Desde hace 18 años, en las aulas de todo el país se aborda la Educación Sexual Integral (ESI). Pero su implementación no fue uniforme en todo el país. Cada provincia y escuela define su enfoque.
El abordaje de la sexualidad en la escuela, explican los docentes, va mucho más allá de la información sobre métodos anticonceptivos. Según los especialistas, la ESI supera la mirada biologicista y aborda el derecho a la salud, la equidad, la igualdad, la protección del propio cuerpo y el derecho a elegir libremente cómo vivir las identidades socioafectivas.
Hoy los docentes y referentes en la temática coinciden en los logros de la norma y reafirman la necesidad de continuar con su implementación pese a las decisiones del gobierno nacional.
La ley 26.150 fue sancionada el 4 de octubre de 2006 y establece el derecho de todos los estudiantes a recibir contenidos de educación sexual integral en las escuelas públicas y privadas del país, desde el nivel inicial hasta el nivel superior. De esta manera, garantiza la enseñanza de “los aspectos biológicos, psicológicos, sociales, emocionales y éticos” de la sexualidad y asegura “la igualdad de trato y de oportunidades entre hombres y mujeres”.
Las clases de ESI permitieron detectar casos de abusos sexuales en la infancia, situaciones de violencia de género propias o en el entorno familiar y además reducir el embarazo adolescente en un 60%, según datos del Ministerio de Desarrollo Social de Nación en 2022.
En 2018, el equipo de la Oficina de Atención a la Víctima (Ofavi) en Bariloche comenzó a recibir llamados de trabajadoras sociales, psicólogos y psicopedagogas del Etap (Equipo Técnico de Apoyo Pedagógico), planteando situaciones de abuso sexual que eran comentadas por los niños en las escuelas.
“Hoy hay muchos más niños y niñas que tienen conocimiento de qué está bien y qué está mal. En ese punto, aumentaron las cuestiones de develamiento respecto de las agresiones sexuales. Hablamos de las escuelas y de las salitas de salud. Muchas veces nos llaman los profesionales y nos dicen que algún niño empezó el tratamiento psicoterapéutico y contó que estaba siendo agredido sexualmente por alguien”, planteaban las profesionales tiempo atrás.
Un contexto poco favorable
“Se cumplen 18 años de la ley en un contexto poco favorable, sobre todo por los mensajes que recibimos por parte de los representantes: la amenaza en la conquista de derechos de estos últimos años, más allá de la ESI”, sintetizó Laura Velázquez, secretaria de Derechos Humanos, Género e Igualdad de Oportunidades de Unter Bariloche.
Afirmó que “el marco jurídico y legal es nuestro respaldo. Siempre que querramos abordar determinadas problemáticas tenemos el amparo legal, pero tenemos que estar midiendo permanentemente el timing social”.
En este sentido, mencionó: “Tenemos un gobierno de derecha recién asumido que no dudó en apuntar principalmente a los derechos de las mujeres y diversidades. Ese discurso peligroso empieza a tener resonancia en el ámbito social”.
Una ley vigente
María Inés Hernández, secretaria de Derechos Humanos, Género e Igualdad de Oportunidades de Unter Río Negro, definió que la ESI implica aprender todo lo referente al cuerpo “pero también conocer cuáles son los mandatos que nos fueron constituyendo y que han generado niveles de desigualdad en el trabajo, en la familia, la justificación de las violencias, el rol de las mujeres en la sociedad, el derecho a elegir qué estudiar, a quién amar, a maternar o no”.
“La ley es amplísima y por eso mismo, genera tantas resistencias en una sociedad patriarcal sostenida por el binarismo, cuando en realidad, la democracia se construye a partir de la diversidad”, advirtió Hernández.
La referente de ESI a nivel provincial consideró que si bien “el gobierno nacional aplica la pedagogía de la crueldad, recorta derechos y avanza contra las libertades que hemos ido conquistando, las leyes continúan vigentes y vamos a seguir aplicando la ESI dentro de las escuela. Es un derecho de niñas, niños y jóvenes”.
Graciela Morgado, militante de ESI a nivel nacional y vicedecana de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA), evaluó que a pesar de la ley, el desfinanciamiento de las políticas educativas en general “podría llevarse puesto los proyectos vinculados con la ESI”.
“Es una ley que cumple 18 años, estaba en fase de implementación. Falta mucho y necesita mucho del empuje del gobierno nacional. Hay provincias que, sin el apoyo del gobierno nacional no pondrán un peso en la capacitación de la ESI. Va a quedar en cada provincia. El panorama es muy oscuro, por eso, hay que dar un debate más local”, dijo la docente investigadora.
A 18 años de su sanción, Hernández ratificó que los docentes “defenderán la ley contra viento y marea. Hoy padece todos los recortes de los programas socieducativos, pero eso no implica que no se pueda aplicar. La disputa más dura será la resistencia de los colectivos antiderechos. Persiste la idea de que la ESI es una cuestión de ideología de género que hay que desmontar”.
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