El gobierno de Francia lanzó una colecta mundial para financiar la reconstrucción de la Catedral de Notre Dame luego del incendio arrasador del 15 de abril. La estructura de la catedral, la fachada y las dos torres pudieron salvarse, pero no la aguja y el techo de la nave, el coro y el transepto (la nave transversal que cruza a la principal). Mientras las donaciones llegan de a millones, el debate arquitectónico crece: ¿hay que restaurar la Catedral a imagen y semejanza de la que fue o hay que crear una Notre Dame del siglo XXI?
La colecta. “La catedral se reconstruirá íntegramente, como ha prometido Emmanuel Macron, el presidente de la República Francesa”, se lee en un comunicado de la Embajada de Francia en la Argentina. “Pero la reconstrucción tiene un costo. Por ello, precisamos la generosidad de todos”.
Se estima que ya han sido donados casi 1.000 millones de dólares. Entre los principales colaboradores están Apple, L’Oreal, Chanel y Dior. A la vez, el gobierno francés anunció que modificará la tributación de las donaciones con una exención fiscal para los particulares que den hasta 1.000 euros (será excepcionalmente del 75%).
Se puede donar aquí.
Los tiempos. La Catedral estará cerrada por cinco años o más. Emmanuel Macron dijo que estará lista para los Juegos Olímpicos de París, de 2024, pero hay arquitectos que hablan de un proceso de una década y de la necesidad de contar con artesanos especializados. “Para nosotros, el objetivo no es ir lo más rápido posible”, explicó a EFE el presidente del Colegio de Arquitectos, Denis Dessus.
“Encontrar suficientes artesanos capaces de trabajar la piedra, la madera, el plomo y el vidrio es un desafío para el sector en toda en Europa”, dijo a AFP Francis Maude, director del estudio de arquitectura Donald Insall Associates.
Lo que lleva a pensar que, aún en el siglo XXI, la construcción de una catedral es una aventura épica, como en la Edad Media. Notre Dame fue construida en el siglo XII y remodelada muchas veces.
Los arquitectos. El primer ministro francés, Édouard Philippe, anunció un concurso de arquitectura para determinar si se sustituye la aguja y, en caso afirmativo, si será exacta a la que había construido en 1859 el arquitecto Viollet-Le-Duc o si será una versión modernizada. “Una opción es dotar a Notre Dame de una nueva aguja adaptada a las técnicas y a los retos de nuestra época”, dijo.
Las normas para reconstruir edificios como Notre Dame están recopiladas por los restauradores del Consejo Internacional de Museos (ICOM): suele intentarse que la nueva forma sea similar a la original, pero con mejores condiciones de seguridad y durabilidad.
Sin embargo, hay arquitectos como Alexandre Chassang que dicen: “No debemos reconstruir hoy imitando la imagen del pasado. Sería como exhibir una copia de la Mona Lisa en el Louvre. Aprovechemos este momento para abrir el debate sobre la acción a realizar. La arquitectura debe representar nuestro tiempo”.
El debate recién comienza.