¡Buenas tardes! Hoy queremos reflexionar sobre una búsqueda de la que, 11 años después, se mantienen las esperanzas. Y sobre una comunidad respetuosa que abraza a quien lo necesita.
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El estadio estaba repleto, con más de 70.000 personas. Se iba a jugar un partido de fútbol en un domingo de sol. Nada menos que el superclásico. Unos instantes antes de la hora prevista para el inicio del encuentro aparece en el cartel indicador la imagen de una joven de 28 años. Al mismo tiempo, camina hacia el centro del campo de juego una mujer.
La mujer viste una remera y lleva en su mano un cuadro con la misma imagen que la chica de 28 años que aparece en el cartel. La joven del cartel y del cuadro es María Cash y la mujer que camina al centro de la cancha es María del Carmen, su mamá. El público, ante semejante aparición, ante semejante suceso inesperado, hace un silencio abrumador, denso, respetuoso. Empieza a aplaudir y, cada vez más, como una forma de aliento, de un abrazo a una madre que hace años busca a esa chica que aparece en el cartel. Cuando una persona se pierde y el tiempo pasa sin que sea hallada es difícil saber qué hacer, cómo ayudar. Pero al menos esta multitud quiere decirle: “No estás sola”, “Nos conmueve lo que te pasa”, “Aquí estamos”, “Te acompañamos”.
Esa sensación de brindar al menos un consuelo es maravillosa. Es cierto que nada cambió desde aquel día. Pero que una multitud se detenga 5 minutos a alentar a una madre que busca a su hija perdida es, al menos, una señal de esperanza de encontrarla. Y habla también de la madurez, la ética y la moral de ese pueblo.
María Cash, con 29 años, en el 2011 fue al norte del país. La última imagen que se tiene de ella es en un cruce en la frontera entre Jujuy y Salta, donde se la ve haciendo dedo, preguntando, aparentemente, a unos camiones si la podían llevar. Hay versiones sobre qué paso, pero nada concreto. Su familia sigue la búsqueda.
Su papá dejó todo para encontrarla. Día y noche, todos los días de cada año. Su familia entró en una crisis económica, porque dejaron sus actividades habituales y dedicaron todo su tiempo a buscarla. No hay muchas situaciones como esta en nuestro país
Cuando el papá ya no tenía nada, ni siquiera una forma de movilizarse, alguien desde la Patagonia lo llamó para donarle un auto. El hombre viajó a la Patagonia a buscar el auto. Como no tenía nada, durmió una noche en un hogar para personas en situación de calle. No podía pagar una pensión o un hotel. De regreso a su casa, en Buenos Aires, tuvo un accidente fatal. Una tragedia que se sumaba a la tragedia de la desaparición de María Cash.
En el aplauso de esta multitud, que es un consuelo para la madre y para nosotros como sociedad, que es una que se muestra no indiferente, queremos sumar y agregar el aplauso a otras 144 familias que buscan a mujeres perdidas, que no sabemos dónde están.
Una mirada que nos da cierto consuelo es que de cada 10 personas que se pierden nueve aparecen bien y con vida y en poco tiempo. Una no aparece más o aparece sin vida. María Cash es un símbolo de una de estas situaciones que cada tanto ocurren. Como Sofía Herrera, con 3 años, perdida hace tanto. Como hace un año Guadalupe Lucero, de 5 años, que se perdió en San Luis hace poco más de un año. Como tantas tremendas historias, María Cash y su familia representan lo que significa esta realidad.
Nos quedamos con el consuelo de una multitud que no fue indiferente. Y que tras un silencio respetuoso entregó un aplauso conmovedor que sirve para seguir buscando un poco más.
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Este 8 de julio se cumplen 11 años de la última vez que María Cash fue vista. “Mientras exista la posibilidad de que esté viva, seguiré luchando. Nunca vamos a dejar de buscarla”, dijo María del Carmen, su madre en una entrevista reciente.
El caso de María Cash hizo que desde el Estado nacional se comenzaran a crear mecanismos para atender el problema de las personas desaparecidas. En el 2011 no había un área nacional que se ocupara de las desapariciones del presente, salvo el Registro Nacional de Menores Extraviados. Desde entonces, se creó un Instructivo de actuación frente a casos de personas desaparecidas, luego una Unidad de Búsqueda de Personas Extraviadas. Y en 2016, el actual Sistema Federal de Búsqueda de Personas Desaparecidas y Extraviadas (Sifebu). Esta nota repasa dicho proceso.
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El último viernes, con el comienzo de julio, comenzamos en RED/ACCIÓN una nueva campaña del mes. Esta vez, junto con la organización Abriguemos a un Niño, buscamos que más estudiantes que viven en escuelas rurales del país puedan recibir mantas para protegerse del frío.
Abriguemos a un Niño es un grupo de tejedoras que confeccionan estas mantas y las envían, con la ayuda de padrinos y madrinas, a escuelas albergues, donde de lunes a viernes viven estudiantes de poblaciones cercanas. Son edificios que muchas veces no cuentan con la mejor infraestructura para mantener el calor en el invierno.
Donando lana, tejiendo cuadraditos o apadrinando escuelas podés ayudar. Además, también te contamos cómo el acto de tejer en grupo puede ser muy positivo para quienes quieran sumarse. Conocé acá más detalles de la campaña y cómo poner tu granito de arena (o, mejor dicho, tu cuadradito de lana).
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Aunque el acceso a la educación es un derecho de toda persona, aún resta camino por recorrer para eliminar las barreras que enfrentan en esta área muchas personas con discapacidad. Muchas de ellas deben recorrer decenas de escuelas hasta encontrar una que les abra las puertas y, si no lo logran, son expulsadas del sistema o forzadas a asistir a centros especiales.
La verdadera inclusión se da en las escuelas comunes y por eso es para festejar el paso dado la última semana. Por una resolución de la Justicia porteña, el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires deberá implementar políticas públicas para terminar con la discriminación de personas con discapacidad. En otras palabras, no se les podrá privar o poner condiciones para que vayan a colegios de cualquier tipo en la Capital Federal.
Esta nota de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia cuenta los detalles de una sentencia histórica.
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A propósito de ACIJ, la organización llevó adelante este año el concurso Sin Barreras, que buscaba incentivar la creación de obras artísticas que reflejen la importancia de garantizar a las personas con discapacidad el derecho a la vida independiente. “Una pieza artística tiene la capacidad de desnaturalizar algo supuestamente dado o despertar preguntas, inquietudes, sensaciones, empatías e intereses”, era la premisa declarada al convocar al concurso.
Participaron más de 300 personas de 20 provincias del país. Hubo 5 obras ganadoras y 29 menciones especiales. Y las obras fueron presentadas en una galería virtual la última semana. Te invitamos a que las conozcas acá.
“Las barreras que enfrentan las personas con discapacidad tienen que ver con paradigmas profundamente arraigados en el conjunto de la sociedad, y en esos casos las diferentes expresiones culturales y artísticas son herramientas muy potentes”, contaba en una entrevista que le hicimos Belén Arcucci, coordinadora del programa Derechos de las Personas con Discapacidad. Ella nos dijo que, más allá de las obras ganadoras y la cantidad de postulantes, el concurso despertó el interés en la temática e incentivó una reflexión necesaria para la sociedad.
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En ocasiones, desde el Congreso de la Nación se escuchan noticias que oxigenan. Una de ellas ocurrió el último jueves, cuando el Senado convirtió en ley, por unanimidad, la Ley de Oncopediatría. La Ley especifica que el Sistema Público de Salud, las obras sociales y las prepagas deberán brindar al niño, niña y adolescente con cáncer una cobertura del ciento por ciento en las prestaciones para las prácticas de prevención, promoción, diagnóstico, terapéutica y todas aquellas tecnologías que pudieran estar directa o indirectamente relacionadas con el diagnóstico oncológico. Y esta medida se inscribe en un programa integral para reducir la morbimortalidad.
El presidente de la Comisión de Salud del Senado, Pablo Yedlin, destacó que “cada vez hay más esperanza” en el tratamiento del cáncer en niños, en un recinto donde familiares de niños con cáncer celebraron y se emocionaron. Una esperanza que se sustenta en avances científicos y que ahora tiene respaldo desde la legislación. El próximo paso será que se cumpla y que, efectivamente, esta ley ayude a muchos.
Esta nota repasa los detalles de la ley aprobada.
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Para cerrar esta edición de OXÍGENO, un pedido de ayuda para una obra fabulosa. La Escuela de Educación Primaria de Adultos (EEPA) Nro 721, que tiene sedes en las unidades penales Nro 10, 45 y 34 de Melchor Romero/La Plata, está armando una biblioteca. Y para eso convoca a quienes quieran donar libros en buen estado. “El objetivo es contar con obras relativas a la historia, novelas, poesía, biografías y cuentos para que nuestros/as estudiantes tengan acceso y disfruten de la lectura”, dice Francisco, docente de la escuela, en una publicación.
Para acercar tu donación podés escribir a [email protected].
Cuidate mucho, cuidalas mucho, cuidalos mucho.
Te mandamos un gran abrazo.
Juan y David