—Hablamos de responsabilidad social, de sustentabilidad, de sostenibilidad… ¿Es todo lo mismo?
—Todo tiene que ver con todo, para usar el lugar común. Es la responsabilidad que asumís frente a tus hijos, al planeta, al vecindario, como ciudadano… En el rol que nos toque, que es multifacético. Yo asumo una responsabilidad en mi espacio de trabajo y además lo asumo en mi casa, como mamá. Tiene que haber coherencia. Decimos sustentabilidad porque los productos o servicios de una empresa tienen que generar ingresos. Esa es la misión de la empresa: tener rentabilidad. Y decimos sostenibilidad porque esa rentabilidad tiene que poder mantenerse en el tiempo. Así se genera además reputación y confianza en las comunidades en las que una empresa opera.
—¿Qué aprendieron las empresas y organizaciones sociales sobre este tema en los últimos años?
—Las empresas aprendieron que no son entes de filantropía. No pueden proveer indefinidamente de fondos a una organización social, porque hay muchos frentes y muchas necesidades: educación, salud, educación, etc. Se empezó a trabajar en políticas más transversales y ligadas al negocio. Una compañía de alimentos, por ejemplo, tiene que poder trabajar en acciones de responsabilidad social con organizaciones sociales dedicadas a la alimentación, y a la vez enfocarse en el futuro: educar, dejar capacidad instalada y hacer responsable a esa organización social para que el beneficio sea de largo plazo. Por eso la necesidad de diseñar políticas integrales y de generar las condiciones para hacer sostenible el beneficio cuando la empresa deje de proveer fondos.
—¿Cuál es la relación entre sustentabilidad y reputación?
—Si hay convicción, la sustentabilidad genera reputación. El consumidor ya tiene la conciencia abierta y prácticas de consumo responsable. Y espera que la empresa tenga políticas de sustentabilidad transversales y que las sepa comunicar, que genere condiciones de equidad entre hombres y mujeres, que dé espacio a todos los colectivos sexuales, que comercialice sus productos o servicios de manera responsable, que utilice la energía de modo sustentable. Todo eso construye reputación. Y a la larga, da rentabilidad. Además, es una manera de atraer al mejor talento. Hoy, en una entrevista de trabajo, el candidato pregunta cuál es el propósito de la empresa, y según eso decide si quiere trabajar ahí o no.
Para acceder al video completo con la entrevista a Patricia Lafratti, hacé click acá.
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