¡Kon'nichiwa! Siempre morí de ganas de conocer Japón, ¿vos no? Ante la imposibilidad de concretar ese deseo en estos tiempos, decidí confirmarme con una edición de inspiración nipona. Me quedó bastante en el tintero, así que en un futuro llegará otra.
Compartí esta newsletter o suscribite
1
ARTE CONTEMPORÁNEO NIPÓN
En 2019, mi abuela sacó un pasaje para ir sola a Japón. ¿Quién va a Japón solo y con 78 años? Por eso, y por muchísimas otras cosas, Mónica es mi mayor heroína de carne y hueso.
Se pasó meses planeando ese viaje. Noches de insomnio dándole a Google y YouTube, blogs, mapas y cuadernos hasta las seis de la mañana. Por eso, cuando me llamó por teléfono y dijo que esto del COVID-19 pintaba mal, que mejor cancelar, un poco me entristecí. Estábamos en enero de 2020. El virus avanzaba a zancadas mientras el planeta miraba otro canal. La decisión me pareció en su momento innecesaria, precipitada. Con el diario del lunes, menos mal que no fue.
La obsesión de Mónica es el arte, en especial el contemporáneo. Su CV de aventuras incluye numerosas escapadas a Venecia para visitar la Bienal y una recorrida exhaustiva en Uber por el desierto de Texas a la caza de colecciones privadas.
Cuando le pedí que me cuente sobre sus favoritos del arte contemporáneo japonés, recibí diez notas de voz de WhatsApp al hilo, cuyo contenido condenso a continuación:
- “La isla de Naoshima, conocida como 'la isla del arte', está ubicada en el Mar Interior de Seto. La llaman así porque está repleta de museos e instalaciones de arte, además de ser una de las sedes de la Setouchi Triennale, festival de arte que se celebra cada tres años en distintas islas de ese mismo mar. Lo más espectacular de Naoshima son las construcciones que hizo el arquitecto japonés Tadao Ando. Hay como cinco museos y están todos metidos bajo tierra... La comunión que se logra entre arquitectura, naturaleza y obras de arte es una cosa de locos. Se busca que los visitantes puedan tener silencio y tranquilidad, por lo que no está permitido que entre mucha gente al mismo tiempo. Se llega tomando un tren bala desde Tokio o Kioto y después agarrando un barquito”.
- “Uno de los artistas japoneses más famosos hoy en día es Takashi Murakami. Nació en 1962 y tuvo una formación académica como pintor. En los noventas viajó a Nueva York y se relacionó con la escena del arte pop de la época, los herederos de Andy Warhol, y se dio cuenta de que el arte de su país necesitaba dar un salto cualitativo. Al volver a Japón decidió desarrollar un arte con sello propio y que pudiese ser insertado en el mercado occidental. Lo que hace Murakami es tomar imágenes del arte popular japonés, llámese manga o animé, y hace grandes pinturas a la manera tradicional. Llegó a vender su obra a precios exorbitantes. Incluso intervino carteras de Louis Vuitton”.
- “Otra artista que hay que conocer es Chiharu Shiota, oriunda de la ciudad de Osaka. Esta mujer representó a Japón en la Bienal de Venecia de 2015 y la instalación fue una locura: vale la pena ver un videíto de lo que fue. Puso dos barcas en el pabellón y colgó una infinidad de llaves conseguidas de distintas partes del mundo, miles de llaves colgando del techo y entrelazadas con hilos rojos. Lo que está haciendo Shiota es trazar en el espacio una memoria de sentimientos, de hilos de la conciencia. Es de una belleza impresionante”.
2
LLEGÓ LA POLICÍA DEL SUSHI
Es posible que todo este tiempo hayas estado comiendo el sushi de manera incorrecta. ¡No mates al mensajero!
- 1. Se dice “sushi” (por favor, no le digas suyi ni tampoco suchi).
- 2. Por definición y principios éticos, si tiene queso Finlandia o Philadelphia, no es sushi.
- 3. Las piezas se comen con la mano pero está permitido usar palillos. De usarse, los palillos deben ser de madera (los de metal alteran el sabor de la comida).
- 4. Se come de un solo bocado. El que parta una pieza debe pagar la cuenta.
- 5. Evitar los baños de inmersión en salsa de soja. Eso tapa el sabor. Si el sushi es de buena calidad ya está condimentado.
- 6. Cuando mojes el sushi en la salsa, hay que hacerlo del lado del pescado y no del arroz, porque sino la pieza se desmorona.
- 7. La experiencia full HD se logra así: al meter la pieza en la boca, que el pescado esté del lado de la lengua (y no el arroz).
- 8. Si no te gusta el wasabi, no te gusta el sushi. Si sólo te gustan las piezas de salmón, no te gusta el sushi.
- 9. Los que saben no mezclan el wasabi en la salsa de soja. Si querés agregar extra wasabi, se pone un poquito con ayuda de palillos y encima del pescado.
- 10. La verdadera función del jengibre es limpiar el paladar entre un tipo de pieza y otra, para evitar la mezcla de sabores.
3
JAPÓN EN BUENOS AIRES
Malena Higashi es una de las mayores sensei de cultura japonesa en el Río de la Plata (¿Estoy exagerando? Lo dudo). Es practicante de Chado, la ceremonia del té de ese país, ritual que aprendió junto a su abuela y más tarde en la ciudad de Kioto, adonde vivió y estudió durante un año gracias a una beca*. Hoy Malena se dedica a difundir este conocimiento a través de clases, encuentros y artículos periodísticos.
En unos días empieza a dictar un taller online titulado Help Yourself que reflexiona sobre el rubro de la autoayuda e indaga en conceptos filosóficos y de wellness japos. Además de esto, es la anfitriona en un ciclo de entrevistas mensuales sobre temas relacionados a Japón. Y como si este nivel de versatilidad no fuese suficiente, Malena es periodista y escribe una newsletter especializada. El link para suscribirse es este.
Le pedí que me recomendara joyitas escondidas (o no tanto) de la cultura japo en Buenos Aires. Abajo, oro en polvo:
Restaurante favorito de todos los tiempos
“Hay muy buenas opciones pero sin dudas mi preferido es Bistró Tokio. Es un restaurant oculto detrás de una puerta discreta y unos cuantos escalones. Tanto el sushi como el tempura son riquísimos, pero otra cosa que me gusta mucho es la vajilla de cerámica artesanal y la luz tenue del lugar”.
“Tiro una yapa porque no puedo conmigo misma: en la esquina de Velasco y Julián Álvarez había una tintorería llamada Yafuso que se transformó en un pequeño restaurant con barra para diez personas. Es un espacio íntimo y al sentarte ves cómo van cortando el pescado, se siente el aroma de la parrilla. Hay elementos de la tintorería que decoran el ambiente”.
El mejor delivery ponja
“La gastronomía japonesa se diversificó muchísimo en los últimos años y hay todo un mundo a explorar más allá del sushi. La comida callejera o de paso va como piña para pedir en casa. Prueben los yakitori (tradicionales brochettes de pollo con salsa teriyaki) de Tori Tori, en donde también van a encontrar versiones vegetarianas y onigiri. Y los takoyaki y okonomiyaki de Dotonbori te transportan directamente a Osaka. La propuesta de takoyaki es interesante desde el relleno (pulpo, hongos shiitake o langostinos) hasta los toppings. ¡Itadakimasu! (Así decimos antes de comer)”.
Dulces de culto
“Por suerte el mundo de los dulces japoneses también está en auge. Los invito a probar Wagashi, los dulces tradicionales japoneses que se hacen a base de porotos (ya sea blancos o aduki). Ana Irie es la jefa de pastelería del restaurant Chila y especialista en el tema. Todos los meses lanza una cajita temática de Wagashi: ya hizo una de Sakura (cerezos), Totoro y hasta de Yayoi Kusama. Este tipo de dulces va muy bien con matcha o con algún té verde. Y son tan lindos que da lástima comerlos. La caja viene envuelta en un furoshiki (también temático) de Maru Hanashiro”.
Algo para la casa
“Un proyecto reciente que me gusta mucho es Uchi, de Ale Hanashiro. Ella es diseñadora industrial y tras una beca en Japón volvió con muchas ganas de desarrollar piezas japonesas. La que acaba de lanzar se llama suribachi: es un mortero de cerámica con el interior estriado y viene acompañado de pisón de madera. Como todo lo japonés tiene su belleza y funcionalidad particular: además del uso cotidiano que podemos darle es una pieza decorativa. Dentro de la cocina japonesa es un básico”.
Lecturas
“Recomiendo tres libros que vemos en mi taller Un Japón propio y que están vinculados a la idea de viajar, una temática necesaria en este momento que nos toca vivir. Diarios de viaje de Matsuo Basho es un clásico. Si escuchaste alguna vez hablar del haiku, Basho es la referencia más directa. Lo hermoso de este libro es cómo los haiku se van intercalando con el relato del viaje; una lectura para disfrutar con todos los sentidos. Un viaje llamado vida, de Banana Yoshimoto es mi biblia personal. Son ensayos y su lectura me enseñó, entre otras cosas, a disfrutar de la simpleza de las cosas. Cuadernos japoneses de Igort es una novela gráfica, un viaje a Japón con saltos a su pasado, a su historia y sus costumbres. Una colección de paisajes para atesorar. ¡Apto también para adolescentes!”.
*El periodista y escritor Javier Sinay, está casado con Higashi (así la llama) y tienen un hijo. Cuando en 2017 ella se instaló en Kioto para estudiar, él decidió hacer, digámoslo, una locura de proporciones épicas: metió sus cosas en un bolso y emprendió una travesía ¡por tierra! desde Buenos Aires a Japón. Spoiler: sobrevivió y hoy es quien edita esta newsletter. La aventura quedó cristalizada en un libro, Camino al Este: Crónicas de amor y desamor, publicado por Tusquets.
Reinventamos la home de redaccion.com.ar: ¿ya la conocés? Ofrece una experiencia más interactiva y simple a la hora de informarse y, al mismo tiempo, facilita el compromiso ciudadano. Al final, vas a encontrar un espacio para decirnos qué te pareció (y ayudarnos a seguir mejorándola).
Sayonara.
Cuidate y divertite,
Delfi