La vigencia del Manifiesto comunista
Slajov Zizek
Anagrama
Uno (mi comentario)
Basurear los textos que propician un cambio radical constituye un deporte ampliamente aceptado en el mundo académico. Responsabilizar a Marx por el gulag estalinista, y al Manifiesto comunista de todos los males reales o imaginarios causados por los procesos revolucionarios del siglo XX, organiza el discurso político conservador con pretensiones “cultas”. Slavoj Zizek denuncia ambas trampas sin transformar el texto de Karl Marx y Friedrich Engels en un artefacto inútil. Por cierto no se trata de un especialista, de modo que las precisiones historicistas para una lectura filológica quedan al margen. Pero en lugar de condenar al “fantasma que recorre Europa” al museo de la revolución, lo utiliza como gatillo para repensar el capitalismo con sensibilidad semiótica -desde el conjunto de la obra de Marx- en dirección a la irresuelta transformación revolucionaria.
Alejandro Horowicz
Dos (la selección)
“La idea predominante actual no es una visión positiva de algún de algún futuro utópico, sino una cínica resignación, una aceptación de cómo es “el mundo en realidad”, acompañada de la advertencia de que, si queremos cambiarlo (demasiado), lo único que nos espera un horror totalitario. Cualquier idea de otro mundo se rechaza como ideología”.
Tres
“Marx no afirma a la manera habitual “marxista” de La ideología alemana, que el análisis crítico deba mostrar como la mercancía – lo que parece una entidad teológica misteriosa- surgió del proceso de la vida real “ordinaria”; afirma, por el contrario, que la tarea del análisis crítico consiste en desentrañar “las sutilezas metafísicas y reticencias teológicas” en lo que a primera vista parece tan solo un objeto corriente. El fetichismo de la mercancía (nuestra creencia de que las mercancías son objetos mágicos dotados de un poder metafísico inherente) no está en nuestra mente, en la manera en que percibimos (erróneamente) la realidad, sino en nuestra propia realidad social “.
Cuatro
“Es esta dimensión espectral subestimada por el propio Marx lo que nos permite explicar el impasse histórico del marxismo: su error no fue solo contar con la perspectiva de la crisis final del capitalismo, sino que tampoco comprendió que el capitalismo salía reforzado de cada crisis. En el corpus clásico del marxismo encontramos un error mucho más trágico, descrito de manera precisa por Wolfgang Streeck: el marxismo tenía razón al hablar de la “crisis final” del capitalismo, es evidente que hoy estamos entrando en ella, pero la crisis no es más que eso, un proceso prolongado de decadencia y desintegración, sin ninguna fácil Aufhebung hegeliana”.
Cinco
“Otro desafío de la economía de mercado procede de la generalizada virtualización del dinero, que nos obliga a reformular por completo el tema marxista de la “cosificación” y el “fetichismo de la mercancía”, en la medida en que esta cuestión siga basándose en la idea del fetiche como un objeto solido cuya presencia estable enturbia su mediación social. De manera paradójica, el fetichismo alcanza su punto culminante justo cuando el propio fetiche se “desmaterializa”, se convierte en una identidad virtual “inmaterial” y fluida; el fetichismo del dinero culminará con el paso a su forma electrónica, cuando desaparezcan los últimos vestigios de su materialidad”.
Seis
“Deberíamos observar que, en esta idea de la “negación de la negación” , la unidad que engloba los dos términos opuestos es la “inferior” , la “trasgresora”: no es que el crimen sea un momento de la automediación de la ley (ni el robo un momento de la automediación de la propiedad) ; la oposición del crimen y la ley es inherente al crimen, la ley es una subespecie del crimen, la negación del crimen que se relaciona consigo misma (de la misma manera que la propiedad es la negación del delito que se relaciona consigo mismo)”.
Siete
“La cuestión de la permanente relevancia dwe la critica de la economía política de Marx en nuestra época del capitalismo global ha de responderse de una manera debidamente dialéctica: no solo resulta del todo actual la critica de la economía política de Marx, su caracterización de la dinámica capitalista, sino que incluso habría que dar un paso mas y afirmar que solo hoy , con el capitalismo global, la realidad ha alcanzado su idea, por expresarlo en la jerga hegeliana”.
Dr Alejandro Horowicz, profesor asociado de Los cambios de sistema político mundial, autor de Los cuatro peronismos.
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