La información necesaria para votar conscientemente en las PASO: qué son, para qué sirven y qué se elige el domingo- RED/ACCIÓN

La información necesaria para votar conscientemente en las PASO: qué son, para qué sirven y qué se elige el domingo

 Una iniciativa de Dircoms + INFOMEDIA

Este 12 de septiembre, el país va a votar en las PASO legislativas, que van a definir a los candidatos y candidatas finales para competir en las elecciones generales por una banca en el Congreso el 14 de noviembre. ¿Qué tenemos que saber para votar de manera inteligente e informada?

La información necesaria para votar conscientemente en las PASO: qué son, para qué sirven y qué se elige el domingo

Intervención: Denise Belluzzo

Las PASO tienen este nombre porque son las siglas para las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias. Esta primera instancia de votación, que tiene lugar tanto para las elecciones presidenciales como para las legislativas, existe desde 2011. 

Qué son las PASO en Argentina y para qué sirven

Agustín Frizzera es director ejecutivo en Democracia en Red, una organización que trabaja con el Gobierno y activistas para crear soluciones de participación ciudadana a través de la tecnología. En sus palabras: “El objetivo de las PASO es ordenar el sistema político con criterios democráticos. Se pusieron después de la elección de 2009 con dos objetivos. Por un lado, se veía que había demasiados partidos. Han llegado a haber 20 partidos en alguna elección presidencial, de los cuales el 70% ni siquiera reunía sumado todo un 5%. Entonces, aparecieron las primarias para que a las elecciones generales lleguen partidos con cierta representatividad y que el elector tuviera una menor cantidad de opciones como para poder profundizar en esas opciones. Y por otro lado, para alentar la competencia dentro de los partidos políticos, y que no se decidan las listas con un caudillo político ordenando jugadores o en un despacho a oscuras, rosca de por medio”.

En esta misma línea, Carolina Tchintian, directora del programa de Instituciones Políticas de CIPPEC, explica: “Antes de 2009, en nuestro país lo más común eran los acuerdos de cúpula o las primarias con afiliados, o sea primarias más bien cerradas. A partir de 2009, más precisamente de las elecciones de 2011, nuestro país usa elecciones primarias para definir candidatos a cargos electivos que son abiertas porque cualquier votante puede participar en cualquier agrupación sin necesidad de estar afiliado a un partido político. Son simultáneas porque ocurren todas el mismo día y son obligatorias en un doble sentido porque todos los partidos que quieran votar en una elección general deben participar en las primarias, pero también porque todos los votantes estamos sujetos a esa obligación de participar”.

Tchintian agrega: “El efecto más evidente de las primarias fue sobre la fragmentación, alentando alianzas electorales para superar el umbral del 1,5% que impone la ley de las PASO para poder participar de la elección general, y reduciendo el número total de frentes que pueden participar de la general. Un dato contundente es que la elección de 2015 fue la que contó con menos listas a presidentes desde 1983 y hubo también una disminución en la cantidad de listas que pasaron a la general de candidatos a diputados. Las PASO permiten depurar la oferta y generar opciones más claras y discernibles para los votantes”.

A fines del año pasado, en plena crisis sanitaria y económica, más de la mitad de los gobernadores del país anunciaron la intención de suspender las PASO y modificar la ley electoral. El argumento fue: por un lado, el gasto económico que implican los comicios, y por otro, el riesgo para la salud pública, en plena pandemia.

Pero la iniciativa no prosperó y se mantuvo el statu quo, aunque con algunas modificaciones. Las PASO iban a hacerse el 8 de agosto y se pasaron al 12 de septiembre. Y las generales, que iban a hacerse el 24 de octubre, pasaron al 14 de noviembre. Esta decisión fue para facilitar una mejor gestión de la pandemia y el avance del plan de vacunación.

Esta nota se desprende de un episodio de FOCO, EL podcast de RED/ACCIÓN.

Otras críticas que se hacen a las PASO

“Habitualmente se asocian dos características negativas a las PASO, la primera tiene que ver con los costos. Obviamente, si hay dos elecciones obligatorias, se paga dos veces por los comicios. A mí me parece que si el argumento de los costos es atendible resulta difícil de entender que sigamos usando un sistema de boletas separadas en vez de boleta única, que ahorraría un montón de costos de impresión de papel que tienen que asumir los partidos. Hay un segundo argumento que tiene que ver con la fatiga electoral, con la idea de que la ciudadanía se cansa de estos procesos tan largos y pierde el interés. Me parece que frente a este segundo argumento podríamos decir que la existencia de las PASO es consistente con la Constitución y las leyes electorales”, señala Frizzera.

Además, explica: “En nuestro país, los partidos políticos tienen el monopolio de la representación formal, y en Argentina el voto es un derecho, pero también una obligación. La idea de simplificar la oferta electoral y alentar la competencia de los partidos aumenta la legitimidad de la oferta y, por ende, se calcula que aumenta la legitimidad de las personas finalmente electas”.

Carolina Tchintian ahonda un poco más sobre las críticas: “Está el hecho de que la competencia interna ha sido más bien limitada. Las PASO crearon un espacio institucional en donde resolver nominaciones, aunque hay que mencionar que la ley no dispone de un mecanismo que obligue a las agrupaciones a presentar más de una lista interna. Y a pesar de eso, desde CIPPEC decimos que si bien no todos van a internas, algunos utilizan las PASO. En este año, hay un 28% de agrupaciones con más de una lista de diputados y 35% con competencia interna para el Senado, los mayores porcentajes desde 2011”. 

En este caso tenemos una elección que tiene dos instancias, pero si sumamos las presidenciales y si se llega a ir a un ballotage, serían tres instancias electorales. ¿No genera un desgaste en la ciudadanía? ¿Conspira en contra de los niveles de participación?

“No hay evidencia de que desgasten al electorado. La participación desde 2011, que es el primer año en el que se implementan las primarias, se ha mantenido en los niveles usuales para nuestro país”, responde Tchintian.

En este mismo sentido, Frizzera explica: “En la Argentina hay altos volúmenes de participación electoral. Desde el 83 a ahora, las elecciones tienen un 75-80% de participación, y esto es muy alto a nivel regional, y no sólo a comparación con Chile o Colombia, donde el voto es optativo, sino a nivel de la región en general”.

¿Cómo es el sistema electoral argentino para conformar el poder legislativo, en relación a otros países de la región?

“La Cámara de Diputados usa un sistema proporcional con listas cerradas y bloqueadas. Los partidos definen quiénes van en la lista y en qué orden, y los electores solo pueden elegir entre partidos, pero no pueden hacer una preferencia hacia el interior de una lista por candidatos puntuales”, dice Carolina Tchintian.

Por otro lado, la especialista de CIPPEC señala: “En el Senado se usa un sistema en el que la lista ganadora se lleva dos bancas, y la segunda fuerza se lleva la tercera banca en juego. También son listas cerradas. Lo que podemos decir en relación a otros países de la región es que, en otros países, el elector puede hacer un voto preferencial hacia el interior de las listas y elegir candidatos puntuales. O incluso hay países en los que se pueden elegir candidatos de diferentes partidos políticos para una misma categoría”.

“Un detalle interesante sobre la conformación de listas definitivas que pasan a la elección general en la Cámara de Diputados es que es una decisión de cada agrupación a partir de un sistema del que dispone cada partido, según carta orgánica o según el reglamento de la agrupación”, agrega.

Además, Tchintian explica: “Este sistema vuelve a los partidos políticos un factor y un actor muy relevante en la elección y muy importante también para el comportamiento posterior de los legisladores en el Congreso. En este tipo de sistemas, el sello partidario ofrece información suficiente como para ejercer un voto”.

Qué se vota en las PASO 2021

Recordemos que las elecciones legislativas en la Argentina se hacen cada dos años. En esta ocasión, se van a renovar las bancas de la mitad de la Cámara de Diputados, o sea, 127 bancas. Los que ganen en noviembre van a ejercer el cargo por cuatro años, hasta 2025. Es decir, los diputados se renuevan de mitades cada cuatro años.

En estas elecciones también se compite por un tercio del Senado, lo que hace a un total de 24 bancas. Las personas electas tienen un mandato hasta 2027. Los senadores ejercen por seis años, y cada dos años se renueva un tercio de la Cámara. 

En este mismo sentido, todas las provincias, independientemente de cuánta población tengan, tienen tres senadores. En cambio, la cantidad de diputados de cada provincia es proporcional a su población.

En Diputados, se disputan 13 bancas por la ciudad de Buenos Aires; 35 por la provincia de Buenos Aires; nueve por Santa Fe y Córdoba; cinco por Entre Ríos y Mendoza y cuatro por Chaco y Tucumán. El resto de las provincias renueva dos bancas cada una.

El balance político actual dentro de Diputados es el siguiente: el Frente de Todos dispone de 119 bancas; Juntos por el Cambio y sus aliados —que engloba a la Unión Cívica Radical, el PRO, la Coalición Cívica, el Frente Cívico y Social de Catamarca y Producción y Trabajo— tienen 115. Los demás partidos están muy atrás. El que sigue es el interbloque Federal, con 10 integrantes.

En estas elecciones, el Frente de Todos tiene en juego 50 de sus 119 bancas. Si logra meter 10 bancas más de las que ya tiene, alcanzaría el quórum propio. Esto quiere decir que podría presentar proyectos de ley y aprobarlos de manera casi automática por lograr la mayoría simple. Por otro lado, Juntos por el Cambio renueva 60 de sus 115 bancas.

Desde el lado del Senado, cada provincia tiene tres senadores. Se le asignan dos senadores al partido que haya logrado más votos en la elección, y un senador al partido que salió en segundo lugar. En esta ocasión, se eligen los senadores de Catamarca, Chubut, Córdoba, Corrientes, La Pampa, Mendoza, Santa Fe y Tucumán.

En el caso de Frente de Todos y sus aliados tienen mayoría en el Senado, con 43 bancas, y deben renovar 15. Mientras que Juntos por el Cambio tiene 29 bancas en total y renueva 9.

Télam

El hecho de votar listas, ¿no lleva a que no sepas bien a quiénes estamos votando? ¿Qué pasa si me gustan un par de integrantes de una misma lista de diputados, por ejemplo, y otros no?

Frizzera explica que “no hay sistemas electorales buenos o malos. Todos los sistemas electorales tienen ventajas y desventajas. Se puede decir que hay sistemas más o menos sincronizados con determinada cultura política en determinado lugar. La idea de la lista, que llamamos lista sábana, que es una lista cerrada, privilegia la organización dentro de los partidos. Los partidos configuran la oferta electoral y las PASO oxigenan la competencia interna para ordenar la lista definitiva de cara a las generales. Esto es un cálculo que se hace en la Argentina para dar preeminencia a los partidos políticos”.

Además, Frizzera ejemplifica cómo se organizan en otras latitudes: “Existen otros países de la región, por ejemplo Brasil, que tiene listas abiertas en las que uno vota a un candidato. Esto fortalece mucho más a un candidato que a la organización partidaria. Y lo que puede pasar es que gane un candidato que no goza de la simpatía dentro del partido, pero que tiene mucha popularidad. Y a la hora de gestionar eso puede ser considerado un problema. En México, Chile, y otros países de la región existen las candidaturas independientes. Es decir, no existe el monopolio de la oferta electoral de los partidos políticos, y se pueden presentar personas que tengan determinada cantidad de avales ciudadanos, sin una estructura partidaria detrás, configurando algunos casos aventureros en los que llega una persona que goza del respaldo de la ciudadanía en un determinado distrito a un cargo, sin tener a un partido que lo nutra de ideas y de cuadros partidarios”.

“A mí me parece que el sistema de listas cerradas en donde armar un partido en la Argentina es muy fácil en comparación a lo que pasa con otras regiones. Esto, combinado con las PASO, es un esquema que, si bien es exigente para el elector, balancea bastante bien la posibilidad de incidir en la formación de las listas con la preeminencia de los partidos políticos”, agrega.

Por otra parte, existe una noción de que, en un escenario polarizado, no votar a uno de los dos partidos hegemónicos es un voto ‘‘que no tiene peso‘‘. ¿En qué medida esto es así y particularmente cómo aplicaría esto a una legislativa?

“En un escenario de elecciones legislativas, donde no gana una fórmula sino que se reparten proporcionalmente las bancas del Congreso, se disminuye el peso del llamado voto útil, y uno no redirecciona el voto a la opción que puede ganar y que más le gusta, sino que puede expresarse con más libertad y votar algo más próximo en términos de consciencia o ideológico. La idea de las legislativas es habilitar más pluralidad dentro del gobierno legislativo, donde esa pluralidad es saludable y tiene procedimientos que la encauzan. Entonces, creo que vamos a ver un escenario de menos polarización respecto del escenario de 2019 donde las dos opciones mayoritarias concentraron como nunca antes en la historia la mayor cantidad de votos”, declara Frizzera. 

Foto: AFP

Otra cosa de la cual suele halarse en época de elecciones es del “corte de boleta”. ¿Qué significa cortar boleta en una elección legislativa y cuántas personas suelen hacerlo?

Carolina Tchintian responde: “El nivel de corte de la boleta varía mucho en el mundo según los contextos institucionales y políticos. Incluso, según el instrumento de votación facilite o no esa acción. Pero más allá de esto, las razones que explican por qué un votante decide dividir su voto entre dos o más agrupaciones para las distintas categorías en juego también son diversas. La literatura señala que los votantes pueden elegir dividir su voto entre partidos para lograr un balance ideológico en la conformación de un futuro gobierno, también para lograr un balance en términos de política pública resultante. Además una segunda razón puede ser que el votante se ve atraído a un determinado candidato, independientemente de a qué partido político pertenece, o porque el votante no tiene una identidad partidaria muy marcada y eso lo lleva a hacer ese tipo de voto”.

“Hay estudios que muestran que esto está relacionado con cuán costoso es físicamente cortar una boleta. La boleta partidaria en nuestro país, en donde todas las categorías de un partido o agrupación están una pegada a la otra y sólo separadas por una línea punteada y que el votante tiene que romper, puede desincentivar este tipo de voto. Mientras que otros sistemas pueden incentivarlo, o puede facilitarlo, mejor dicho”, agrega Tchintian.

¿Y cuál es la relación que tiene el electorado argentino con el voto en blanco? Frizzera explica la tradición que tiene Argentina en este aspecto: “Me acuerdo de alguna elección durante la proscripción del peronismo, obviamente, pero también está el caso de 2001, el llamado voto bronca, que entre ausentes, impugnados y en blanco, sumaron casi un 38% del padrón, algo muy significativo. La diferencia entre el voto en blanco, y el impugnado es que el blanco es un voto afirmativo, es decir, se cuenta. Uno está convalidando el sistema electoral, pero está expresando que no se define con respecto a ninguna opción. El voto impugnado expresa más un desacuerdo con el sistema electoral y sus opciones, y ese voto no se cuenta”.

Cómo votar informadamente

¿Qué podemos hacer para, como votantes, votar de la manera más consciente, informada e inteligente en estas legislativas?

“Conocer la oferta electoral, saber qué se pone en juego en cada elección y por último conocer el proceso por el cual se ejerce ese derecho, para saber qué estoy habilitado a hacer y qué no, son variables muy importantes a la hora de ejercer el voto.”, recomienda Tchintian.

Por otro lado, Frizzera afirma: “Hay muchas formas de votar. Hay quienes votan para premiar a determinado gobierno en el ejercicio del poder, otros votan para castigarlo, otros votan porque tal persona representa determinadas ideas o intereses por temas puntuales que me interesan, hay personas que votan según la trayectoria política o la trayectoria personal, algo cada vez más común. Cada vez tenemos más información respecto de cada uno de los candidatos, vía las redes sociales. Los candidatos opinan sobre distintos temas. Habría que ver la forma de compilar en un sitio digital toda la información que anda dispersa para facilitar a un elector o electora el conocimiento de las distintas candidaturas”.

“La revolución digital modificó la forma en la que vivimos las campañas políticas. Obviamente tenemos más información sobre candidatos y candidatas, pero también desde el punto de vista del comando de una campaña, las redes sociales son un nuevo territorio para la publicidad, que tiene la particularidad de ser mucho más barata y eficiente. En ese sentido, se concibe al territorio digital como un nuevo lugar para hacer la publicidad de siempre. Las redes sociales son un nuevo soporte para la unidireccionalidad, para que las personas que votan puedan conocer los mensajes de los candidatos”, profundiza el especialista de Democracia en Red. Y señala: “No estamos viendo lo que ocurre en otros países, en donde se intenta usar el territorio digital para establecer un nuevo vínculo o bidireccionalidad.  Hay experiencias muy interesantes en otros lugares en donde el candidato o candidata proponen esquemas de construcción de su plataforma electoral, de sus propuestas de campaña. El territorio digital, que recién se está instalando en la clase política, tiene mucha más potencialidad del que la que candidatos y candidatas están aprovechando”.

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