Sabemos que la inteligencia artificial generativa —el sistema que alimenta los famosos bots conversacionales— trae nuevos desafíos en el ámbito laboral. Sabemos, también, que como toda nueva tecnología se desplazarán y se automatizarán tareas que antes le pertenecían a ciertas personas. Así como sucedió en la revolución industrial con las máquinas, será un proceso similar.
A partir de este diagnóstico, hay muchas predicciones. Varios plantearon un escenario de extinción del trabajo humano sin precedentes. Sin embargo, esta idea se va desinflando a medida que la sociedad se va adentrando en esta nueva era tecnológica.
Un nuevo informe publicado por el Burning Glass Institute y la Sociedad de Gestión de Recursos Humanos (SHRM, por sus siglas en inglés) concluyó que no hay una certeza de que la tecnología vaya a acabar con un gran número de puestos de trabajo pero sí definitivamente que se incorporará y tendrá un rol relevante en muchos espacios laborales.
En detalle, la investigación explica que, por un lado, aquellos roles o tareas que no requieren experiencia y que hoy la inteligencia artificial puede hacer con eficacia, serán automatizados por esta nueva tecnología. Pero, por otro lado, habrá trabajos que podrán permitirse una transformación y una reimaginación completa del puesto.
Dentro de todas las industrias, la de finanzas y la bancaria se perfilan como principales candidatas para transitar todos estos cambios. Esto se debe a que, generalmente, los analistas financieros, actuarios y contables dedican gran parte de su tiempo a "hacer números", analizar tendencias de mercado y crear modelos predictivos. Todas tareas que la IA generativa podrá agilizar y realizar con mayor eficacia.
Desde el lado de “repensar” estos roles, los asesores financieros personales podrán sacarle provecho la rapidez y precisión de esta nueva tecnología al momento de, por ejemplo, desarrollar las evaluaciones de riesgo y elaborar estrategias de inversión personalizadas para cada cliente.
En el informe, los autores elaboraron un puntaje de riesgo de exposición y encontraron que las ocupaciones más afectadas serán las de examinadores financieros, asesores financieros personales, agentes de préstamos, analistas financieros, actuarios y contables. En esta línea de acuerdo con sus empleados, entre las empresas más impactadas se encuentran Morgan Stanley, Bank of America, Goldmans Sacks, J.P. Morgan.
Además, otra área revolucionada por la inteligencia artificial será la de legales (de hecho, los abogados de oficina se encuentran segundos en el ranking de ocupaciones con más riesgo de exposición) así como la de investigación, ya que mucho de su trabajo como los informes de mercado o documentos jurídicos estandarizados pueden automatizarse con tecnología.
Un dato curioso es que la mayoría de estas personas que se verán directamente afectadas son mayoritariamente las que han ido a universidades y tienen un diploma. Mientras que muchos de los trabajadores que no han obtenido una educación superior (como, por ejemplo, las personas que se dedican a ordenar los estantes de depósitos, ordenar valijas, cocinar o ayudar a los clientes) no podrán ser reemplazados por la IA (por ahora).
Además, el reporte no afirma que habrá una extinción de labores, porque eso depende de cada empresa y de lo rentable que le sea automatizar procesos con tecnologías que, al comienzo, son muy caras. No obstante, sí expresa que habrá ciertas cualidades en los trabajadores que tomarán relevancia en los próximos años.
Por ejemplo, saber los conceptos básicos de la inteligencia artificial, saber interpretar datos procesados por la IA, pensamiento crítico, inteligencia emocional para poder destacarse en interacciones humanas, saber entrenar a los modelos de esta nueva tecnología, creatividad, entre otros. Todo lo que gira alrededor de la escritura y la redacción básica de contenidos así como también el diseño gráfico, la investigación y la codificación parecen haber quedado en el tiempo.
"En general, los numerosos estudios publicados concluyen que esta oleada de inteligencia artificial puede tener un efecto muy importante", afirma para The New York Times Manav Raj, coautor de un artículo académico que es citado frecuentemente en el informe del Burning Glass Institute. "Pero aún tardaremos algún tiempo en averiguar cómo es realmente ese efecto".