—¿Notás más conciencia ambiental a raíz de los incendios en varias partes del país?
—No, todo lo contrario. Noto mucho miedo en este contexto de pandemia, y el miedo es enemigo de la amplificación de la conciencia. Uno conecta cuando no tiene miedo. Encerrarte en tu casa a leer noticias de incendios no aumenta tu conciencia ambiental, sino tu miedo.
—Y en este contexto, ¿creés que plantar o cuidar un árbol es una forma de generar conciencia sobre la importancia de mantener espacios verdes?
—Sí, por supuesto. Quien planta un árbol conecta con ciclos que lo trascienden. Ciclos de tiempos mayores a los humanos: un árbol puede vivir, según la especie, 1.000 años. La mayoría pasa los 80 años, más que el promedio de vida humana. Es un acto altruista: es probable que nunca llegues a disfrutar la sombra, aromas y frutos del árbol que plantaste. Será para los que vienen detrás en el camino. Este gesto altruista amplía la conciencia. Nos saca del egoísmo y la ansiedad de la vida moderna. Es una acción sanadora para las personas. Y, por supuesto, es sanadora para el planeta, para que se recupere la diversidad biológica y así las interrelaciones que sostienen a los ecosistemas.
—¿Cuál es el mínimo de tiempo y espacio que alguien tendría que tener disponible para comprometerse con la naturaleza plantando?
—Podés empezar criando semillas en un balcón, con plantines en un cajón de manzanas: con un sustrato apropiado de siembra plantás las semillas, crecen, luego podés meter las plantas en macetas y en un metro cuadrado llegar a tener unas 200. Después, si querés y tenés espacio, podés pasarlas a la tierra. En cuanto al tiempo para comprometerse, es el que tengas. La vida moderna no nos deja mucho tiempo libre. Si tenés 100 plantines en tu balcón, dedicarles 10 minutos al día alcanza. Si plantaste en la tierra tendrás que ir a regarlos todos los días. Pero el tiempo se hace. Los minutos que dedicás a tus plantines o árbol en tierra es tiempo que le estás regalando a otros. Es un tiempo que está fuera del reloj, entonces lo creás. “El tiempo es arte”, decían los mayas. Podés crearte el tiempo y regalarlo a los que vendrán en el futuro.
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Esta entrevista fue publicada originalmente en Oxígeno, la newsletter que edita Juan Carr. Podés suscribirte en este link.
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