Las cuatro mujeres que están cambiando la realidad- RED/ACCIÓN

Las cuatro mujeres que están cambiando la realidad

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Las cuatro mujeres que están cambiando la realidad

“Yo laburo desde muy piba. Tuve más de 25 laburos. A los 15 me dijeron que iban a prescindir de mi trabajo. Yo entendí que me estaban dando más trabajo, que estaban muy contentos conmigo. Al día siguiente volví a ir y me explicaron que me habían despedido. Sentí tanta vergüenza de no haber entendido, me sentí tan disminuida que decidí estudiar”.

La que lo cuenta es Mayra Arena, una de las cuatro invitadas al encuentro de RED/ACCIÓN en el que, entrevistadas por Juan Carr, contaron su día a día ante un auditorio lleno de jóvenes estudiantes de la Universidad Di Tella. Las otras tres oradoras fueron Catalina Hornos, Elena Santa Cruz y Mariela Fumarola. 

“Mucha gente todavía no se da cuenta de que no tiene un mérito que el otro no para poder estudiar. Me llevó mucho tiempo dejar de lado esa bronca y superar el resentimiento”, completó Mayra, que se hizo conocida desde su conmovedora charla TED: Qué tienen los pobres en la cabeza.

Cata Hornos por su parte contó sobre la dificultad de cambiar la realidad argentina. “Mi compromiso no es con la desnutrición, la desnutrición como idea no existe, lo que existen son las personas desnutridas. Mi compromiso es con ellos, con esas personas”, dijo.

Contó cómo nació y creció Haciendo Camino, la fundación con la que pelea contra la desnutrición y el abandono desde hace 12 años. “El bien se hace bien o no es bien”, dijo sobre el final.

“Si en la Ciudad de Buenos Aires hay mil personas en situación de calle, Mariela Fumarola conoce a las mil”, la presentó Juan. Su mirada de la realidad es contundente: “Hay gente que no ve el sufrimiento del otro porque lo que ves te genera un compromiso. Si viste algo no podés hacerte el que no lo viste. De algún modo, si seguís de largo sos cómplice”, dijo.

Cada semana ella sale a recorrer la ciudad junto con los voluntarios de Caminos Solidario. Sobre el final de su exposición dejó una conclusión aún más fuerte: “La mayoría de la gente a la que le sobra no conoce a los que les falta”.

“Yo no entro ni salgo fácil de ningún lugar. Que sonría es otra cosa”, contó la maestra y titiritera Elena Santa Cruz sobre su labor como voluntaria. Entre otras cosas, visita periódicamente gente en la cárcel solamente para que tengan alguien con quien hablar. “Cuando me preguntan qué encuentro dentro de una cárcel respondo: gente. Gente que se equivocó”, contó.

Ese gesto, el de buscar el encuentro por el encuentro, es de las cosas más transformadoras que existe. “Decirle a una persona que uno tenía ganas de verla significa mucho para ellos. Una conversación puede revelarle algo a una persona, un minuto puede significar una vida”.

Sobre el final del evento, la misma Elena hizo una presentación con sus títeres. No solo provocó el aplauso y algunas lágrimas por la emoción de sus palabras, sino que más de uno se fue con esta idea en la cabeza. “Todos somos absolutamente frágiles. Si les da miedo ir a un lugar, vayan igual, con miedo pero vayan. Y si pueden, háganlo sonriendo”.