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¡Buenos días! En tiempos en los que escuchamos mucho sobre crisis climática, creemos importante focalizar en el cuidado de nuestra biodiversidad. Y en especial en el cuidado de aquellas especies de animales que cuentan con cada vez menos ejemplares.
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En estos tiempos en los que hablamos de calentamiento global y del ambiente, una señal importante que muestra cómo evoluciona la condición ambiental global es la situación de animales y plantas que se van extinguiendo. Según estimaciones, entre el 30 y 40 % de los mamíferos que existían en la década del 60 se extinguieron. Es muy curioso que esta situación alarme tanto a los especialistas, pero que sea tan poco divulgada.
Escuchamos la frase “peligro de extinción”, pero la humanidad sigue su camino sin darle mayor importancia. Hay una historia particular que tiene que ver con el macá tobiano. ¿Qué es el macá tobiano? Un ave que está en el oeste de Santa Cruz. Es el único lugar del mundo en el que se lo encuentra. Es muy nuestra, emblemática, pero casi nadie la conoce. Fue descubierta por un profesor y sus alumnos en la década del 70. La encontraron por casualidad. Parecía un pato o una gallareta, pero era una especie nueva. Hoy se estima que hay 800 ejemplares. Este riesgo de extinción hace que sea una de las pocas especies que se descubren y pueden perderse en tan poco tiempo. Una misma generación puede ver el descubrimiento de la especie y también su extinción.
La extinción tiene que ver con las condiciones ambientales, especialmente porque hace tiempo se trajeron a la Patagonia visones, para hacer tapados de piel. Los visones tienen voracidad por los huevos del macá tobiano.
¿Cómo es que ni se conoce esta historia, que nadie escucha sobre esta ave que está en grave peligro de extinción?
Hay otros animales más o menos conocidos en riesgo. Como el cauquén colorado, también en la Patagonia, con apenas 700 ejemplares. El huillín, una especie de nutria, que está especialmente en el Parque Nacional Nahuel Huapi. El oso hormiguero gigante, en el norte del país. El guacamayo verde, el tapir, en el centro y norte del país. El flamenco andino, cuyos huevos eran buscados a principios del siglo 20. Los monos carayá y capuchino. El ciervo de los pantanos, muy cerca de Buenos Aires. El venado de las pampas; el ñandú, sobre todo el choique; el pingüino de Magallanes, el tatú carreta; el cardenal amarillo; el cóndor, que antes abundaba y hoy muere por cebos tóxicos; la ballena franca austral, el aguará guazú, el huemul. La lista es muy extensa. Algunos felinos son algo más conocidos, como el yaguareté y el puma, que, aunque más famosos, también están en peligros.
¡Qué poco hablamos de esto quienes no estamos abocados al tema!
Las especies en extinción debieran ser un tema presente en las escuelas y jardines de infantes. La conciencia ambiental se multiplicaría si conociéramos más de cerca estas especies.
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Es necesario que el cuidado de nuestra fauna se multiplique. Por eso es tan trascendente el trabajo que hacen organizaciones que trabajan por la conservación de las especies. Queremos destacar tres, entre varias que hay en nuestro país.
Una es Pumakawa, una organización que se dedica a recuperar animales y restaurar el monte nativo. Cuentan con un predio de dos hectáreas en Córdoba, en donde realizan tareas de conservación, educación, recreación, e investigación. “El vocablo Pumakawa significa el que cuida con sigilo al puma, el mamífero natural de América, que es emblema de la asociación civil sin fines de lucro que lleva las riendas del emprendimiento”, explican en su web.
Por otra parte, la Fundación Vida Silvestre trabaja por la conservación desde 1977. Lo hace mediante distintos proyectos que involucran a la comunidad y promoviendo el uso sustentable de los recursos naturales para cuidar el ambiente (como en el caso de campañas que nos ayudan a cuidar nuestros bosques nativos).
Otra organización que desarrolla una tarea notable por las especies amenazadas es Rewilding. Esta fundación se define como “un grupo de conservacionistas y activistas unidos por el compromiso de recuperar los ecosistemas naturales, el respeto por el valor intrínseco de todas las especies y el sueño de establecer modelos de desarrollo para las comunidades rurales en un contexto de coexistencia con la naturaleza”. Su tarea consiste en realizar tareas de conservación en el terreno en lugares como los Esteros del Iberá (donde lograron reintroducir, tras más de 70 años extinto en la zona, al yaguareté), el Impenetrable Chaqueño o la Patagonia Azul.
Un mensaje de
Pan American Energy busca ser un promotor activo en el desarrollo de las comunidades en las que opera. Por ello, lleva a cabo acciones de triple impacto para crear valor económico, social y ambiental a través de la articulación público-privada. Su trabajo en Sustentabilidad se basa en cuatro ejes estratégicos: educación y cultura, salud y deporte, desarrollo local y ambiente. En el último año, con sus más de 100 programas, la compañía alcanzó a más de 300.000 personas.
Conocé más en pan-energy.com/sustentabilidad
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Decíamos que es importante que se hable más y más de las especies en peligro de extinción. En ese sentido, queremos aplaudir lo que hacen desde Proyecto Pantano. Como cuenta esta nota de Gabriela Cisterna, se trata de una iniciativa que nuclea a varios investigadores, quienes usan el conocimiento y los nuevos datos que surgen sobre el ciervo de los pantanos para diseñar estrategias de conservación. Y que buscan hacer partícipe a la comunidad de estas soluciones, de integrarlas. Incluso, de educar mediante su trabajo en escuelas de las provincias de Buenos Aires y Entre Ríos ubicadas cerca del delta del río Paraná, la zona donde vive el ciervo.
Además, el ciervo de los pantanos es un animal clave para toda la biodiversidad del área del delta. En la nota podés conocer más sobre el tema.
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Lanzamos una nueva campaña de mes. Durante mayo vamos a hablar sobre tres iniciativas que impulsan la economía circular. Y vamos a contarte cómo podés colaborar con esos proyectos. La primera de ellas, de la cual hablamos en esta nota, es la escuela de oficios textiles que se desarrolla en Luján. Allí se realizan cursos que brindan una salida laboral a decenas de mujeres, y que a la vez le dan un nuevo uso a prendas de descarte.
¿La clave del proyecto? Articular entre organizaciones de la sociedad civil, empresas que donan descartes, comunidades educativas que aportan recursos y la comunidad en general. Desde tu lugar, podés aportar, promoviendo la iniciativa entre los distintos actores y sumándote como voluntaria o voluntario.
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Ayer, 8 de mayo, fue el día de la Cruz Roja Internacional. Un día en el cual se celebra el legado de Henry Dunant, un filántropo que ganó en 1901 el Premio Nobel de la Paz y que fue el fundador de la Cruz Roja. Se cuenta que en 1859 se encontraba por negocios en el norte de Itaia. Allí contempló el horror de la guerra: quedó impactado al ver tantas víctimas del enfrentamiento de los ejércitos austriaco y franco-piamontés, quienes no recibían ayuda.
Dunant se dedicó a atenderlos, sin importar de qué bando eran: adoptó el lema Tutti fratelli (Todos hermanos), acuñado por las mujeres de la cercana ciudad de Castiglione dello Stiviere. Su experiencia derivó en la publicación del libro Un recuerdo de Solferino, en el cual proponía crear organizaciones que, mediante el trabajo de voluntarios, se abocara a ayudar a heridos.
Su legado, es maravilloso. Hoy, millones de voluntarios prestan su ayuda. Todo por alguien que levantó la cabeza, y miró al prójimo.
Cuidate mucho, cuidalas mucho, cuidalos mucho.
Te mandamos un gran abrazo.
Juan y David
