—¿Qué relación hay entre el humor y el liderazgo en las organizaciones?
—Es interesante entender el rol que tiene el humor, el no tomarnos a nosotros mismos demasiado en serio, en la interacción con otras personas. Vivimos en un mundo en el que interactuar con otros se está convirtiendo en opcional, y la gente está buscando líderes y mentores accesibles e imperfectos. En mi experiencia, la seriedad con que los demás nos miran es inversamente proporcional a la seriedad con la que nos miramos a nosotros mismos. Si no podemos reírnos de nosotros mismos, siempre hay otro que va a hacerlo. Hoy la gente está dándole la espalda al liderazgo impersonal y burocrático. De hecho, el 60% de los millenials están dejando sus trabajos en los primeros tres años porque simplemente piensan que no coinciden con la cultura de esa organización, y cuando se les pide que describan las características de los mejores líderes, ética del trabajo y sentido del humor son mencionadas dos veces más que cualquier otra.
—¿Qué efectos tiene el humor en las personas y las organizaciones?
—Los grandes líderes no se tomaron a sí mismos muy en serio. Abraham Lincoln es un gran ejemplo de esto: una vez estaba dando un discurso y alguien le gritó que tenía dos caras, en alusión a que decía lo que creía que quería escuchar su público, y él respondió: si yo tuviera dos caras, ¿crees que elegiría usar ésta? El humor reduce la distancia social entre las personas y hace a los líderes más cercanos y menos estresantes, y mejora la moral y la productividad de las organizaciones. también la creatividad y la confianza. Pero uno de los mejores efectos del humor es que con frecuencia lleva a la risa, y eso es beneficioso: aumenta la circulación sanguínea en el cuerpo, reduce la tensión muscular, hasta masajea nuestros órganos internos (aunque no sé cómo sucede eso, pero suena espectacular) y quema calorías: un minuto de risas tiene el efecto de diez minutos en una máquina de remo.
—¿Cómo pondrías en perspectiva el tema del humor en la vida de la gente?
—Quienes mejor entienden que reírse es bueno son los chicos. Ellos se ríen con mucha más frecuencia que nosotros. El chico promedio de 4 años se ríe 300 veces en un día, el adulto de 40 promedio se ríe sólo 4 veces. Hasta los bebés recién nacidos se ríen, incluso antes de saber qué es gracioso, y lo hacen porque se sienten naturalmente bien sólo por reírse. Hay algo genial en ser capaz de encontrar 300 razones por día para reírse. Pero no les pasa sólo a los chicos. En un libro que escribió una enfermera de un geriátrico que vio morir a mucha gente, dice que entre las cinco cosas de las que más dice la gente arrepentirse cuando se está muriendo es haber fingido ser quienes no eran y haberse reído menos de lo que hubieran podido. Es clave que quien está a tu lado pueda sentir que puede reírse y ser él o ella misma. La vida es demasiado importante para tomársela en serio.
Las tres preguntas a Paul Osincup son un extracto de la presentación “Leading with Laughter: The Power of Humor in Leadership” que Paul Osincup hizo en el contexto de TEDxNapaValley. Para acceder al video completo, podés hacer click acá.
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Esta entrevista fue publicada originalmente en Comms, la newsletter sobre comunicación institucional y corporativa que escribe Juan Iramain. Podés suscribirte en este link.
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