Las políticas públicas de la región que buscan aumentar las tasas de reciclaje- RED/ACCIÓN
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Las políticas públicas de la región que buscan aumentar las tasas de reciclaje

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Se calcula que cada persona en América Latina y el Caribe genera casi 1 kilo de basura por día, unos 231 millones de toneladas de desechos anuales, de los cuales un tercio son materiales secos reciclables (papel, cartón, vidrio y plástico, limpios y secos). En la actualidad solo se recicla el 4,5% de los desechos a nivel regional. En esta edición vamos a ver algunas políticas públicas que buscan aumentar este porcentaje.

Las políticas públicas de la región que buscan aumentar las tasas de reciclaje

Fotos: AFP Intervención: Julieta De la Cal

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¡Hola! Se calcula que cada persona en América Latina y el Caribe genera casi 1 kilo de basura por día, unos 231 millones de toneladas de desechos anuales, de los cuales un tercio son materiales secos reciclables (papel, cartón, vidrio y plástico, limpios y secos). En la actualidad solo se recicla el 4,5% de los desechos a nivel regional. En esta edición vamos a ver algunas políticas públicas que buscan aumentar este porcentaje.

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En julio de 2021 el Ministerio de Medio Ambiente de Chile publicó la Hoja de Ruta para un Chile Circular con ambiciosas metas al 2040. La visión de esta hoja de ruta es que, al año 2040, la economía circular regenerativa impulse a Chile hacia un desarrollo sostenible, justo y participativo que ponga el bienestar de las personas al centro; esto, a través del cuidado de la naturaleza y sus seres vivos, la gestión responsable y eficiente de los recursos naturales, y una sociedad que usa, consume y produce de manera sostenible y consciente, fomentando la creación de empleos verdes y oportunidades para personas y organizaciones a lo largo del país. Para guiar y evaluar el nivel de avance en la transición, se ha establecido un conjunto de metas de largo plazo al 2040, con metas intermedias al año 2030.

  • Antecedentes. Chile fue el primer país de América del Sur en prohibir las bolsas plásticas de uso único en 2018. La reducción fue de 1.000 millones de bolsas plásticas en los primeros seis meses de vigencia de dicha ley y de 2.200 millones bolsas en el primer año de aplicación. Quedaron excluidas de esta prohibición las bolsas que constituyan el envase primario de alimentos, que sea necesario por razones higiénicas o porque su uso ayude a prevenir el desperdicio de alimentos.
  • Otro avance importante fue la Ley 20920 que establece un marco para la gestión de residuos, la responsabilidad extendida del productor y fomento al reciclaje (Ley REP), y obliga a los productores de neumáticos, pilas, baterías, envases y embalaje, aceites lubricantes y aparatos eléctricos y electrónicos, que son los seis productos prioritarios que establece esta ley para su primera etapa, a organizar y financiar la recolección y reciclaje o valorización de los residuos que estos originan. Para apoyar la implementación de la Ley 20920, el Ministerio del Medio Ambiente cuenta con un Fondo para el Reciclaje, mecanismo que busca promover hábitos más sostenibles en el manejo de residuos, instalar conocimiento técnico y contar con infraestructura apta para la separación y reciclaje.
  • El proceso de la Hoja de Ruta. Para acelerar la transición del país hacia este modelo, en 2019, el Ministerio de Medio Ambiente, en conjunto con el Ministerio de Economía, la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO) y la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático (ASCC), iniciaron un proceso de elaboración de una hoja de ruta a la economía circular. El desarrollo de la hoja de ruta contó con la participación de un Comité Estratégico compuesto por 33 representantes del mundo público, el mundo privado, la sociedad civil y la academia. Y también con la colaboración de un Comité Asesor Internacional, que proveyó asesoría técnica durante el desarrollo de la iniciativa. En base a este trabajo, se elaboró una Propuesta de Hoja de Ruta Nacional, que se publicó en diciembre de 2020 para consulta ciudadana. Y en base al análisis de las más de 500 observaciones a ese documento preliminar recibidas durante el periodo de consulta ciudadana, se elaboró la presente versión final de la hoja de ruta.
  • Las metas. Se plantean siete metas con un horizonte al 2040 y un objetivo intermedio al 2030. La primera meta es que la economía circular genere 180 mil nuevos empleos al 2040 (100 mil al 2030). La segunda meta es que al 2040, la generación de residuos domiciliarios per cápita se haya reducido en un 25% (10% al 2030). La tercera es que la tasa de reciclaje de residuos domiciliarios alcance el 65% en 2040 (30% al 2030). El cuarto objetivo es que el 2040 la productividad material del país haya aumentado en un 60% (30% al 2030). La quinta meta es que el 2040 la generación de residuos por unidad de producto interno bruto se haya reducido en un 30% (15% al 2030). La sexta es que al 2040 la tasa general de reciclaje haya alcanzado un 75% (40% al 2030). La última gran meta establecida en la hoja de ruta es que al 2040 se hayan eliminado el 90% de los vertederos ilegales del país, y que al año 2030 esta reducción ya haya llegado al 50%.
  • La experiencia de la Hoja de Ruta. Una hoja de ruta es un plan estratégico que define una visión a largo plazo y establece las principales iniciativas que se requieren implementar para alcanzarla. Las hojas de ruta sirven como herramientas de comunicación, documentos de alto nivel que ayudan a articular el pensamiento en torno a desafíos comunes y los planes para abordarlos. La primera hoja de ruta de economía circular fue publicada el año 2016 por el fondo de innovación finlandés SITRA. Desde entonces, otros países, como Francia u Holanda, y algunos territorios subnacionales, como la ciudad de Ámsterdam, han publicado hojas de ruta de economía circular. Si bien las hojas de ruta de economía circular son relativamente recientes, las hojas de ruta en general no son algo nuevo para Chile. Hojas de ruta nacionales, como la Hoja de Ruta 2050 del Comité Consultivo de Energía 2050 (2015) y diversas hojas de ruta elaboradas en el marco de los programas Transforma de CORFO, han servido de base para importantes procesos nacionales de transformación económica.

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Colombia lanzó en 2018 el Plan Nacional de Desarrollo 2018 – 2022 “Pacto por Colombia, Pacto por la Equidad” para promover la eficiencia en el uso de materiales, agua y energía, teniendo en cuenta la capacidad de recuperación de los ecosistemas y el uso circular de los flujos de materiales. Esta estrategia es uno de los vehículos centrales para cumplir con las metas del Crecimiento Verde de aumentar la tasa de reciclaje y nueva utilización de residuos sólidos a nivel nacional hasta el 17,9%, y de reducir los gases efecto invernadero en un 20% en el año 2030.

  • El desarrollo de la Estrategia nacional de economía circular involucró un proceso de concertación entre diversos actores del sector público y privado, academia y sociedad civil, relacionados con la transformación de los sistemas productivos. Así mismo con la participación de distintos ministerios acompañados por el Departamento Nacional de Planeación -DNP y el Departamento Administrativo Nacional de Estadística -DANE, han desarrollaron talleres regionales y jornadas sectoriales de concertación en diferentes ciudades del territorio nacional para socializar la propuesta de estrategia, identificar iniciativas existentes y conocer las barreras y oportunidades para escalar la transformación hacia la economía circular.
  • Colombia es el primer país de América Latina en contar con una Estrategia nacional de economía circular. La Estrategia introduce una nueva lógica para desarrollar nuevos modelos de negocio, apalancándose en el liderazgo ambiental para generar mayor productividad, transformación y competitividad en la economía.

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En el año 2010, Brasil aprobó la Ley 12.305, que instituyó la Política Nacional de Residuos Sólidos (RS) en el país. Uno de los principios de la ley es la integración de los recicladores de materiales reciclables en los esquemas formales de gestión de RS. Para ello, promueve la creación de cooperativas de recicladores u otras formas de asociación, priorizando, en materia de acceso a recursos del gobierno federal, a municipios que implementen programas de recolección selectiva (donde se separa la porción seca de la húmeda) con participación de recicladores.

  • El Plan de Gestión de Residuos Sólidos de São Paulo fue elaborado bajo un proceso participativo donde colaboraron el gobierno, la sociedad civil y recicladores. A su vez, São Paulo cuenta con un presupuesto dedicado a los recicladores para pagar alquiler, equipos de procesamiento y compra de vehículos. La ciudad contempla la creación de un “Fondo de logística inversa e inclusión de recicladores” que tiene por objetivo el fortalecimiento de las cooperativas a partir de apoyo económico. 

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La Ciudad de Buenos Aires cuenta con un modelo de gestión social de residuos secos reconocido en toda la región, compuesto por 12 cooperativas y 6.613 trabajadores y trabajadoras entre recuperadores y recuperadoras ambientales, promotoras y operarios de logística y de centros verdes. Desde 2002, la Ciudad inició un programa que contempló la integración de las recuperadoras y los recuperadores ambientales al circuito formal de trabajo, con el objetivo de mejorar su calidad de vida. Dicha formalización tuvo varias características entre las que se destacan la incorporación de las herramientas de trabajo necesarias, uniformes y la adecuación de la metodología de sus tareas que pasaron de realizarse en la vía pública a realizarse en los Centros Verdes: 16 espacios de trabajo seguros donde se clasifica el material de forma eficiente gracias a las maquinarias dispuestas.

  • En ese marco, teniendo en cuenta la importancia del rol de los recuperadores, el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana porteño impulsó recientemente el plan BA Recicla, que además de mejorar la infraestructura de disposición, recolección y tratamiento de los residuos, tiene como objetivo fortalecer la gestión social del sistema junto a las cooperativas de recuperadores ambientales.
  • Con respecto al circuito, las 12 cooperativas que trabajan en la Ciudad de Buenos Aires reciben los materiales reciclables ya sea a través de las recuperadoras y los recuperadores ambientales, contenedores verdes, campanas verdes y puntos verdes. A partir de la puesta en marcha de BA Recicla, se reorganizó el mapa de recorrido de los recuperadores optimizando su distribución territorial.

Un mensaje de de

Grupo Financiero Galicia presentó su nuevo Informe Integrado Ambiental, Social y de Gobierno. El Grupo está conformado por Banco Galicia, Naranja X, Galicia Seguros, Fondos Fima, Galicia Securities e Inviu. En el informe 2021 se destacan las siguientes acciones: más de $186 millones de pesos en Inversión Social y Ambiental, se acompañó a empresas de triple impacto por más de $55 millones y se capacitó a más de 530.000 personas en Educación Financiera. En materia ambiental, se compensó el 100% de su huella de carbono. “Nos enfocamos en el desempeño ambiental, social y de gobierno para lograr una gestión eficiente, socialmente responsable y comprometida con la Argentina.”, señaló Fabián Kon, CEO de Grupo Financiero Galicia. El Informe Integrado ASG 2021, obtuvo una calificación B+  de la calificadora Refinitiv por la gestión ASG 2020.

  • Además, se creó la Comisión de Sustentabilidad con el objetivo de definir la estrategia de Sustentabilidad que lleva adelante el Grupo Financiero Galicia, alineando iniciativas y objetivos de Sustentabilidad propios de cada compañía en pos de la construcción de indicadores y metas conjuntas. “Esta nueva edición del Informe Integrado ASG es un reflejo de nuestro desempeño, además de convertirse en la hoja de ruta para poder modificar acciones y tomar nuevos desafíos”, señaló Constanza Gorleri; Gerente de Sustentabilidad Banco Galicia.

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Para elaborar esta edición conversé con el politólogo y experto en economía circular, Luis Lehmann; el investigador del Programa de Ciudades y del Programa de Desarrollo Económico de CIPPEC Diego Moreno; el presidente de la Asociación Internacional de Residuos Sólidos (ISWA) Atilio Savino y el antropólogo Sebastián Carenzo. De acuerdo con los especialistas, veamos cuáles son los puntos que nos quedan pendientes de abordar en la región:

  • Lehmann: “Hoy tenemos barreras de mercado, falta de incentivos y falta financiamiento. Hay que generar reglas de juego claras para que se genere un mercado viable que tome los materiales que se reciclan”.
  • Moreno: “Tenemos que pensar más allá del reciclado. Hay que pensar en el diseño de los productos”. “Falta una política más integral”.
  • Savino: “Falta desarrollar incentivos para que todos los productos se puedan reciclar. Establecer mercados”
  • Carenzo: “Lo más importante incorporar a los recicladores como prestadores y cogestores de servicios de recolección diferenciada. No se trata solo de reconocimiento social, sino también de reconocimiento económico".

Hasta aquí llegamos hoy. Los leo en [email protected] 

Hasta el martes,
Flor.

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