“Quiero cambiar el mundo”. Así arranca la biografía de la cuenta de Twitter de la bióloga francesa y doctora en Ecología de Poblaciones. Sus padres llegaron de África sin dinero y, si bien a ella nunca le faltó nada, adoptó un estilo de vida ecológico de cuidar y respetar lo que tenía, de no desperdiciar. Así se dedicó luego al estudio del impacto de las acciones humanas en la biodiversidad.
Su pasión fueron los albatros. ¿Por qué? “Son aves maravillosas. Su reproducción es similar a la nuestra. Son magníficos y vulnerables. Hay 18 especies en el hemisferio sur y viven muy lejos del resto del mundo, pero están sufriendo los impactos de nuestras acciones”, explica.
Las principales amenazas para la biodiversidad son la degradación del hábitat, la sobre-explotación, el cambio climático, la contaminación, las especies exóticas invasoras. Los albatros sufren todas.
En 2016, Deborah Pardo fue una de las 76 mujeres que se embarcó rumbo a la Antártida en la primera edición de Homeward Bound, iniciativa que empodera a científicas en cambio climático. Esa experiencia marcó un antes y un después, y modificó su rol para seguir “cambiando el mundo”.
—¿Qué estás haciendo hoy?
—Con una amiga navegante, diseñamos Earthship Sisters, un programa de nueve meses que recluta a 20 mujeres de cualquier edad y disciplina que hable francés. Las entrenamos para desarrollar su potencial y las acompañamos en crear un emprendimiento ambiental. Luego hacemos un viaje de navegación y probamos su proyecto. Además, doy conferencias profesionales sobre lo que está ocurriendo científicamente en el ambiente, cuáles son las soluciones y cómo podemos actuar.
—¿Por qué decidiste dedicarte a eso?
—Desde Homeward Bound comprendí que tengo muchas habilidades que no se usan por completo en el ámbito académico. Además, hay una emergencia de cambiar el mundo y, al quedarme en la academia, no iría lo suficientemente rápido. Comencé con servicios de consultoría, siempre buscando que tenga cuatro aristas: expedición, educación, liderazgo y ciencia.
—¿Encontraste algún desafío en este ámbito por ser mujer?
—No. Tomé beneficio de ello. Muchos ya estaban cansados de `los hombres blancos viejos´ y querían mujeres jóvenes profesionales.
—¿Qué acción considerás clave en este 2020 para hacer frente al cambio climático?
—Actuar lo suficientemente rápido y efectivo para responder a las cinco amenazas para la biodiversidad, esos cinco impactos de las actividades humanas.
—¿Qué mensaje le darías a las niñas y jóvenes interesadas en la ciencia climática?
—Escuchen su instinto. Confíen en ustedes. Sean apasionadas por lo que hacen. Así podrán hacer cualquier cosa que deseen. Y siempre aprendan sobre aquello que quieran hacer.