Paolo Rocca: “La buena escuela se hace con buenos docentes”- RED/ACCIÓN

Paolo Rocca: “La buena escuela se hace con buenos docentes”

 Una iniciativa de Dircoms + INFOMEDIA

Con motivo del egreso de la primera camada de estudiantes de la Escuela Técnica Roberto Rocca, el presidente del Grupo Techint habló sobre la cultura industrial, la educación y su capacidad para promover la movilidad social.

Paolo Rocca: “La buena escuela se hace con buenos docentes”

Paolo Rocca, Presidente del Grupo Techint; Javier Martínez Alvarez, Presidente de Tenaris Cono Sur; y Érika Bienek, Directora de Relaciones con la Comunidad de Grupo Techint

“Creo que la buena escuela se hace con buenos docentes, con buena remuneración, con la calidad de su trabajo y con su formación”. La frase del presidente del Grupo Techint, Paolo Rocca, suena firme, cordial –y con marcado acento italiano– en una sala en la Tenaris University, dentro de la planta en la localidad de Campana.

A horas de celebrarse el egreso de los primeros 50 alumnos de la Escuela Técnica Roberto Rocca, el empresario conversó con un grupo de periodistas sobre su visión de la educación y sobre los esfuerzos de su organización por conectar la cultura industrial con el mundo de la enseñanza técnica. “La dedicación de los docentes y la evaluación de su trabajo me parecen la clave para una escuela de excelencia. Y creo que algunas de estas cosas se han perdido en el curso del tiempo en la escuela pública argentina” explica.

Rocca recuerda que en 1960 la empresa creó en Campana la primera Escuela Rocca, que a los pocos años fue cedida para su gestión pública. “En esa época la educación pública era de excelencia, pero con los años fue perdiendo calidad. Por eso en 2013 volvimos a crear una escuela de la compañía, porque nos dábamos cuenta de que había que dar oportunidades y alternativas a los alumnos de Campana”.

Con 394 alumnos, en la Escuela Técnica Roberto Rocca (ETRR) se dictan las especializaciones de electrónica y electromecánica, con un sistema de becas que abarca al 100% de sus alumnos.

La ETRR cuenta con acuerdos de colaboración con otras escuelas de la zona. “El compromiso con esta escuela surge de la voluntad de contribuir a transformar no sólo la vida de estos alumnos sino de la comunidad educativa de Campana, porque como saben una escuela técnica es una gota de agua en un mar de 4 millones de chicos en la provincia de Buenos Aires”, explica Rocca. Y agrega:

—El mensaje que mandan estos chicos es que en la escuela se puede descubrir el talento, y en función de ese talento cada uno puede cumplir con sus sueños y aspiraciones. Cuando tengo la oportunidad de hablar con los alumnos les digo que cada uno de nosotros tiene un talento, algo que lo inspira o lo motiva, que lo mantiene despierto a la noche o lo hace pensar durante el día. Y la escuela es la oportunidad para descubrir y seguir esa vocación.

—¿Qué aprende la organización a partir de esta experiencia?
—Pudimos llevar el tema de la formación a la atención de todos, dentro de la planta y en la comunidad. Hay docentes de la escuela que son operadores o empleados de la compañía, y los chicos tuvieron 200 horas de práctica profesionalizante en nuestra planta y en otras de la zona. Es una experiencia de aprendizaje en la que se exponen a la cultura industrial.

Durante la conversación, Paolo Rocca insiste en la necesidad de impulsar la educación técnica en el país. “Estoy seguro de la trascendencia que tiene para la Argentina la educación técnica, porque es una herramienta para que el país tenga justicia y equidad. Es clave para el desarrollo, porque incluye la educación por proyectos que prepara a los alumnos a resolver problemas, a aprender a través de la práctica, del trabajo en equipo, para buscar las soluciones comunes y colectivas de los problemas”.

—Sin embargo, usted estudió Ciencias Políticas...
—Es que todos nos contraponemos a nuestro propio padre… Mi abuelo estudió Ingeniería y mi padre estudió Ingeniería, pero ni yo ni ninguno de mis hermanos lo hizo. La vocación, si tengo que decirlo, en mi corazón se orienta hacia la visión técnica, que en aquel momento era la matemática. Mi abuelo, mi padre y mis hermanos, todos estudiamos en la escuela pública, que era excelente, y llevamos con orgullo esa educación. Hoy me duele en el alma que los obreros de Siderca no tengan esta posibilidad, y muchos tienen que elegir qué hijo enviarán a la escuela pública y cuál a la privada. Esto me duele en el alma porque es una realidad que me gustaría cambiar.

—¿De qué manera?
—Desde el Grupo damos más de 2.000 becas, y promovemos a través de todas las formas posibles a las comunidad de Campana, Ensenada, San Nicolás y Ramallo, donde operamos. Creemos que la escuela pública puede también ser alentada a mejorar, para que la gente de nuestra comunidad tenga más oportunidades. Yo creo que la escuela técnica de excelencia es fundamental para el desarrollo del país, porque permite tener un enfoque racional para resolver los problemas.

La segunda escuela de la Red de Escuelas Técnicas Roberto Rocca se encuentra en la localidad de Pesquería, en Nueva León, México, y su primera camada egresó este año. “Es una localidad muy pobre, con muchas situaciones muy complejas, entonces la escuela es una puerta a otra vida. Como no tenemos la capacidad para atender a todos los chicos que quieren participar, estamos trabajando para la escuela pública en México con el objetivo de ayudar a la comunidad entera”, explica Rocca.

Del encuentro con el presidente de Techint también participaron Javier Martínez Álvarez, Presidente de Tenaris Cono Sur; Érika Bienek, Directora de Relaciones con la Comunidad de Grupo Techint; y Ludovico Grillo, Director de la Escuela Técnica Roberto Rocca.

El Ministro de Educación, Nicolás Trotta, durante el acto de graduación.

Los primeros egresados

Unas pocas horas después de su encuentro con los periodistas se realizó la ceremonia de egreso de los 50 primeros alumnos de la ETRR, con la presencia del Ministro de Educación, Nicolás Trotta.

Allí el presidente del Grupo Techint volvió a subrayar en el valor de la formación: “La industria y el medio ambiente tienen un lugar muy importante, pero la educación tiene un lugar extraordinariamente importante, porque promueve la movilidad social”.

Por su parte, al dirigirse a los egresados, Trotta señaló: “Se necesita el compromiso con la comunidad del sector privado para que la educación genere una ruptura de inequidades, porque la educación técnica es una herramienta para que el país tenga justicia y equidad”.

A la ETRR de Campana asisten 394 alumnos, y todos cuentan con un algún tipo de beca que va del 50% al 100% del valor de la cuota. Las becas son distribuidas en función del objetivo social que tiene la ETRR, que aspira a proveer de herramientas robustas a sus alumnos para que puedan egresar con un perfil que les permita competir en igualdad de condiciones en el mercado laboral.

Cada año, unos 300 alumnos de la zona participan del proceso de admisión, que consiste en un curso gratuito de nivelación de 13 semanas. Los resultados en materia de asistencia de alumnos y docentes son destacables: el ausentismo de estudiantes fue tan sólo del 4,5% durante 2018, mientras que el ausentismo docente fue de solamente el 1,7%. La inversión total por parte de Tenaris en la Escuela Técnica Roberto Rocca desde su fundación en 2013 asciende a los US$ 40 millones.

Gonzalo Mouriño, egresado de la especialización Electrónica, y primer abanderado de la ETRR, resumió así su paso por la escuela: “Competir en las olimpíadas es una de las cosas que más me gustó, porque además fue una experiencia divertida, con certámenes como el de Córdoba, para el cual viajamos tres días y logramos dos menciones a nivel nacional. El último año hicimos una ducha automática para reducir el consumo de agua, con las mediciones que recomienda la Organización Mundial de la Salud. Además, hicimos un desarrollo con impresoras 3D y el producto final fue realmente bueno. Eso que te da este colegio es impresionante”.

Por su parte, la alumna de electromecánica, Cecilia Vázquez, recordó por qué eligió el proyecto de educación de la Escuela: “Cuando llegó la hora de elegir la secundaria, tuve una charla con mi abuelo que fue clave. Él trabajó toda su vida en grandes obras de gasoductos y me habló de la importancia de tener buenos técnicos, porque los jóvenes empezaban a trabajar sin mucha idea y perdían mucho tiempo en explicarles todas las cosas. Para él los técnicos eran el futuro y acá estoy, le hice caso”.