Sabemos que la inteligencia artificial tiene la capacidad de complementar la realización de algunas tareas. Pero ahora también parece desafiar los límites de la naturaleza y del ciclo de la vida como nunca antes lo habíamos presenciado, ya que está naciendo (paradójicamente) el mercado de las “resurrecciones digitales”, en especial en China.
Se trata de contenido sintético generado por inteligencia artificial que imita a una persona ya fallecida. En otras palabras, es la creación de un avatar potenciado por imágenes, audios e información detallada sobre un individuo que se revive con la tecnología.
En su esencia, estos avatares digitales son deepfakes de los muertos. Y, aunque estamos familiarizados y alarmados por los deepfakes de las personas, la realidad es que ambos están creados de la misma manera: modelos de difusión, modelos de lenguaje, procesamiento de contenidos audiovisuales.
En China, esta tendencia también conocida como la “inmortalidad digital” tiene mucho éxito. Según informa un artículo de MIT Technology Review, se generó toda una estructura de mercado dedicada a estas prácticas y media docena de empresas están ofreciendo el producto.
Para algunos, el fenómeno es una extensión moderna de la tradición y la cultura china, que siempre impulsó el diálogo y la conexión con los muertos. De hecho, cuando alguien muere es normal poner una foto de la persona en la casa por al menos unos años.
Es cierto que algo de esto ya estaba presente en nuestra sociedad, pero con la llegada de la inteligencia artificial hubo una evidente sofisticación y los avatares son más verosímiles. Sin embargo, todavía no son del todo creíbles (y menos mal), dado que suelen sonar robóticos y aparatosos. Pero, para algunos, es solo cuestión de tiempo para que estos sistemas lleguen a un nivel de precisión indetectable.
Fundada por James Vlahos, HereAfter AI es una de las aplicaciones más famosas de “resurrección digital”. Según Euronews, esta herramienta permite a los usuarios grabar y subir sus recuerdos como parte de su legado. Luego el contenido es convertido en un avatar que puede comunicarse con amigos y familia, tanto en vida como luego de la muerte.
Sí, estamos de acuerdo que todo esto parece que la sociedad va solamente direccionada hacia los episodios de Black Mirror. Es un desafío constante a la naturaleza y eso, en el fondo, es lo que alarma.