Pablo Secchi es director ejecutivo de Poder Ciudadano, una fundación apartidaria que busca promover la participación ciudadana, la transparencia y el acceso a la información pública para fortalecer las instituciones de la democracia a través de la acción colectiva.
—¿Cómo analizás la participación ciudadana en el contexto actual?
—Es difícil poder hablar de participación ciudadana, los medios dicen que “la gente” está cansada, pero el concepto “gente” no existe, no se puede generalizar. Lo más importante va a estar en relación al voto. Lo que es cierto es que hay una tendencia: la ciudadanía mira las elecciones algo sorprendida por las temáticas que dan vuelta, por la falta de propuestas. Por ejemplo, hay candidatos que prometen cosas que desde el cargo al que se proponen no puede cumplir. Un candidato a diputado no va a bajar la inflación desde el Congreso. Veo a la ciudadanía un poco cansada, desesperanzada y que mira a una clase política que pareciera no estar a la altura de las circunstancias. Hay determinados discursos confrontativos que son más propios de chicana futbolera que de agenda política.
—Este cansancio de la ciudadanía al respecto de la política, ¿puede derivar en un menor compromiso en otras causas sociales?
—Creo que en Argentina existe una gran solidaridad y mucha gente participa de organizaciones de la sociedad civil de determinadas formas para ayudar. Un fenómeno nuevo para estudiar es el de las redes sociales. Creo que hay un combo de influenciadores que, sin necesariamente tener millones de seguidores, son personas con llegada. Ellas, ayudadas por plataformas o formas de donar más fáciles, fomentan que las personas se involucren en colectas o iniciativas solidarias. Esas personas tienen de atractivo que el ciudadano las conoce directamente, sabe que los fondos que se les pase a esas personas van a ir a esas personas. Actúan como intermediarios. La clase política está mucho más alejada del ciudadano.
—Acerca de las redes sociales, ¿creés que también ayudan a poner en la agenda pública y explicar en profundidad ciertos temas?
—Las redes son sin dudas un espacio amplificador de lo que se ve y un medio de comunicación en sí mismo. A veces los medios masivos de comunicación levantan lo que nosotros publicamos y otras veces no, pero no los necesitamos 100% para tener impacto. No es como 15 años atrás, cuando yo leía lo que me interesaba en el diario, ahora veo lo que le interesa a los demás. Tal persona que yo sigo lee tal noticia, la comenta, la publica y yo me entero cómo piensa esa persona. Esto hace que las redes hayan democratizado la palabra.
—¿Qué puede hacer la ciudadanía para que en campaña se hable más de derechos, proyectos, medidas y menos de chicanas políticas?
—Es difícil impactar en la agenda pública. Pero mediante la unión y generando presión se han llevado adelante campañas importantes. Pero depende del tema, claro. Y, además, no hay que olvidarse de que el pueblo se manifiesta legalmente a través de las decisiones del Congreso. Es un desafío grande que los políticos entiendan que ellos no son tuiteros, sino que tienen la responsabilidad de llevar a cabo una discusión más seria de la que están llevando adelante.