Quienes tienen, donan; otros reparten; algunos organizan o sirven de puente. Pero todos hacen algo para ayudar. Se trata de venezolanos que, ante la adversidad que les impone la pandemia, apoyan como pueden a otros paisanos.
No hay un registro de quienes han recibido apoyo, pero la ayuda que circula es dirigida hacia quienes más lo necesitan: personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad. Porque ante una enfermedad invisible que mata; ante la imposibilidad de encontrarnos con nuestros seres queridos; ante la obligatoriedad de permanecer en casa aunque sin trabajo, todos somos vulnerables. Pero, unos son más vulnerables que otros.
Quien migra huyendo de la miseria no cuenta con una red de apoyo. A veces, no disponen ni de un celular ni de ahorros que los salve en una emergencia. Y hay casos extremos: personas sin un documento de identidad vigente que los valide como “ciudadano”.
De acuerdo con estadísticas de la Organización Internacional de Migraciones (OIM), el 70% de los 200 mil venezolanos que viven en la Argentina depende de un trabajo informal. Es el sector cuyos ingresos se ven más comprometidos por la crisis por el Covid-19.
El Estado implementó un Ingreso Familiar de Emergencia como medida de auxilio para trabajadores informales y autónomos con ingresos bajos. Pero para acceder a esa ayuda de 10 mil pesos hay que ser argentino o tener dos años de residencia legal. Y justamente el 80% de las personas migrantes no accedieron a este ingreso, según una encuesta hecha Agenda Migrante 2020.
Pero también hay muchos venezolano que llevan más tiempo en la Argentina y cuentan con un ingreso que les ha permitido que la situación sea más “llevadera”. Son personas con trabajos estables, personas que tuvieron oportunidad de ahorrar para afrontar una emergencia y familias que se sostienen con emprendimientos que se reinventan en crisis. Y ese grupo está ayudando.
La solidaridad la tienen en común dos venezolanos que no se conocían pero que se unieron para crear un grupo en Facebook en el que gestionan donación de alimentos; una diseñadora gráfica que solo con empuje y ganas empezó a idear una organización para ayudar, un filósofo que preside una asociación de venezolanos que hoy lleva un censo de personas migrantes en situación de vulnerabilidad para sistematizar la ayuda de organismos internacionales, y muchos microempresarios que, cuando pueden, se dedican a donar. Con ellos hablamos de la crisis y la solidaridad.
Alianzas entre venezolanos
Cuando empezó el “aislamiento social preventivo y obligatorio” en la Argentina, los venezolanos recién llegados expresaban su desesperación a través de redes sociales. Los que contaban con ahorros, los agotaban. Se enfrentaban a la imposibilidad de trabajar y el desespero era una constante:
A medida que transcurrieron los días, mientras que algunos se lamentaban y ahogaban el grito de auxilio dentro de sus casas, otros se organizaban para ayudar. Fue el caso de Mariciel Carreño y Rayner Bracho, dos venezolanos que sin conocerse en persona, decidieron crear un grupo de ayuda y gestionarlo a través de Facebook.
El grupo es privado y se llama Manos solidarias de venezolanos en Argentina. La particularidad de esta iniciativa es que acepta y reparte donaciones a través de un grupo de voluntarios que son trabajadores de empresas de delivery, como Rappi, Glovo y, en menor medida, Pedidos Ya.
Rayner, que es uno de ellos, lideró la propuesta y se la hizo llegar a sus compañeros de delivery. Sin pensarlo mucho empezaron a buscar y repartir las donaciones que les llegaban. La logística se ha ido haciendo más eficiente con el ingreso de nuevas personas al equipo organizador.
El centro de acopio principal está en casa de Maciel, en Villa Crespo, pero a quienes viven en provincia de Buenos Aires y se contactan con el grupo, también son apoyados siempre y cuando aparezcan donantes con posibilidad de realizar viajes hasta esos sitios.
Armando Rondón llegó a Buenos Aires junto a su esposa, su hijo adolescente y sus mellizas de dos años el 2 marzo. En Los Teques, ciudad venezolana donde vivía, era comerciante. A los pocos días de arribar a la Argentina, con apoyo de familiares, pudo trabajar de Uber. La pandemia frenó todo y con el tiempo la situación se agravó. No había manera de mantener la casa.
“Me suscribí al grupo, envíe un mensaje a una moderadora explicándole mi situación y en unos días se contactaron conmigo. Tiempo después me indicaron que había una persona que podía ayudarme con una donación”, cuenta desde el apartamento que alquila en Villa Crespo.
“La señora Carmen, a través del grupo de WhatsApp de los representantes del colegio donde estudia una de sus hijas, se contactó con otra persona y ellos hicieron una recolecta y nos la hicieron llegar”, dice. Armando posteó en el grupo un mensaje de agradecimiento:
“He intentado por todas los medios encontrar otro empleo para poder subsistir, pero también se me ha complicado por el tema de la documentación”, apunta Armando. Aún espera que la situación se normalice y se preocupa que se le agoten los pañales para sus hijas.
Sobre insumos para bebés, Maciel asegura que ha habido un importante número de mujeres embarazadas o con hijos pequeños que piden ayuda. Se ha gestionado la entrega de pañales y fórmulas a algunas, además de ropa para bebé. Con la llegada del invierno, la otra preocupación que crece es la del abrigo. Para mayo, las organizadoras del grupo crearon una rifa para comprar más insumos. Con los 40 mil pesos que esperan recolectar planean ayudar a más familias.
Emprendedores preocupados
Jennifer Linares y Esteban Solíz también son venezolanos. Ella es una diseñadora gráfica que está detrás de la cuenta en Instagram @manitasdeayuda.ar. En realidad, no está en una posición privilegiada: tiene una familia con niños y al igual que la mayoría, no cuenta con seguridad laboral en un contexto como el actual.
Sin embargo, se sabe más afortunada que muchos de sus paisanos y es por ello que decidió emprender un grupo de apoyo. En el contexto de la pandemia este tomó mayor relevancia, empezó a gestionar donaciones de alimentos no perecederos y abrigos para la temporada de invierno.
“Cuando uno está en esta situación y ve que hay quien está peor, solo nos queda la solidaridad para salir de esta”, dice Jennifer.
Esteban pidió que su nombre verdadero no fuera revelado puesto que considera que cuando uno ayuda no debe figurar. Él tiene un restaurante de gastronomía venezolana en el Microcentro y constantemente reparte viandas de comida a quienes se acercan a él en busca de alimentos. Es una acción que hace a la par de su trabajo en el restaurante. Si bien el golpe económico del aislamiento ha afectado, entiende que existen muchos en peores circunstancias: “Si tengo tanta comida, por qué no voy a dar”.
A través de una búsqueda en Instagram pudimos hallar otras iniciativas de microempresarios y emprendedores venezolanos que ante la situación, se organizaron para ayudar. Se trata de acciones de pequeño alcance que surgen desde la preocupación por el otro.
Encontramos a Tienda Tostón, espacio online de productos venezolanos que se unió a Cuáles Cambures, un sitio web que funciona como directorio de negocios del país, para entregar alimentos a 12 familias de venezolanos en Argentina.
Un emprendimiento gastronómico (@dayarepasvenezuela) agrupó ayuda de otros cinco comercios venezolanos para gestionar donaciones a personas en situación de vulnerabilidad y también comedores solidarios. Otras personas desde @remesasrk y @grupoklein iniciaron una campaña con sus clientes #LosBuenosSomos iniciativa diaria de donar 500 pesos a una familia que tenga la necesidad del donativo.
Acciones desde la Cruz Roja
La Cruz Roja y la OIM dirigen la repartición de kits que incluyen alimentos no perecederos y productos de higiene personal. En cuanto iniciaron las medidas de aislamiento en la región se activaron para apoyar a migrantes que se encontraran en situación de vulnerabilidad y, aunque para el organismo la nacionalidad no es vinculante, aquí en Latinoamérica la comunidad de venezolanos que entra dentro de esta clasificación es mucho mayor que cualquier otra.
Según los últimos datos somos 5 millones de venezolanos los que estamos fuera de nuestro país. Vimos el despliegue de esta medida en países como Perú y Ecuador.
Aquí en la Argentina, Rodrigo Cuba, director nacional de Desarrollo Humano de la Cruz Roja Argentina, es uno de los coordinadores. Rodrigo me explicó que para acceder a esta ayuda es necesario llenar un formulario especial para eso o ingresar en unos listados que manejan distintas organizaciones de venezolanos en el país. Ellos se las hacen llegar a la Cruz Roja y allí son sistematizados por el personal de la asociación, quienes establecen un orden de prioridad.
Una vez seleccionados los beneficiarios, el organismo se pone en contacto con las personas y se organizan las entregas. Estas se realizan puerta a puerta, con todas las medidas de higiene y seguridad necesarias. El análisis de los casos se hace constantemente, según refiere Cuba. Desde el Estado les ayudan validando listados para cerciorarse de que los aspirantes no estén dentro de otros sistemas de protección.
Son decenas de organizaciones de venezolanos en todo el país que aportan listados e información de familias con necesidades y urgencias. En la sección de migrantes de la página oficial de la Cruz Roja Argentina también está a disposición un enlace a un WhatsApp ((11.6065.0450) que en teoría responde a quienes buscan ayuda.
Otro tipo de apoyos de la Cruz Roja
La Cruz Roja, además de los kits antes mencionados, ofrece otras ayudas a personas migrantes. Son dos tipos de asistencia: en la frontera y en grandes ciudades.
Actualmente, a pesar de que las fronteras están cerradas, migrantes que se encuentran varados en esos puntos pueden comunicarse con la Cruz Roja local y acceder a programas de alimentación, alojamiento, asesoría legal y transporte hacia las ciudades.
Si ya se encuentran en las ciudades se ofrece otro tipo de asistencia, actualmente online, que consiste en facilitar información al interesado sobre sistemas de ayudas estatales o sistemas de documentación, así como cualquier otro aspecto que se considere acorde a la ayuda que pide. Deben llenar un formulario para dar a conocer más sobre las necesidades y dar celeridad a los procesos.
Si querés ayudar a la comunidad de venezolanos en la Argentina podés hacerlo contactarte con Asociación de Venezolanos en la República Argentina (ASOVEN), la Asociación Civil Unión de Venezolanos en Argentina (UVENAR), la Alianza Por Venezuela (filial de la Argentina), la Asociación Mutual Venezolano Argentina (AMVA), Ayúdanos a Ayudar BA y Manitas de ayuda, Madres Guerreras.
Esta nota fue publicado originalmente en Efecto Cocuyo el 25 de abril.