Según diversas investigaciones, la depresión reduce la satisfacción con la vida tanto o más que las deudas, el divorcio y la diabetes, al mismo tiempo que exacerba los problemas de salud como las enfermedades cardíacas, la ansiedad y el cáncer. Así todo, muchas personas no responden bien a los tratamientos farmacológicos y a la psicoterapia, sumado a que millones no tienen acceso a la atención sanitaria adecuada. Por lo tanto, se necesitan más tratamientos basados en evidencia, enfatizan los autores de un nuevo estudio publicado en The BMJ.
“Según nuestros hallazgos, nuestra gran esperanza es que los médicos comiencen a prescribir ejercicio con mayor regularidad y con más estructura”, concluyó el investigador Michael Noetel, profesor de Psicología en la Universidad de Queensland, Australia y uno de los autores del estudio, en diálogo con PsyPost.
La conclusión se debe a los resultados obtenidos en un metanálisis que abarcó 218 estudios con más de 14.000 participantes y confirmó que varios tipos de ejercicio son efectivos para aliviar los síntomas de la depresión. En concreto, caminar o trotar demostraron el mayor efecto, seguidos de cerca por el yoga y el entrenamiento de fuerza. Los ejercicios aeróbicos mixtos y prácticas como el tai chi o el qigong también mostraron efectos beneficiosos, aunque en un grado ligeramente menor.
“Los efectos generales fueron similares para el ejercicio individual y grupal; esto es notable ya que en el pasado pensábamos que los efectos antidepresivos del ejercicio podían atribuirse a un mayor contacto social durante las intervenciones, pero claramente este no es el caso", explicó Jonathan Roiser, profesor de neurociencia y salud mental en el University College de Londres (externo al estudio) a Science Media Center.
"Nos sorprendió que el ejercicio funcionara tan bien para tanta gente. Los beneficios fueron mayores de lo que esperábamos. El ejercicio era tan bueno como la terapia y los medicamentos", expresó a su vez Noetel. Y dijo que también les llamó la atención "que cosas como establecer objetivos no hicieran que el ejercicio funcionara mejor".
Respecto a la posibilidad de recomendar actividad física en un entorno médico, el investigador opinó: “La depresión es un problema enorme. Los medicamentos y la terapia ayudan, pero tienen límites. Muchas personas no pueden recibirlos o no les gustan los efectos secundarios. Creemos que el ejercicio es una herramienta adicional importante. Empodera a las personas y también mejora la salud física. El siguiente paso es hacer que el ejercicio sea un tratamiento de fácil acceso para todos”.
De cualquier modo, se necesitan más y mejores investigaciones para sacar conclusiones generales, ya que los estudios incluidos en el análisis pudieron tener un alto riesgo de sesgo y carecían de cegamiento de los participantes.
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