Nombre: Marou Rivero
Edad: 35
Lugar de Nacimiento: Recreo, Catamarca
Profesión: Socióloga e influencer cultural
Sector en el que trabaja: Cultura
Lugar en el que desarrolla su actividad: Argentina
Redes sociales: Facebook: Marou Rivero IG: @marourivero
—¿En qué situación sentiste que el género se te volvió en contra y cómo lo superaste (si lo superaste)?
—Tuve la suerte, junto con una elección propia, de meterme en moda. En mi área de trabajo predominan las mujeres y no tuve ninguna barrera fuerte de género que me dijera “hasta acá llegás porque sos mujer”. Pero sí me ocurrió algo. Tuve trabajos en relación de dependencia muy cortos y después me largué sólo a lo autónomo. Crecer dependió de mí. Lo que más reconocí en estos últimos años que me jugó lo de ser mujer es en el prejuicio con respecto a que lo que hago es importante o válido, y mucho de colegas —mujeres y hombres— de pensar que crecía laboralmente porque me estaba acostando con alguien.
Todos prejuicios que están 100% asociados al género. Esos son los prejuicios que más naturalizados tenía y los que más me shockeó darme cuenta de que yo misma me esforzaba porque no se malentendiera. Lo superé viviendo una etapa de mostrarle al mundo que no, que me chupó toda la energía. Y llegó un punto en que nunca dejaba satisfecho a nadie. Entonces, me concentré en que a algunas personas lo que hacía les iba a parecer una estupidez, pero que también le podía dar una profundidad a lo que hacía. También me pasó de encontrarme con otras mujeres a las que les venía pasando lo mismo. Estos días compartí la frase de “Yo me sostengo sola” y es tanta la información que viene de afuera diciendo todo lo contrario, que a veces yo misma me tengo que repetir que repetir esas cosas porque es muy difícil creerte que vos podés con eso.
—¿Cuál es el problema más urgente a resolver respecto a la igualdad de género en tu ámbito?
—Igualdad de género, igualdad de oportunidad, e interseccionalmente. Creo que lo más urgente es visibilizar y representar historias de otres que no tienen ningún tipo de espacio, que tienen realidades muy distintas para compartir y denunciar (como la discriminación, el maltrato, el no poder acceder a trabajo) y que muchas veces, por ser historias tan periféricas y marginadas, ni siquiera tienen la posibilidad de expresarse.
—¿Qué creés que se podría hacer para revertirlo/mejorarlo?
—Cuando sucedió lo del #BlackLifesMatters me ilusioné un poco porque las redes sociales son eso: salir del ombligo y prestarle tu plataforma a otre. Creo que quien trabaja de comunicador o influencer pueda decir “esto no lo sé, tampoco le tengo que poner la cara yo sino que le presto mi plataforma a alguien para que lo haga”. Hablar de esto ya a un 1% le cambia la cabeza y vamos a seguir gradualmente. No queda otra que ser responsables y ceder ese espacio de poder y esos privilegios para que otres puedan contar su historia.
—¿Qué consejo le darías a una mujer que te está escuchando/leyendo ahora?
—Lo que pienso ahora, en función de algo que me está pasando mucho a mí, es no ser perfeccionista en el intento. Estoy tratando de mostrar que podemos hacer las cosas lo mejor posible y, a veces, el miedo a no hacerlo bien es más grande que el intentarlo. Esa búsqueda de ser perfecta porque le tenés que mostrar a todos los y las machirulos que ese lugar te corresponde, y no nos podemos equivocar ni mostrar debilidad; no. Recuperémoslo. En ese afán por ser perfectas y demostrarles a los demás que nos merecemos esos lugares, abusamos de nuestro propio ser. Una mujer está pensando siempre en demostrarle a los demás y, en realidad, alcanza con demostrarnos a nosotras. Es donde radica la confianza. Y te lo digo, y me lo digo eh. Parece que me lo re sé y es mi lucha diaria.
—¿En qué aspectos las nuevas generaciones te generan esperanza?
—Me dan esperanza las nuevas generaciones que vienen de padres que se han despertado o están en proceso. Las nuevas generaciones tienen muchas más posibilidades de encontrar gente que piensen distinto o afín a un padre. Hoy hay información que tiende a abrir la cabeza en los lugares donde los adolescentes conviven o pueden hacerse preguntas. O mismo las películas y series están más orientadas a hablar de ciertos temas y no demonizar otros. Así como está todo ese lado espectacular y me hace pensar que otro futuro es posible, también hay gente mucho más de derecha, más extrema, con muy pocos recursos, que repiten. Ni hablar de las redes sociales y su capacidad de polarizar grupos. Siento que hay más información, pero también hay más desinformación. Tengo más esperanza en la gente que le interesa cambiar el mundo una persona a la vez.
Si crees que estás viviendo una situación de violencia por razones de género y necesitas contención o asesoramiento, llamá al 144. Si estás en riesgo inminente de ser atacada llamá al 911.
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