“Crear e innovar es lo que me apasiona”, dice Nerina Zanchetta. Y ser emprendedora le permite ponerlo en práctica todos los días.
Nerina, o Nery, como le dicen quienes la conocen, es la creadora de Arte Nery: una empresa familiar dedicada a fabricar moldes de silicona para artesanías y repostería. “El negocio empezó por necesidad, para ayudar a mi familia”, cuenta Nerina, desde la ciudad de Junín, Buenos Aires, donde reside.
Fue en 2011, cuando la situación económica familiar estaba pasando un momento complicado, que ella decidió convertir lo que hacía como pasatiempo en un negocio rentable. Luego abrió su propio cotillón, donde hacía adornos, souvenires y tortas. Detectando qué se necesitaba decidió, poco a poco, capacitarse y profesionalizar su trabajo. Así fue que comenzó a hacer moldes. “Fueron años de trabajo, de crecer de a poco, pero hoy estamos muy conformes con el producto logrado", confiesa Nerina.
“Un molde, mil ideas”
La frase está en la página web de Arte Nery y sintetiza el esfuerzo de años de trabajo. Porque en 2015, pensando en formas para simplificar su trabajo y el de sus clientes, Nerina creó lo que es su orgullo y que le permitió a la empresa finalmente establecerse como una de las referentes en el mercado: los moldes multifunción de silicona. Es decir, “de un solo molde, vos podés sacar varias figuras o piezas”, explica Nerina. Esto simplifica mucho el trabajo de los artesanos y reduce costos. “Estos moldes fueron un boom. El negocio explotó”, afirma.
Este año, Arte Nery cumple 10 años y sus productos, actualmente tienen más de 450 modelos de moldes, no solo se venden en todo el país, también los exportan a países como Francia, Italia, Chile, Estados Unidos (específicamente a Miami) y Uruguay. Sin embargo, los logros llegaron después de atravesar un largo camino de superación de prejuicios tanto propios como ajenos.
Desde chica, a Nerina le gustaban las manualidades y artesanías. Sus padres tenían una panadería y su mamá se dedicaba a la decoración de tortas. “Recuerdo que los veía trabajar y me gustaba. Pero era más un pasatiempo, que un trabajo para mí. De hecho, por el tema de mi mano, en un momento de mi adolescencia y juventud trataba de esconderla más que trabajar con ella”, asegura.
Nerina nació sin su mano derecha. Y al principio no fue sencillo. Varias veces sus manos acapararon más atención de la que ella prefería. “El tema fue superar esa mirada de la gente que ya de entrada pensaba que no iba a poder”, afirma la emprendedora. De hecho, la rechazaron en algunos trabajos: “Perdón pero no te puedo aceptar”, “Muchas gracias pero no me interesa”.
Su madre cumplió un importante rol en todo este proceso. “Por suerte tuve una madre que me estimuló siempre a que me manejara normalmente, sin poner en el centro de la cuestión la mano que me falta”, afirma.
Tras diez años de recorrido como emprendedora, su trabajo y su historia inspiran. Y muchas veces las personas se acercan para reconocerle lo que las ha inspirado.
“A las personas que me piden un consejo o que a partir de mi historia se sienten motivadas para emprender, trato de mostrarles el camino que yo seguí: ser simple, sencilla y humilde. Siempre acordarse de donde viene uno”, dice Nerina.
El futuro imaginado
La búsqueda de la originalidad siempre fue parte de su trabajo diario. No hacer lo que los otros hacen y tener algo completamente propio es importante para ella. Eso y el trabajo artesanal es lo que más valora.
El 2020 trajo algunas angustias e incertidumbre al negocio. Por eso, las ansias de un futuro seguro y con trabajo son altas. “De acá a un tiempo quisiera que Arte Nery se mantenga. Porque puede ser fácil llegar, pero lo realmente difícil es mantenerse. Me gustaría seguir innovando. Creo que aún tenemos mucho por hacer”, concluye.
Este contenido se hizo junto con Facebook Argentina para el proyecto Mujeres + Mujeres, una alianza para visibilizar el trabajo de emprendedoras que hicieron un cambio en su profesión.
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