Diversos estudios señalan los beneficios de pasar tiempo en espacios verdes, tanto para el desarrollo neurocognitivo, la presión arterial, un envejecimiento más lento, menos riesgo de sobrepeso u obesidad hasta menor ansiedad y un mejor ánimo. Ahora, una investigación encontró que los frutos de estar en la naturaleza en la infancia se pueden recoger hasta en la adultez, incluso en la vejez.
En concreto, los niños y las niñas que viven cerca de estos espacios tienen huesos significativamente más fuertes, lo que podría generar beneficios para la salud durante toda la vida. Un 25 % más de espacio verde a menos de 1.000 metros del hogar representa un 66 % menos de riesgo de tener una densidad ósea muy baja, precisaron los investigadores.
Según explica el estudio publicado en la revista JAMA Network Open, la masa ósea es una combinación del tamaño del hueso y la densidad mineral, lo que representa un determinante clave de la resistencia ósea a lo largo de la vida.
“La masa ósea máxima se alcanza al comienzo de la edad adulta y depende de la acumulación de masa ósea durante el crecimiento y desarrollo esquelético. Por esta razón, la acumulación subóptima a una edad temprana es tan crucial para la aparición de la osteoporosis como la pérdida ósea a través del envejecimiento. Por lo tanto, las intervenciones específicas en las primeras etapas de la vida pueden disminuir el riesgo de fracturas y/o osteoporosis en etapas posteriores de la vida”, explica el paper.
Para dar con estos resultados, los investigadores midieron la densidad ósea de 300 niños y niñas de cuatro a seis años de edad que vivían en una región de Flandes, Bélgica, incluyendo áreas urbanas, suburbanas y rurales. También tuvieron en cuenta otras variables, como el peso, la altura, el origen étnico y el nivel de educación de la madre del niño (un indicador utilizado frecuentemente en esta clase de estudios).
Tim Nawrot, uno de los autores de la Universidad Hasselt en Bélgica, dijo: “El verdadero mensaje de salud pública de este estudio es que los planificadores urbanos pueden fortalecer los huesos de los niños, y eso tiene consecuencias duraderas".
De todas formas, aunque el estudio mostró una fuerte asociación entre los espacios verdes y la fortaleza de los huesos en los niños, no estaba diseñado para mostrar un vínculo causal. “Es probable que el vínculo entre los espacios verdes y los huesos más fuertes sea el resultado de mayores niveles de actividad física en los niños que viven cerca de parques, ya que esto estimula el crecimiento óseo”, aclaró The Guardian en un artículo sobre el tema.
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