La nostalgia no siempre es una aflicción, puede aliviarnos la angustia y amplificar la felicidad - RED/ACCIÓN

La nostalgia no siempre es una aflicción, puede aliviarnos la angustia y amplificar la felicidad

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A contrapelo de lo que podríamos imaginar, la nostalgia no siempre exacerba y precede a la tristeza. De hecho, un equipo de investigadores postuló que puede llegar a funcionar como un mecanismo de defensa y contribuir a darle sentido a la vida.

La nostalgia no siempre es una aflicción, puede aliviarnos la angustia y amplificar la felicidad

Foto de George Milton para Pexels.

Según el Diccionario de la Real Academia Española (RAE), la nostalgia es la tristeza melancólica originada por el recuerdo de una dicha perdida o la pena de verse ausente de la patria o de los amigos. Sin embargo, a contrapelo de lo que podríamos imaginar, la emoción no siempre exacerba la angustia, sino que puede llegar a funcionar como un mecanismo de defensa y aliviarnos.

Psypost describe que la nostalgia fue definida en términos médicos por primera vez a fines del siglo XVII en una tesis doctoral presentada en una universidad suiza y refería a las experiencias de un grupo de mercenarios que añoraban su patria, a tal punto de causarles sufrimiento.

Pero ahora sabemos que, en lugar de preceder a la angustia, la nostalgia la sigue de forma natural y sirve para aliviarla, según los autores de un estudio chino publicado en el Journal of Personality. ¿Cómo funciona? En principio, suelen considerarse dos formas comunes de la nostalgia:

  1. Puede ser un estado, lo que implica que la persona experimenta las emociones.
  2. Puede ser un rasgo, es decir, una tendencia a reavivar habitualmente buenos recuerdos, como los de la infancia o aquellos con un familiar que ya no está.

La metáfora que plantea una nota sobre el tema en FirstForWomen, señala que la nostalgia es una poderosa "máquina del tiempo". La sensación enciende las partes ejecutivas del cerebro involucradas en el pensamiento superior, así como las regiones sensoriales encargadas del olfato, el gusto, el tacto, la vista y el oído, explicó al medio el experto en la psicología de la nostalgia, Clay Routledge: “cuando estamos nostálgicos, nuestro cerebro no es pasivo en absoluto, es muy activo y nos ayuda a encontrar significado”.

De hecho, la investigación liderada por Yuqi Wang se propuso demostrar esta perspectiva acerca de la sensación. Para eso, convocó a 3.167 estudiantes de primer año de la Universidad Oceánica de Zhejiang (China) con una edad promedio de 19 años a que completaran encuestas entre la segunda y la novena semana de su primer semestre en la universidad, y otra a los seis meses.

En efecto, notaron que los niveles de angustia y de nostalgia estaban altamente asociados. No obstante, pusieron foco particularmente en qué emoción aparecía primero y cuál suscitaba a la otra. Así, concluyeron que una mayor nostalgia anterior se asoció con una menor angustia a los seis meses y, por el contrario, una mayor angustia al comienzo del semestre se asoció con una mayor nostalgia seis meses después. 

“Estos hallazgos revelan que experimentar un mayor nivel de angustia en un momento anterior es un pronóstico de nostalgia posterior, mientras que recurrir a la nostalgia con mayor frecuencia en un momento anterior predice niveles más bajos de angustia posterior. La angustia, tanto psicológica como física, instiga la nostalgia. La nostalgia, a su vez, actúa como un mecanismo de protección que alivia las consecuencias adversas de la angustia”, concluyeron.

En pocas palabras, como sintetiza FirstForWomen, a pesar de sus raíces en recuerdos agridulces, la nostalgia está notablemente orientada hacia el futuro, nos revive aprendizajes, nos impulsa hacia adelante y funciona como “un catalizador para el progreso personal”, lo que amplifica nuestros niveles de felicidad.