Los libros de la guerra
Rodolfo Fogwill
Mansalva
Uno (mi comentario)
Cuando un César conquistaba un nuevo territorio, siempre tenía al lado un enano que le decía: “Recuerda, César, que eres mortal”, para que no se la creyera demasiado. Algo de ese enano hay en esos escritores que suelen pensar en contra de los clichés de lo simbólico. Rodolfo Fogwill era uno de esos tipos, como Hannah Arendt, como Joan Didion. Usando palabras incómodas, conceptos ríspidos, escandalosos. Pero qué bueno que exista siempre alguien que escriba genial y con el que uno puede no estar de acuerdo. Los libros de la guerra es una recopilación de las intervenciones de Fogwill en diferentes medios gráficos, textos que atraviesan la dictadura, la posdictadura y la democracia joven. En esta época, la pluma filosa de Quique hubiera sido estrangulada por los pañuelos de cualquier color, a favor o en contra del aborto, feministas, machistas, defensores de los animales, monárquicos, demócratas, etc.
Dos (la selección)
Amo a una estudiante de filosofía. Ella invita a su casa a compañeros de la facultad. Charlan –mis temas- escuchan discos –mis discos- y suelen terminar hacienda el amor. En ocasiones ella graba secretamente los diálogos que preceden al inevitable desenlace y después vienen con los cassettes y los escuchamos en mi equipo. Con el fondo sonoro de nuestros Wagner, Schoemberg, Mozart, Yupanqui o de Caro, escucho en esos diálogos el deseo del estudiante; un deseo de ayudantía, deseo de paper, deseo de beca, deseo de saber-para: un deseo de salvación social.
Tres
Cuando el nene, para decir que no cabe, dice no cabo, ha alcanzado la cima de la madurez linguística humana, y está habilitado para crear palabras en función de las reglas de regularidad de su idioma. Cuando la mami o la maestra lo corrigen, prueban que siguen en el estadio animal.
Cuatro
El aborto no es la interrupción de la maternidad, sino una irrupción de la
paternidad. Detrás de cada aborto siempre hay un hombre, o una sociedad de hombres renunciando a la vida. A la vida humana verdadera, el protoplasma humano, no a las que ellos llaman la vida: el churrasquito, la botella de vino, el reloj pulsera, las reuniones en el comité, o las vacaciones en Punta del Este.
Cinco
“Es tan difícil no gustarle a nadie”, registró Lamborghini en Die Verneinung. Girri lo intentaba con verdadera obstinación y no bien lo creyeron a punto de lograr su meta, bastó que algunos se convencieran de que estaba a punto de lograrlo para que su obra terminara gustándole a un grupito de lectores.
Seis
Los mismos recursos que permitieron a Walsh fundar su género de narrativa-verdad (recuérdese Operación Masacre) son empleados por Miguel Bonasso para volver a la narrativa-mentira en su excelente Recuerdos de la muerte. Novela escrita por alguien muy próximo a la comandancia montonera, se enriquece con documentos y anécdotas privilegiadas y trabaja con un hilo de suspenso que –diría un crítico– “atrapa al lector” y la convierte en el libro de "lectura imprescindible".
Siete
Acaban de empapelar las ciudades con la consigna “sí al divorcio”. Pero no
fue un partido ni un grupo de ciudadanos. La campaña la patrocina un complejo industrial editor. Esta es la novedad: los medios que aparentemente se limitan a difundir información sobre los acontecimientos o a reflejar tendencias de opinión, pasan a producir los acontecimientos o a consolidar –con el auxilio de otros medios– las opiniones que más tarde reflejarán.
En SIETE PÁRRAFOS, grandes lectores eligen un libro de no ficción, seleccionan seis párrafos, y escriben un breve comentario que encabeza la selección. Todos los martes podés recibir la newsletter, editada por Flor Ure, con los libros de la semana y novedades del mundo editorial.