Avi Schiffmann tiene 19 años. Marco Burstein, 18. Son compañeros de clase en la Universidad de Harvard, donde estudian programación. A fines de febrero en San Diego, Estados Unidos, Schiffmann participó en una manifestación por la paz para Ucrania y se dio cuenta de que era necesario hacer algo inmediatamente por las víctimas desplazadas de la guerra. Pensó: “Sé cómo diseñar sitios web con plataformas grandes así que, ¿cómo podría no hacer nada para ayudar?”.
La situación hoy está desbordada: más de tres millones de personas huyeron de Ucrania desde que comenzó la invasión de Rusia, según la Organización Internacional para las Migraciones. Y otros millones se desplazan al interior del país a medida que avanza la destrucción, buscando zonas seguras o acceso a suministros básicos y medicamentos. Es el mayor flujo de refugiados en Europa desde la guerra yugoslava de la década de 1990.
Y hay 1.5 millones de niños fuera de casa. “La guerra está provocando desplazamientos masivos y flujos de refugiados, y podría provocar un aumento significativo en la trata de personas y una grave crisis de protección infantil”, dijo Afshan Khan, director regional de UNICEF para Europa y Asia Central: “Los niños desplazados son vulnerables a ser separados de sus familias, explotados y traficados”. Entre el 24 de febrero y el 7 de marzo, UNICEF identificó a más de 500 niños no acompañados por adultos que cruzaban de Ucrania a Rumania.
Luego de la manifestación por la paz, Schiffmann llamó a su amigo Burstein y lo convenció de armar algo. Así, durante tres días y con unas pocas comidas en el medio, se la pasaron diseñando, editando y perfeccionando un sitio web para ayudar a los refugiados: UkraineTakeShelter.com. Sirve para que puedan ponerse en contacto con posibles anfitriones y está traducido a docenas de idiomas. Solo hay que escribir el nombre de una ciudad a la que huir y revisar los listados con alojamientos disponibles. En su simpleza urgente, UkraineTakeShelter es quizás el mejor ejemplo de cómo usar una plataforma frente a una crisis humanitaria.
Según la información del sitio, “UkraineTakeShelter.com es una plataforma independiente que conecta a los refugiados ucranianos con potenciales anfitriones y viviendas. Este sitio es un boletín público.
Instamos a todos los que tengan espacio libre a publicar una lista y marcarla cuando hayan aceptado refugiados con éxito”. Schiffmann y Burstein lo pusieron online el 3 de marzo. Hoy tiene más de 25.000 ofertas de alojamiento alrededor del mundo y más de un millón de usuarios: “Dear Avi Schiffmann, many thanks for your important work” (“Estimado Avi Schiffmann, muchas gracias por tu importante trabajo”), le escribieron desde la cuenta oficial de Twitter del Gobierno de Ucrania.
“Ver a tantas personas haciendo algo para ayudar a estos refugiados, que necesitan y merecen seguridad, es inspirador”, le dijo hace poco Schiffmann a CNN. “Casi todo el mundo tiene un teléfono inteligente y conexión a internet. Siempre sucede algo: un terremoto, una guerra, una pandemia, y siempre hay una manera de usar la tecnología para mejorar la vida de la gente en estas crisis”.
Pero UkraineTakeShelter fue pensado y desarrollado a contrarreloj y por eso algunas personas expresaron preocupaciones de seguridad. “Puede haber depredadores que se lleven a algunas de estas mujeres y niñas”, dijo el subsecretario general de Asuntos Humanitarios de la ONU, Martin Griffiths. Para reducir el riesgo de trata de personas, UkraineTakeShelter incluye advertencias: cómo comunicarse de manera segura con un anfitrión, solicitar una videollamada y reconocer señales de alerta y proporciona ejemplos de preguntas para hacer.
Redes, aplicaciones y otros recursos
Hay más ejemplos de plataformas frente a la crisis humanitaria. Más de 580.000 usuarios se unieron al grupo de Facebook Pomoć dla Ukrainy (Ayuda para Ucrania), un espacio en polaco cuyos miembros se ofrecen como voluntarios para dar alojamiento o ropa de cama, u ofrecen transportar o ayudar a los ucranianos que llegan a Polonia, por ejemplo, para viajar a Varsovia o a otras ciudades desde donde puedan continuar el camino hacia Europa occidental.
Miles de donantes individuales también están utilizando herramientas online y crowdsourced para enviar dinero a los desplazados y organizar a los voluntarios. Algunos lo hacen reservando habitaciones ucranianas en Airbnb. Quienes reservan no se presentan, pero los ucranianos que publican sus departamentos igual reciben el dinero (hasta el 11 de marzo, según Brian Chesky —CEO de Airbnb— se habían reservado 434.000 noches por 15 millones de dólares para los anfitriones en Ucrania).
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De hecho, Airbnb anunció a finales de febrero que ofrecería alojamiento gratuito a corto plazo a hasta 100.000 refugiados de Ucrania. Esas estadías serían financiadas por Airbnb, los donantes del Refugee Fund de Airbnb.org y la generosidad de los anfitriones a través de airbnb.org (el año pasado, esta organización anunció la creación de su Refugee Fund y recibió dinero de 4.000 donantes). La plataforma lanzó airbnb.org/help-ukraine, donde los usuarios pueden registrarse para hospedar o donar dinero y no es necesario que sean anfitriones de Airbnb para hacerlo.
El uso de las plataformas es diverso y creativo. Por las restricciones en las redes sociales, los activistas hacen reseñas en Google Maps o TripAdvisor con noticias e imágenes de la guerra en su intento de hablar directamente con la gente en Rusia.
Por ejemplo, con estas instrucciones tomadas de unos tweets de Anonymous: “Ve a Google Maps. Ve a Rusia. Encuentra un restaurante o negocio y escribe una reseña. Cuando escribas la reseña, explica lo que está sucediendo en Ucrania / Si no sabes qué decir, aquí hay un texto de ejemplo: Еда была отличной! К сожалению, Путин испортил наши аппетиты, вторгшись в Украину. Противостаньте своему диктатору, прекратите убивать невинных людей! Ваше правительство лжет вам. Вставай! / Traducción: ¡La comida estuvo genial! Desafortunadamente, Putin echó a perder nuestro apetito al invadir Ucrania. ¡Enfréntate a tu dictador, deja de matar gente inocente! Tu Gobierno te está mintiendo. ¡Levántate!”.
¿Sirven las respuestas individuales?
Pero ¿es mejor la ayuda vía plataformas, entusiasta aunque inexperta? ¿O es mejor el financiamiento de las organizaciones de siempre? En la revista Fast Company, la antropóloga Elizabeth Cullen Dunn —directora del Centro de Estudios sobre Refugiados de la Universidad de Indiana— escribe: “Veo varias desventajas de la ayuda altamente concentrada”. Se refiere, por ejemplo, a los 1.700 millones de dólares de la ONU destinados a refugiados ucranianos y países de acogida.
El punto de Cullen Dunn es este: “En primer lugar, se diseñó la ayuda a gran escala para apoyar a los campos de refugiados. Los campamentos facilitan la logística de distribución de la ayuda. Pero no tienden a mejorar los resultados para los refugiados, que pueden quedar atrapados durante años o décadas en situaciones destinadas a ser temporales. En segundo lugar, la ayuda a gran escala está muy estandarizada, lo que significa que los refugiados no siempre reciben la ayuda que satisface sus necesidades individuales. Por último, la ayuda a gran escala suele ser ineficaz. En promedio, solo 38 centavos de cada dólar de ayuda llega a los beneficiarios”.
Las respuestas de base, por definición, no están estandarizadas. “Por el contrario”, escribe Cullen Dunn, “son el resultado de respuestas individuales a una crisis: una habitación para compartir, una persona conduciendo un automóvil, etcétera. Las personas que ofrecen ayuda están familiarizadas con las condiciones locales y ofrecen la ayuda que se necesita de inmediato”.
La ola de solidaridad plantea muchas preguntas, cree Cullen Dunn: ¿cuánto tiempo pueden permanecer los ucranianos en casas particulares y qué harán una vez que no puedan hacerlo? ¿Quién ayudará a los desplazados si no pueden regresar a Ucrania y el entusiasmo inicial de los solidarios se agota? ¿Cómo abordarán algunos países como Polonia y Alemania la injusticia en el trato que dan a los ucranianos, que son blancos y cristianos, en comparación con el trato que dan a los sirios y afganos, que son musulmanes y generalmente percibidos en Europa occidental como no blancos? Quizás en las respuestas a estos interrogantes esté la acción, ahora sí, de las grandes agencias internacionales. Pero nada está definido en esta guerra inesperada.
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Esta nota forma parte de la plataforma Soluciones para América Latina, una alianza entre INFOBAE y RED/ACCIÓN, y fue publicada originalmente el 23 de marzo de 2022.
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