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La democracia de Occidente se funda sobre una idea: se puede pensar y decir lo que se quiera. Así lo expresaba Hugo Black, uno de los jueces de la Corte Suprema de los Estados Unidos, cuando fundamentó su fallo en la famosa causa de los Papeles del Pentágono. El debate sobre si el estado debe limitar la libertad de expresión reaparece una y otra vez, últimamente al calor de las fake news y el riesgo de infodemia.
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Medios y libertad. Como era de esperar, se encendieron las alarmas. La Defensoría del Público presentó el Observatorio de la Desinformación y la Violencia Simbólica en Medios y Plataformas Digitales (NODIO) para “proteger a la ciudadanía de noticias falsas, maliciosas y falacias”. Cacofonías aparte, la oposición puso el grito en el cielo, y ADEPA y FOPEA reaccionaron con sendos comunicados, cuál más preocupado. En cuestión de horas, las redes sociales se poblaron de mensajes y memes para todos los gustos.
Miriam Lewin, la titular de la Defensoría, había dicho que se trataba de una iniciativa ciudadana “con espíritu no punitivo” que involucraría a periodistas, medios, plataformas digitales, verificadoras, universidades y organizaciones de la sociedad civil. Su moderación, naturalmente, no alcanzó para tranquilizar a los alarmados. Hasta la justicia entró en estado de alerta: el fiscal Stornelli pidió su indagatoria por considerar que se trata de “una deliberada acción contraria a la Constitución Nacional y los pactos internacionales”.
Con independencia de cómo evolucione el caso, asoman algunas preguntas que pueden servir para el análisis:
- ¿Hay realmente un problema de infodemia? Nadie ha probado hasta ahora que haya difusión masiva de fake news a través de los medios, ni en la Argentina ni en el resto del mundo. En todo caso, la información falsa que circula constituye un porcentaje menor en comparación con la verdadera y confiable. Por algo la mayoría de la gente no retira su confianza de los medios, como lo muestra el Trust Barometer de Edelman.
- ¿Sirven los observatorios para reducir la cantidad de noticias falsas? Es muy improbable: no hay registro de casos de éxito en el mundo. Lo que funciona es que el mismo ecosistema de medios y redes sociales señale los errores que eventualmente se publican. Nadie quiere exponerse al escarnio público de las audiencias. No hace falta un observatorio.
- ¿Hay algún riesgo en poner en marcha un observatorio? Si el estado participa, sí. En democracia, los medios controlan al gobierno, no al revés. Quien decide quién informa bien y quién informa mal son las audiencias, no un comité de notables. Y mucho menos si el gobierno tiene voz y voto.
Las democracias podrían fracasar a causa de las libertades que permiten, decía Richard Gingras parafraseando a Platón. Igual que puede caerse quien camina. En cualquier caso, mejor correr ese riesgo que atarse a una cama para evitar un tropiezo.
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Tres preguntas a Camila Perochena. Es historiadora especializada en comunicación política, profesora de la Universidad Torcuato Di Tella. En su tesis doctoral estudió el uso del pasado en el discurso de dos políticos latinoamericanos: Cristina Fernández de Kirchner y Felipe Calderón.
- Estudiaste el uso del pasado en los discursos de Cristina Kirchner y de Felipe Calderón. ¿Qué similitudes y diferencias ves?
Se puede ver el modo en que un presidente interpreta la política por el modo en que hace uso del pasado. CFK hace un uso del pasado polarizador, en línea con el modo en que concibe la política. Va al pasado para rastrear antagonismos que de algún modo tienen su correlato en el presente. Cuando se pelea con el campo, se va al período del Centenario y confronta con los sectores agroexportadores. O al período militar, para ver qué pasó con los medios de comunicación y el poder judicial en ese momento de la historia. Felipe Calderón hizo todo lo contrario: buscaba unir a las distintas fuerzas políticas y para eso hizo un uso conciliador de la historia. Necesitaba que todos los partidos lo apoyen en la guerra contra el narcotráfico.
- ¿Qué uso del pasado hicieron el peronismo y el radicalismo? ¿El PRO hizo algo en ese sentido?
El peronismo tuvo diferentes momentos del uso de la historia. Los primeros dos gobiernos de Perón tienen un discurso más de la tradición liberal. Perón no quiso hacer un relato de refundación de la Nación. Ignoró a los revisionistas. Es sintomático que bautizó las líneas de ferrocarril con los nombres de los próceres liberales: Urquiza, Sarmiento, Roca y Mitre. Perón se hace revisionista después del golpe. Menem usó la historia para unir: repatria los restos de Rosas y habla de reconciliación, de cerrar heridas. Alfonsín también usa historia en clave de unidad. En el famoso discurso de Parque Norte dice que es hora de dejar las divisiones de lado. El PRO, en su búsqueda de diferenciarse del kirchnerismo, consideró que el pasado era nostálgico. Y quizá fue un error: no se pueden ignorar la memoria y las tradiciones. Forman parte de la identidad.
- ¿Qué presidentes considerás los más relevantes por la huella que dejaron en la historia Argentina?
El primero que mencionaría es Urquiza. Es el líder político que se da cuenta de que tiene que correrse para organizar la Nación. Sabe que sin Buenos Aires no puede haber Nación, y por eso se corre en Pavón y negocia con Mitre. Y nos deja nada menos que la Constitución. Resignó su liderazgo para unir el país. Menciono también a Roca, porque es el que construye las instituciones y empieza pensar en un plan de desarrollo de la Argentina a largo plazo. También a Perón porque también marcó un antes y un después: si bien muchas de las instituciones que él establece existían desde los años '30, él incluye a los sectores populares y los trabajadores como actores políticos. Y por último, diría que Alfonsín: es uno de los grandes constructores de consenso del país y el refundador de la democracia. Es el presidente de la transición, más allá de los resultados.
[El video con la entrevista completa se publicará próximamente]
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Medios y redes, un tercio para cada uno. El estudio de abogados Davis & Gilbert publicó los resultados de su encuesta de la industria de relaciones públicas en los Estados Unidos.
El 29% de las agencias de PR señaló que estiman que el mayor impulsor de ingresos durante los próximos cinco años va a provenir de la gestión tradicional de las relaciones con los medios. Un porcentaje apenas mayor de encuestados, 31%, dijo que esperan que el mayor crecimiento de ingresos provenga del manejo de redes sociales y las campañas de marketing de influencers. Plena transición del siglo XX a XXI.
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Academia. La promulgación de leyes que buscan solucionar problemas sociales complejos requiere de la participación amplia de sectores. Este artículo de Sadi y Ramos Meneghetti argumenta que, a pesar de que el lobby no goza de buena fama, es una forma legítima con la que cuentan los ciudadanos para hacer llegar sus puntos de vista a los tomadores de decisiones públicas.
Los autores señalan tres casos emblemáticos (leyes relacionadas con los trastornos alimentarios, el matrimonio igualitario y la fertilización) en los que organizaciones de la sociedad civil lograron sus propósitos a través del lobby.
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Agenda.
- El martes 20, los socios de DirComs tuvieron un encuentro con Cecilia Mosto, socia y directora de la agencia de investigación CIO, especializada en estrategia corporativa, y Mariano Pasik, CEO y fundador de Liebre Amotinada. En ese espacio charlaron sobre la construcción del posicionamiento empresario en la Argentina y la relación entre el marketing y la comunicación en una empresa.
- El miércoles 14, junto al Consejo Profesional de RR.PP., recibimos a Sebastián Rollandi, flamante director del nuevo canal IP (Información Periodística) del Grupo Octubre, un nuevo medio para profesionales de comunicación que comenzó a transmitir el 17 de octubre pasado.
Hasta acá llegamos esta semana. Todas tus ideas, propuestas o consultas son bienvenidas. Podés escribirme a [email protected]
¡Hasta el miércoles que viene!
Juan
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