Nombre: Mayra Arena
Edad: 28 años
Lugar de Nacimiento: barrio Villa Caracol, Bahía Blanca, Buenos Aires.
Profesión: estudiante de Ciencia Política en la Universidad de Tres de Febrero
Sector en el que trabaja: Comunicación Política
Lugar en el que desarrolla su actividad: militante en Fuerte Apache
Redes sociales: Instagram: @mayraarenaok Facebook: @mayra.arena.9
—¿En qué situación sentiste que el género se te volvió en contra y cómo lo superaste (si lo superaste)?
—Desde muy chica supe usar a favor mío las diferencias que existen entre varones y mujeres. En el contexto en el que me tocó nacer era prácticamente ventajoso ser nena. Como yo pedía y vivía de lo que la gente me daba, al ser nena se generaba más piedad o pena por parte del adulto que ayudaba. Podría decir que lo más complicado fue cuando quedé embarazada y tuve a mi hijo. Un pibe de la misma edad que trae un hijo al mundo no lo carga en el cuerpo y no se ve ante la mirada del otro. El cuidado de ese niño no le recae tanto como a nosotras. Para las mujeres, siempre es más dificultoso durante la primera infancia rebuscarse para ganarse el mango y sobrevivir. Esa fue la única etapa de mi vida donde sentí que ser mujer era un problema. Hasta en los lugares más machistas supe encontrarle la vuelta para no estar en desventaja.
—¿Cuál es el problema más urgente a resolver respecto a la igualdad de género en tu ámbito?
—Lo más urgente a resolver es el cuidado de los niños pequeños, sobre todo para las mujeres que quieren buscar trabajo. No hay nada más difícil para una mujer con hijos que encontrar a alguien que los cuide. Eso a los varones, en general, no les pasa porque el cuidado recae sobre nosotras. La que se ocupa de los nenes casi siempre es la madre.
—¿Qué creés que se podría hacer para revertirlo/mejorarlo?
—Me voy a poner punitivista y voy a pedir castigo civil para los hombres que abandonan a los hijos. No puede ser que un hombre abandone a los hijos y no pase nada. Todos conocemos madres solteras, chicas que enfrentan embarazos y crían solas. Tiene que estar mal visto que el hombre abandone a sus hijos. Se tiene que dar cuenta de que lo que hace está mal y por eso recibe un castigo, como que no pueda sacar tarjetas de créditos, que no pueda viajar al exterior, que no pueda acceder a todo lo que se accede sistemáticamente.
Por otro lado, en relación a espacios de cuidado, se necesita la construcción de guarderías y la ampliación de jardines de infantes. Es un sueño que existan escuelas de doble turno en toda la Argentina para que una pueda estar tranquila en horario laboral de que sus hijos están en la escuela.
—¿Qué consejo le darías a una mujer que te está escuchando/leyendo ahora?
—Que le dé para adelante en lo que se proponga. Hay más trabas internas que externas. Cuando una visibiliza las trabas externas, una puede trabajar en superarlas, cambiarlas y evadirlas. Las internas, si no se detectan, nos van a trabar toda la vida. Además, es muy importante la independencia económica. Todo lo que nos ate a otra persona o al Estado nos resta libertad. Para ser libres, la economía es un gran primer paso.
—¿En qué aspectos las nuevas generaciones te generan esperanza?
—No creo que las nuevas generaciones estén cambiando tanto como que se dice que cambiaron. Creo que cambiaron mucho desde lo discursivo. Lo veo en mis hijos, que son adolescentes. Desde lo discursivo es todo más correcto y soñado. Tienen muy buen discurso, pero en el fondo siguen los mismos problemas, las mismas inseguridades y las mismas debilidades.
Las redes sociales generan una dependencia de la aprobación de los demás. Hay una necesidad de aprobación, de mostrarte feliz y superado. Todo eso es una cáscara vacía. No hay mucha autoestima real. No estoy tan esperanzada. Cuando tenés un discurso hermoso, pero el accionar sigue siendo el mismo, se traba más la posibilidad de cambio real.
Si crees que estás viviendo una situación de violencia por razones de género y necesitas contención o asesoramiento, llamá al 144. Si estás en riesgo inminente de ser atacada llamá al 911.
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