Todos sabemos que la comunicación es la clave para el éxito de todas las relaciones y aún más si hablamos de vínculos amorosos. De hecho, algunos estudios sugieren que la forma en la que las parejas encaran los conflictos y expresan sus emociones influye considerablemente en la calidad de la relación a largo plazo.
Pero ahora una nueva investigación publicada en la revista Emotion encontró que la elección de las palabras también es importante para la salud del corazón. Cuantas más palabras emocionales negativas utiliza una persona durante una conversación con su pareja, mayor es su reactividad cardiovascular (es decir, cambios en la frecuencia cardíaca y la presión arterial), según el paper.
Los hallazgos son trascendentales en un contexto en el que, a nivel global, las afecciones cardiovasculares son la principal causa de muerte. Y Argentina no es la excepción. La coautora del estudio Claudia Haase, profesora de la Universidad Northwestern, dijo: "Una larga línea de investigación ha demostrado que las personas cuyo ritmo cardíaco se acelera más en respuesta al estrés o a un desafío tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares en el futuro".
Para llegar a la conclusión de que las palabras importan, los investigadores expusieron a 49 parejas del área metropolitana de Chicago de diversos orígenes socioeconómicos a dos contextos de interacción: un conflicto y una discusión positiva. Durante estas conversaciones se registraron indicadores fisiológicos y se analizó el lenguaje utilizado . Los datos se recopilaron entre 2015 y 2017.
"Las personas a menudo experimentan emociones intensas cuando interactúan o discuten con su cónyuge. Por tanto, las interacciones matrimoniales proporcionan un excelente campo de prueba para esta pregunta de investigación", aclaró la coautora Tabea Meier, investigadora postdoctoral en la Universidad de Zurich. Y agregó que en el estudio encontraron que “las parejas que usaron más palabras de emociones negativas (especialmente palabras de ira) en las conversaciones entre ellos experimentaron mayores aumentos en su frecuencia cardíaca".
Aunque los resultados fueron concluyentes, no se pueden generalizar dado que los participantes eran matrimonios heterosexuales de una misma zona y, además, el estudio no fue diseñado para probar una relación de causa efecto, sino una correlación.
"Existe una creciente evidencia científica de que el lenguaje puede proporcionar una ventana a nuestra vida interior. Nuestro estudio muestra que el lenguaje también puede proporcionar una ventana a nuestros corazones", sintetizó Haase.