Margarita Carles es licenciada en Economía y cofundadora de Mayma, una organización que potencia emprendedores de triple impacto. En esta breve entrevista habla sobre cómo eligió vivir la cuarentena y sobre las oportunidades que aparecen para los emprendedores.
—¿Crees que la pandemia trae nuevas reglas de juego para los emprendedores?
—Muchos emprendedores no estaban preparados para llegar en tiempo y forma al cliente. Tienen que usar la venta online y mejorar el envío. Los sitios web no muestran suficiente información de los productos que ofrecen. Veo que en otros países hay más fotos, más texto y más opciones. No alcanza con que el producto sea sano y bueno. Hay que mejorar la comunicación.
—En lo personal, ¿qué aprendiste de este periodo de cuarentena?
—La cuarentena me encontró en las sierras, en Umepay, en Córdoba. Me considero bastante nómade. Pensaba ir y venir, pero me quedé. Aprendí un montón sobre mí. Vi la posibilidad que tengo de vivir aislada en la naturaleza y al mismo tiempo estar muy conectada, trabajando desde acá. Esto trae posibilidades infinitas. Estoy viviendo en un entorno supersustentable y trabajo mejor que cuando vivía en Núñez.
También estoy viviendo en una Tiny House, que tiene unas medidas maravillosas. Hace que le dediques el tiempo justo a la limpieza y al orden. Pude confirmar que me encanta esto de experimentar y tener la liviandad de decir: "Listo, se cerró un ciclo, me voy".
—¿Qué oportunidades aparecen en este momento para los productores agroecológicos?
—El COVID-19 aumentó la conciencia, pero ya venía creciendo la demanda en Argentina y en el mundo para todo lo agroecológico. Cuando arrancamos con Mayma, hace 14 años, había que hacer docencia para que las personas se convencieran de que estaba bueno comprar en una nueva economía. Ahora se dio vuelta la tortilla. Haciendo un poco de autocrítica, todos los oferentes de productos y servicios de la nueva economía están en falta con la demanda. Si hoy no comprás algo agroecológico de necesidades básicas es porque no lo encontraste. Ante la urgencia y demás tuviste que comprar un producto convencional. No estamos llegando en tiempo y forma. Las oportunidades son enormes para los que quieren ofrecer productos y servicios en un nuevo paradigma.
—¿Cuáles son los principales desafíos para los productores que quieren hacer la transición a la producción agroecológica
—Muchas personas no aceden a la tierra porque es cara. La tierra para producir compite con los desarrollos inmobiliarios. Yo estuve buscando tierra para producir en el conurbano. Los dueños de la tierra ponen una exigencia de ganancia que está más ligada a un ingreso en el mundo del desarrollo inmobiliario. Mucha tierra en el conurbano esta improductiva esperando hacer la gran venta con algún desarrollador. Cuando tenés la tierra no hay desafío. En internet uno encuentras tutoriales para todo. La inversión inicial para producir alimentos agroecológicos es recontra baja. Ahí, diría que el único desafió es terminar de convencernos que si las personas están más cerca de producción de alimentos vamos a hacer un cambio más rápido hacia algo mucho más sano.
Este contenido fue publicado originalmente en Otra Economía, la newsletter sobre economía circular, inclusiva y de triple impacto que edita Florencia Tuchin. Podés suscribirte en este link.