por cierto, una de las últimas novelas de Kurkov es Serye pchely (“Abejas grises”). La trama: un exinspector de seguridad y ahora apicultor espera mantener a salvo sus colmenas y sus abejas. Pero vive en la Zona Gris, que se extiende a lo largo de una línea en el este de Ucrania que es disputada por las milicias respaldadas por Rusia. Así que antes de que llegue la primavera y sus abejas se despierten, las carga en su camión y viaja para encontrar a un amigo con la esperanza de que sus abejas tengan un lugar donde prosperar. Las reseñas dicen que es una historia tranquila que se desarrolla en un contexto de violencia, controles militares y combate.
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¿Cómo entender entonces a Vladimir Putin? Estas palabras rusas, listadas por Politico, ayudan a explicarlo:
- Восстановление (Restauración): el objetivo declarado de Putin desde que asumió el poder en 2000 fue restaurar el estatus de gran potencia de Rusia en el mundo y reconstruir su imperio. Con ese fin, reafirmó el poder ruso en las exrepúblicas soviéticas y presionó por zonas de libre comercio. Los países que han resistido los avances del Kremlin, como Georgia y Ucrania, se encontraron en conflicto militar directo con Rusia.
- Монголо-татарское иго (Yugo mongol tártaro): una referencia a la subyugación mongola de Rusia entre los siglos XIII y XVI puede parecer oscura para muchos occidentales, pero es clave para comprender la psicología rusa contemporánea y, por lo tanto, la de Putin. Habiendo sido colonizados por los mongoles durante 300 años y experimentado la existencia como un pueblo súbdito, los rusos tienen un miedo arraigado de ser invadidos desde el exterior. Las invasiones casi exitosas de Napoleón y Hitler solo sirvieron para aumentar esa sensación.
- компромат (Kompromat): es la palabra rusa para información comprometedora sobre figuras públicas, y es el dardo envenenado preferido de Putin contra los enemigos del estado. Ex oficial de la KGB versado en el arte de la desinformación, se ganó el favor del presidente Boris Yeltsin en 1999 al usar kompromat para destruir la carrera del fiscal general de Rusia, Yury Skuratov, quien había iniciado una investigación sobre corrupción en el Kremlin.
Mirando fijamente a la cámara el viernes 25, Putin pronunció uno de los discursos “más extraños” —según el diario The Guardian— de sus 22 años como líder de Rusia. “Una vez más les hablo a los soldados ucranianos”, dijo, dirigiéndose a su enemigo. “No permitan que neonazis y ‘banderitas’ utilicen a sus hijos, a sus esposas y a los ancianos como escudo humano. Toma el poder en tus propias manos. Parece que nos será más fácil llegar a un acuerdo que con esta banda de drogadictos y neonazis”.
“Ya no está fingiendo. Por primera vez creo que está revelando quién es realmente”, se lamentó ante The Guardian un diplomático occidental apostado en Ucrania.
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Javier