Las personas mayores están entre las más discriminadas y esto les genera múltiples problemas- RED/ACCIÓN

Las personas mayores están entre las más discriminadas y esto les genera múltiples problemas

 Una iniciativa de Dircoms + INFOMEDIA

El edadismo (discriminar a quienes tienen una edad mayor) es la tercera causa de discriminación en el mundo. La gerontóloga Romina Rubin explica que esta forma de exlusión vulnera de distintos modos, como una menor esperanza de vida, una salud deteriorada, menos vínculos sociales y mayor riesgo de violencia o abuso.

Una mujer y u hombre mayor posan en la puerta de una casa, parados de frente a la cámara.

Foto: Télam.

La doctora Romina Rubin mira de frente a la cámara, sentada frente a su escritorio.
Gentileza Hogar LeDor VaDor.


Romina Rubin es médica clínica, geriatra y directora general del Hogar LeDor VaDor, una organización sin fines de lucro que brinda cuidados y atención integral a los adultos mayores de la comunidad judía. El 15 de junio fue el Día Mundial de Toma de Conciencia de Abuso y Maltrato en la Vejez. Y, en este contexto, Rubin advierte sobre formas de concebir a los adultos mayores que les hacen un gran daño.


—¿Qué formas de violencia se ejercen contra los adultos mayores?
—La exclusión es un modo de violencia. Según un informe de la OMS, el edadismo (discriminación por edad) es la tercera causa de discriminación en el mundo, inclusive más que el sexismo y el racismo. Los prejuicios y estereotipos son, muchas veces, motivo de exclusión de las personas mayores. Representaciones de la vejez como una enfermedad, reduciéndola a un tema médico; la negación del erotismo, que se vincula a considerar que los mayores son asexuados o disfrutan menos o incluso reducir la sexualidad solo a la genitalidad; la descalificación intelectual donde se los suele equiparar a sujetos aniñados o personas con exageradas limitaciones cognitivas. El edadismo está asociado a una menor esperanza de vida, una salud psicofísica más deteriorada, y repercute en la calidad de vida porque aumenta el aislamiento social y la soledad no deseada, reduce la capacidad de expresar la sexualidad e incrementa el riesgo de padecer violencia y abusos. Sin dudas, estas cuestiones tienen un alto impacto en las personas mayores generando el desempoderamiento progresivo y en consecuencia la exclusión del sistema en general.


—¿Cómo los afectó la pandemia y aislamiento?
—El virus no solo puso en riesgo las vidas y la seguridad de las personas mayores, sino también, sus redes sociales, su acceso a los servicios de salud y sus empleos. En primer lugar, las tasas de letalidad relacionadas al Covid-19 fueron mucho más altas en las personas mayores, pero la pandemia también las colocó en una situación latente frente a la pobreza, aislamiento y discriminación. Esto generó un caudal importante de angustia, temor y sufrimiento. Por otro lado, el distanciamiento físico ha tenido efectos graves en la salud mental de las personas mayores. Aquellas que viven solas y que muchas veces tienen un nivel de inclusión digital menor que el de otros grupos, corrieron un riesgo aún mayor. Si bien el “distanciamiento físico” es crucial en la prevención del virus, tiene que ir acompañado de medidas de apoyo social y de atención específica para las personas de edad como, por ejemplo, el incremento de su acceso a las tecnologías digitales.


¿Qué se puede hacer para ayudarlos?
—En primer lugar, brindarles información clara y precisa sobre sus derechos y empoderarlos para que defiendan el cumplimiento de los mismos. Existe la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, que vela por sus derechos y que tiene rango constitucional en nuestro país. También es importante trabajar con generaciones más jóvenes para motivar el intercambio y apoyo intergeneracional. Desde los medios de comunicación se debe trabajar para promover la imagen positiva de la vejez de modo tal que logre vencer los prejuicios. A nivel de políticas públicas, es importante invertir en la cobertura sanitaria universal y la protección social y reforzar los marcos para proteger los derechos humanos de las personas de edad.


—¿Cómo ves la actitud de la sociedad en general al respecto de los adultos mayores?
—Vivimos en una sociedad que prioriza los valores de productividad económica, de estéticas asociadas a la juventud y en un sentido que toda señal de dependencia es vista de manera negativa. Tenemos una gran deuda respecto a comunicar y derribar estereotipos negativos. Sin embargo, hay algunas iniciativas para crear conciencia ciudadana sobre la importancia de garantizar que todas las personas mayores tengan la oportunidad de desarrollar su potencial con dignidad, igualdad participación y derechos. En este sentido, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró 2020-2030 la Década del Envejecimiento Saludable. El envejecimiento debe dejar de verse como un problema y pasar a considerarse una oportunidad.

TAMBIÉN PODÉS LEER


Este 15 y 16 LeDor VaDor lleva adelante la campaña de recaudación “Abracemos Vidas Mayores”. Si querés colaborar para mejorar la calidad de vida de personas mayores en situación de vulnerabilidad social y económica ingresá al Instagram del hogar.