Este contenido contó con la participación de lectores y lectoras de RED/ACCIÓN
Los jóvenes no pueden vivir sin su celular. Es un hecho avalado por las cifras: el 96,6 % de las y los argentinos de entre 18 y 29 años tienen un teléfono móvil y en total los argentinos pasamos 9 horas y 39 minutos al día conectados a Internet. Para los millenials y centennials el número sube a casi 12 horas, de las cuales 3 horas y 22 minutos las pasan en redes sociales.
Durante la pandemia, 85 de cada 100 argentinos usaron su teléfono celular para acceder a la Internet.
YouTube, WhatsApp, Facebook e Instagram son las plataformas preferidas de los argentinos de todas las edades activos en redes sociales. La información viene de un informe de Ia consultora Branch/HotSuite.
La paradoja (o algunos dirían la ironía) es que a los millenials y centennials no les gusta hablar por teléfono. Prefieren cada vez más los chats de WhatsApp, notas de voz o emojis. Dicen que les gusta elegir los momentos cuando quieren hablar y tener el control de la conversación. Acostumbrados a los mensajes escritos, likes y los stickers, solo hablan por teléfono cuando no les queda más remedio. Pero esa actitud, dicen algunos expertos, viene con un costo: están perdiendo la capacidad de conversar y eso tiene consecuencias para todos.
A propósito, Cristina Vela Delfa, académica de la Universidad de Valladolid, explica en un artículo de The Conversation que “la conversación no solamente es necesaria para que los niños aprendan a hablar, sino que está en la esencia de la propia naturaleza social de nuestra especie. Conversando nos comunicamos con los otros, pero también, y sobre todo, aprendemos a cooperar”.
No se trata solo de un fenómeno que ocurre en Argentina. A modo de ejemplo, en España el año pasado WhatsApp fue el canal preferido para comunicarse con mensajes escritos y de voz para el 96,8 % de adolescentes y menores que tienen móvil, de acuerdo a un estudio de la Fundación Telefónica, que también revela que para muchos jóvenes hablar por teléfono les angustia.
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Las preferencias de nuestra comunidad
En RED/ACCIÓN le preguntamos a nuestra comunidad de jóvenes en Instagram que compartieran cómo es su relación con su smartphone. Entre quienes participaron, un 70 % expresó que prefiere mandar mensajes a llamar.
“Llamadas no, solo mensajes”, es como describe esa actitud la psicóloga Camila Morbelli, que trabaja principalmente con jóvenes y adolescentes. “En general, creo que este fenómeno tiene que ver con el tiempo y la atención: un llamado por teléfono nos exige estar atentos solamente a esa conversación por una determinada cantidad de minutos y hoy eso nos cuesta bastante. Vivimos en una realidad que nos demanda 'estar en muchos lados al mismo tiempo' y como eso no es posible lo que hacemos es ir alternando nuestra atención de una actividad y la otra, una conversación y la otra, como si nos conectáramos y desconectáramos todo el tiempo de cada cuestión. El mensaje de WhatsApp o audio nos dan la chances de manejar cuándo prestarle atención a la conversación”.
En la misma línea, un estudio que hizo la Fundación Telefónica en España concluye que “el millennial considera que las llamadas te hacen perder el tiempo. Nunca se puede saber lo que van a durar y a ellos les gusta la comunicación rápida y el ir al grano”.
La primera pregunta que hicimos a nuestra comunidad de seguidores en Instagram fue su reacción cuando reciben una llamada. Y la consigna era responder con un emoji. Las siguientes fueron algunas de sus respuestas (esto es cuando una imagen dice más que mil palabras):
También preguntamos cuál es la app que más usan. Y las respuestas confirman los datos del informe de Branch/Hot Suit: casi el 85 % de quienes contestaron optaron por WhatsApp, en desmedro de Telegram, Instagram o TikTok.
El “timing” es importante
También quisimos saber en qué situaciones nuestros seguidores sí prefieren hablar en lugar de chatear.
La gran mayoría prefiere hablar cuando estima que la situación es urgente, de trabajo o cuando quieren que quede claro lo que desean decirle a la otra persona. También hay varios que optan por la opción de hablar cuando es un familiar o cuando están totalmente relajados y quieren conectarse con un amigo.
Esta generación —conocida como mute generation o “generación muda”— ha sido criada en plena revolución tecnológica y algunos se enfrentan a una angustia paralizante cada vez que suena el teléfono. Varios expertos dicen que para muchos de los jóvenes, la escritura les da más tiempo para pensar la respuesta y les hace sentirse más seguros.
La psicóloga Morbelli explica lo que hay detrás de esta actitud: “Creo que la costumbre de comunicarnos por chat también nos da una sensación de mayor control sobre cómo nos comunicamos. En una conversación de WhatsApp podemos elegir con más conciencia las palabras que vamos a usar porque tenemos más tiempo para planificarlo. Por eso, la conversación por teléfono, y 'en vivo', que es menos controlada, a veces puede generarnos más ansiedad y es por eso que algunos jóvenes eligen evitarla”.
Si necesitamos más evidencia, un informe reciente realizado por la consultora Sensor Tower, centrado en los hábitos de los adolescentes británicos, revela que la instalación de aplicaciones de tonos de llamadas ha bajado un 20%. Y la tendencia global es similar o más profunda. Un dato anecdótico que evidencia que los jóvenes están dejando atrás las llamadas convencionales de móvil para priorizar los chats. No es mejor ni peor, es simplemente una forma diferente de comunicarse.