¡Hola amigos y amigas! Bienvenidos a una nueva edición de Oxígeno. Arrancó el invierno y nosotros podemos hacer mucho para abrigar a los que pasan frío. Además, reflexionamos sobre cómo la educación y las vacunas pueden salvar vidas.
1. Levantemos la mirada, ayudemos a las personas en situación de calle
El viernes empezó el invierno y esta semana ya se van a registrar temperaturas muy bajas en casi todas las ciudades. Por eso, en estos días y durante los próximos meses es especialmente importante levantar la mirada y ayudar a las personas que están en situación de calle. Que la acción, el interés y el amor por el otro no deje espacio para la indiferencia.
Podemos, por ejemplo, salir de nuestras casas con una manta o un abrigo de más y si vemos a alguien que está en la calle y lo necesita, entregárselo. Tal vez pueda darnos un poco de miedo acercarnos a un desconocido que duerme en la esquina de casa, pero también podemos llamar a una ambulancia, a la policía local o a las líneas de teléfono que están justamente para avisar cuando alguien está sufriendo el frío a la intemperie.
Cuando la temperatura es menor a 5 grados se pueden producir muertes por hipotermia. O más bien, la hipotermia puede matar. El año pasado, once personas en situación de calle fallecieron por el frío. Por hipotermia. Estas tragedias se producen generalmente entre las ocho de la noche y las seis de la mañana.
El viernes pasado unas 250 personas en situación de calle se acercaron, como todos los viernes, a recibir un plato de comida caliente. Y pudimos conocer sus historias: muchos de ellos se quedaron sin trabajo y están lejos de la familia.
La buena noticia es que podemos hacer algo para evitar muchas de estas tragedias. Podemos tener siempre un abrigo de más, como dijimos, o empezar por lo más básico e importante: si ves a alguien en situación de calle, avisá a estos números:
2. Rosario y un número durísimo que nos sirve para ser más sensibles
Tres o cuatro personas, cada día, fueron a pedir refugio en la ciudad de Rosario: 150 en los últimos 40 días. ¡Tremendo! Refleja la situación actual de miles de personas que padecen la combinación de pobreza y bajas temperaturas.
En la marginalidad es difícil ser precisos. No es fácil saber qué pasa con los más postergados porque están lejos nuestro o porque están cerca pero no los miramos. No se ven. Es la invisibilidad de los más débiles lo que queremos desterrar. Rosario nos trae un número concreto y durísimo, que nos puede servir para ser más sensibles a las necesidades de los otros.
3. Vacunarse: autoprotección y espíritu comunitario
Cada 40 argentinos, uno se va a enfermar de gripe o de alguna enfermedad respiratoria. Y desgraciadamente, cada 350 personas que padezcan gripe, se va a producir un fallecimiento. Por eso nos llama tanto la atención el dato de que por ahora es baja la adhesión a la campaña de vacunación antigripal.
Es necesario volver a vacunarse contra la gripe cada año, ya que los tipos de virus se van modificando. La vacuna es muy importante para las embarazadas, los menores de dos años, los mayores de 65 y todas las personas que tengan una patología que haga que su médico se la prescriba.
La vacunación tiene un sentido de autoprotección y también un espíritu comunitario. Si me vacuno, estoy disminuyendo la posibilidad de que el virus se multiplique y además estoy evitando que más personas se enfermen.
4. Cuando la educación salva vidas y los policías se lo cuentan a los medios
Un día cualquiera varios medios españoles recibieron un comunicado fuera de lo común de parte de la Policía Municipal de Pamplona. Era una nota en la que felicitaban a un chico de 15 años "por la excelente labor realizada" y la importancia de formar a los jóvenes sobre cómo actuar en situaciones de riesgo. Hacían referencia a que ese adolescente le salvó la vida a su papá con las técnicas de reanimación aprendidas en el colegio. El hombre había sufrido un infarto y su hijo le aplicó masaje cardiopulmonar.
Imaginemos por un rato que la normalidad es que la policía, de donde fuera, le cuenta a los periodistas sobre las tragedias que se evitaron gracias a la intervención de las propias personas. Imaginemos que todas las escuelas enseñan a los chicos y chicas cómo se practican maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP). ¿Cuántas vidas salvaríamos?
Cada mil habitantes de un país, uno va a sufrir un desmayo este año. Siempre lo supimos. En Argentina, serán 40.000 personas durante 2019. Estas personas pueden depender de que alguien cerca suyo sepa o no esa técnica para poder salvarle la vida.
5. Argentina, campeón mundial del deporte más inclusivo
Siempre es una alegría ganar un campeonato mundial con la celeste y blanca. Muchos se preguntan cómo Argentina es campeón en un deporte que casi no se conoce. Muchos ni siquiera saben que se practica en nuestro país. La disciplina tiene además el mérito de ser uno de los deportes más inclusivos: por sus reglas y por su modo de juego todos pueden jugarlo, independientemente de nuestra condición física, más o menos atlética, de nuestra habilidad o de nuestra agilidad.
Cualquiera que quiera ser partícipe puede proteger una de las cuatro bases y esperar a que le llegue una pelota y pensar cómo viene la próxima jugada. Al deporte le dicen el "ajedrez en el campo", ya que requiere mucha estrategia y mucho diseño de jugadas y tácticas.
¡Argentina campeón! Maravilloso.
6. Un homenaje a "Las Palabras"
Las redes sociales multiplicaron como nunca el valor de las palabras. Para edificar, para construir, para aplaudir y para herir. La mayoría de las personas utilizamos los vocablos para estar más cerca y para encontrarnos. En este texto de su libro "Confieso que he vivido", el poeta chileno Pablo Neruda le canta a la lengua castellana con su pluma delicada y precisa, como nos tiene acostumbrados. Un Homenaje a Las Palabras:
"…Todo lo que usted quiera, sí señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan… Me prosterno ante ellas… Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito… Amo tanto las palabras… Las inesperadas… Las que glotonamente se esperan, se acechan, hasta que de pronto caen… Vocablos amados… Brillan como perlas de colores, saltan como platinados peces, son espuma, hilo, metal, rocío… Persigo algunas palabras… Son tan hermosas que las quiero poner todas en mi poema… Las agarro al vuelo, cuando van zumbando, y las atrapo, las limpio, las pelo, me preparo frente al plato, las siento cristalinas, vibrantes ebúrneas, vegetales, aceitosas, como frutas, como algas, como ágatas, como aceitunas… Y entonces las revuelvo, las agito, me las bebo, me las zampo, las trituro, las emperejilo, las liberto… Las dejo como estalactitas en mi poema, como pedacitos de madera bruñida, como carbón, como restos de naufragio, regalos de la ola… Todo está en la palabra… Una idea entera se cambia porque una palabra se trasladó de sitio, o porque otra se sentó como una reinita adentro de una frase que no la esperaba y que le obedeció. Tienen sombra, transparencia, peso, plumas, pelos, tienen de todo lo que se les fue agregando de tanto rodar por el río, de tanto transmigrar de patria, de tanto ser raíces… Son antiquísimas y recientísimas… Viven en el féretro escondido y en la flor apenas comenzada… Que buen idioma el mío, que buena lengua heredamos de los conquistadores torvos… Éstos andaban a zancadas por las tremendas cordilleras, por las Américas encrespadas, buscando patatas, butifarras, frijolitos, tabaco negro, oro, maíz, huevos fritos, con aquel apetito voraz que nunca más se ha visto en el mundo… Todo se lo tragaban, con religiones, pirámides, tribus, idolatrías iguales a las que ellos traían en sus grandes bolsas… Por donde pasaban quedaba arrasada la tierra… Pero a los bárbaros se les caían de las botas, de las barbas, de los yelmos, de las herraduras, como piedrecitas, las palabras luminosas que se quedaron aquí resplandecientes… el idioma. Salimos perdiendo… Salimos ganando… Se llevaron el oro y nos dejaron el oro… Se lo llevaron todo y nos dejaron todo… Nos dejaron las palabras".
7. Dos árboles muy distintos, pero juntos y con la potencialidad de ser un bosque
Esta es una imagen muy simple, tomada con mi celular. Es una imagen que veo casi a diario cuando caminamos a la mañana.
Dos árboles, de dos especies distintas.
Juntos.
Uno al lado del otro.
Uno tiene hojas y el otro ninguna.
El otro, sin hojas, tiene frutos con semillas esperando la primavera para multiplicarse, y tiene sus ramas llenas de pájaros.
Alrededor, casi no hay nada.
Son solo dos árboles allá cerca del río, en el horizonte.
Tan diferentes los dos. Pero están juntos.
Y se me ocurre que en ese encuentro,
con su enormes diferencias,
con la humilde apariencia de dos arbolitos poco importantes,
al estar el uno con el otro tan cerca,
tienen la potencialidad y la majestuosidad
de todo de un bosque.
Y también creo, que ellos lo saben…
Gracias amigos y amigas. Espero les haya gustado el envío de hoy. Recuerden escribirnos con sus comentarios, son muy valiosos y los leemos todos. ¡Nos leemos la semana que viene!
Un abrazo,
Juan.