Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 16 % de la población mundial tiene alguna discapacidad. Este grupo suele ser uno de los más vulnerables ante diferentes situaciones y una de ellas son las olas de calor, como señala un reciente estudio.
La investigación "Asociación entre el calor y los ingresos hospitalarios en personas con discapacidad en Corea del Sur: un estudio cruzado de casos a nivel nacional", publicado en The Lancet, analizó a 59.527 beneficiarios de servicios de salud con discapacidades y 1.060.797 beneficiarios sin discapacidades en distintas zonas de Corea del Sur durante 18 años (de 2002 a 2019). “El calor se asoció con un mayor riesgo de ingresos al departamento de emergencias para personas con y sin discapacidades, pero el riesgo parecía ser mayor para aquellas con discapacidades”, resume el informe.
Se incluyeron personas con discapacidad física, trastornos ocasionados por lesiones cerebrales, discapacidad visual y auditiva.
En comparación con aquellos que no tenían discapacidades, las personas que sí tenían y estuvieron expuestas al calor registraron un aumento cuatro veces mayor en las admisiones al servicio de urgencias y costos médicos siete veces mayores.
Las personas con trastornos de lesiones cerebrales, aquellas con discapacidades físicas graves, las mujeres y las personas de 65 años o más mostraron mayores riesgos ante situaciones de calor.
Hay distintas hipótesis que explicarían esta situación. Por un lado, las personas con discapacidad suelen ser más vulnerables ante desastres naturales, ya que los sistemas de emergencia no suelen ser accesibles. Por otro lado, se presume que tienen mecanismos menos eficaces para regular el calor, mientras que algunos medicamentos podrían afectarlos especialmente en ese sentido. Además, como en general suelen tener menores ingresos, contarían con menos recursos para paliar los efectos del calor.
“Estos resultados pueden servir de información a los responsables de la formulación de políticas a la hora de establecer planes de acción para las personas con discapacidad”, señalaron los investigadores.
"Hasta donde sabemos, todavía existe un número limitado de directrices contra el cambio climático en el contexto de las personas con discapacidad", afirmó en un comunicado Whanhee Lee, PhD, profesor asistente de la Escuela de Ingeniería de Convergencia Biomédica de la Universidad Nacional de Pusan, Corea del Sur.
La necesidad de tomar medidas en la materia resulta imperiosa, no solo por el incremento de la población con discapacidad, sino por la proliferación de las olas de calor (de hecho, el 2023 fue el año más caluroso desde 1850).
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