La transición de amigo a jefe- RED/ACCIÓN

La transición de amigo a jefe

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Está demostrado que tener amigos en el trabajo genera beneficios en el negocio. Sin embargo, algunas dificultades se manifiestan cuando uno asciende. Uno de los principales desafíos tiene que ver con ser equilibrado con todo el equipo.

Todos necesitamos amigos en el trabajo. ¿Quiere celebrar que ganó un gran cliente o alcanzó un nuevo objetivo? ¿Necesita desahogarse acerca de qué tan demandante, controlador, poco razonable u horrible es el jefe? Para eso están los amigos.

Hay beneficios probados de esas relaciones. Una investigación de Gallup ha mostrado que las personas que tienen a sus mejores amigos en el trabajo son más comprometidas y sus organizaciones muestran mayores ganancias y lealtad de los consumidores, en comparación con aquellas en las que las amistades cercanas entre los colegas son menos comunes.

Sin embargo, si recientemente lo han ascendido a su primer rol gerencial, usted entiende que tener amigos cercanos en el trabajo también puede ser complicado. Antes, usted y sus amigos se quejaban del jefe a sus espaldas. Ahora usted es el jefe y ellos se están quejando de usted a sus espaldas. Ellos podrían esperar un trato preferencial y otros empleados se preocuparán por el favoritismo.

Cuando Scott Tonidan, profesor del Davidson College, Paige Logan, su antigua estudiante y yo examinamos los desafíos de liderazgo de casi 300 gerentes novatos, encontramos que la transición de amigo a jefe –lo que llamamos “ajuste al manejo de personas/muestras de autoridad”- era el mayor obstáculo, citado por casi el 60 por ciento de los encuestados.

Estas preocupaciones parecen alejarse a medida que los líderes ascienden en la jerarquía. Cuando, en mi investigación, le pregunté a gerentes intermedios de todo el mundo acerca de sus preocupaciones más comunes, navegar la transición de amigo a jefe ni siquiera llegó al top 10.

Investigaciones del Center for Creative Leadership muestran que los ejecutivos de nivel C también se enfocan en otras cosas. Tiene problemas más grandes que tratar. En contraste, los nuevos gerentes tienen menos responsabilidades y no están acostumbrados a roles de liderazgo, así que sienten mucho más intensamente los efectos de las cambiantes dinámicas del lugar de trabajo.

¿Qué pueden hacer para superar este desafío?
Ser claro. Sí, usted todavía puede ser amigo de sus subordinados. Sin embargo, todos necesitan darse cuenta de que su relación laboral ha cambiado. Ponga expectativas y límites claros. Por ejemplo, hable con sus amigos acerca de las nuevas responsabilidades que enfrenta. Explique que usted es responsable del desarrollo y desempeño de sus amigos y de sus compañeros de trabajo. Para ser un líder efectivo del grupo completo, probablemente tendrá que cambiar la cantidad de tiempo que pasa con ellos y el tenor de su interacción.

Sea justo. Cuando se trata de bonos, aumentos, ascensos, apoyo y recursos, ponga de lado sus preferencias personales. Si sus amigos los merecen, y está documentado, excelente. Si no es así, y sus amigos son recompensados, surgirán el chisme y la desconfianza.

Sea consciente. Cuando tiene puesto su “sombrero de supervisor” todos los ojos están sobre usted. Así que póngale atención a las señales que está enviando. ¿Cuánto tiempo, energía y recursos le está dando a sus amigos, en comparación con otros? Pídale a su propio jefe o a un consejero de confianza que observe y le brinde feedback.

Esté preparado. Steve Nowicki, mi profesor de psicología en la Emory University, me enseñó que las relaciones tienen un ciclo de vida de cuatro etapas: elección - comienzo – profundización- final. Cuando usted pasa de amigo a jefe, la amistad como la conocía ha terminado. Usted y su amigo deben elegir si comenzar de nuevo, en esta nueva fase. Si él, ella o usted no pueden ajustarse, supere la relación. Sin embargo, no queme los puentes. Nunca se sabe quién podrá dirigirlo algún día.

Bill Gentry es un científico investigador de alto nivel en el Center for Creative Leadership.

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