La fábrica de tiempo, comentado por Sebastián Davidovsky- RED/ACCIÓN

La fábrica de tiempo, comentado por Sebastián Davidovsky

 Una iniciativa de Dircoms + INFOMEDIA

Un especialista invitado comenta un libro de no ficción y elige los seis párrafos de ese libro que más le hayan llamado la atención.

La fábrica de tiempo, comentado por Sebastián Davidovsky

La fábrica de tiempo
Pablo M. Fernández y Martina Rua 
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Uno (mi comentario)

La fábrica de tiempo (Martina Rua y Pablo Fernández) es una guía en estos tiempos. Pero, lejos de serlo en materia espiritual, está llena de consejos prácticos. De aquellos que sirven para primero identificar problemáticas que tienen que ver con nuestra productividad diaria hasta aquellos que sirven, de forma explícita y práctica, para terminar con esos vicios permanentes. Sirve para evaluarse, pero sobre todo para optimizarse; y no solo en función de la producción, sino todo lo contrario: a favor del ocio. Acá seleccioné algunas partes del libro que, aunque caprichosas (¡y en siete párrafos!), me parecieron super útiles.

Dos (la selección)

La técnica del tomate

En el mundo de las herramientas para “hacer las cosas” (getting things done) hay muchas opciones para mejorar la productividad de tu trabajo. Una opción que muchos usan es la técnica de Pomodoro.

El corazón del concepto es simple

  • Usar un timer de cocina, puede ser el típico tomate (de ahí el nombre) para trabajar en una tarea durante 25 minutos sin interrupciones.
  • Luego tomarse 5 minutos para descansar y volver a empezar.
  • Cada cuatro “Pomodoro” tomarse un break más largo.

Tres

Evitá el multitasking, buscá el flow

La idea es que trabajes de una manera más inteligente, no que trabajes más. En las últimas décadas nuestra cultura hizo un culto al multitasking, la capacidad de hacer varias cosas a la vez, el problema está en que eso no funciona. Según la Asociación Estadounidense de Psicología: “Aunque esto no debería sorprender a nadie que haya hablado por teléfono mientras revisaba su casilla de mails o hablado por celular mientras manejaba, el problema detrás de esto puede ser un shock. Los psicólogos que han estudiado qué sucede en el proceso cognitivo (procesos mentales) cuando personas quieren hacer más de una cosa a la vez han encontrado que la mente y el cerebro no están diseñados para hacer múltiples tareas al mismo tiempo”.

Cuatro

El arte de despegarse del celular

Uno de los referentes a la hora de mejorar la relación con los celulares es Tristan Harris quien trabajando en empresas como Google se dio cuenta de que se estaba diseñando tecnología para ser adictiva y que eso generaba problemas con el día a día de las personas y las relaciones entre ellas. Él, además de estar 100% de acuerdo con apagar las notificaciones, sugiere, a través de su organización Time Well Spent, una serie de ideas:

  • Escondé las apps: dejá la home de tu celular sólo para las aplicaciones que te ayudan a hacer cosas. Un mapa, por caso. El resto mandalo a carpetas dentro de tu celular para que sólo las puedas encontrar tipeando en la barra de búsqueda. Hacé dos páginas de apps. La primera con las apps relevantes para tu día a día y las otras más entretenidas metidas en carpetas en la segunda hoja.
  • Evitá las interacciones innecesarias. Mantené el celular bloqueado cuando tomás fotos, así automáticamente volvés a la pantalla de bloqueo al terminar.
  • Tomate el tiempo para que las vibraciones de tu celular sean identificables.
  • Comprate un reloj con alarma y cargá el celular fuera de la habitación.

Cinco

La procrastinación como síntoma

Para el sitio jomofis.com contactamos hace un tiempo a Piers Steel, un psicólogo canadiense, profesor de la Universidad de Calgary y autor de “Procrastinación: por qué dejamos para mañana lo que podemos hacer hoy” (...). El investigador canadiense condensó los aportes de más de 800 estudios en una fórmula que describe este autoboicot:

Procrastinar consiste en una combinación de tres factores que intervienen cada vez que aplazamos algo: 

  • La predisposición a valorar las necesidades inmediatas por encima de los planes a largo plazo (impulsividad).
  • El grado de confianza en alcanzar el objetivo (expectativas).
  • El placer que nos proporcione la realizar la tarea (valor).

Su afirmación resultó muy reveladora: “No poder lleva las obligaciones a cabo es un síntoma de otros temas como la búsqueda de perfeccionismo, la vulnerabilidad a las críticas negativas o el miedo al fracaso”. En su libro “El Manual del procastinador: el arte de hacer las cosas ya”, Rita Emmett asegura: el temor a realizar una tarea consume más tiempo y energía que la tarea en sí. La evasión del deber no solo aumenta la preocupación y procrastinación, sino que produce sentimientos de culpa que impiden un verdadero disfrute del tiempo libre”. ¿Les resulta familiar?

Seis

El descanso que repara

En la actualidad solo el 15 % de los argentinos duerme las 8 horas recomendadas. Según una encuesta conducida por la consultora de recursos humanos Adecco, más de la mitad de los trabajadores duerme entre 6 y 7 horas, y un 30 por ciento sólo descansa entre 5 y 6 horas. (...) Los expertos aconsejan robar algunos minutos por día. Por ejemplo:

  • Adelantar 30 minutos el descanso nocturno o demorar el salto de la cama por la mañana.
  • Dejar los teléfonos y las computadoras cargando en otra habitación.
  • Tomar siestas cortas que pueden durar entre cinco y 30 minutos. Una siesta de 15 minutos sentados, en la oficina, o apenas recostados aumenta nuestra productividad para el resto del día.

Siete

La importancia de un comienzo offline

Harris sugiere que antes que chequear el teléfono como primera cosa del día, deberíamos considerar alguna actividad más alineada a nuestras necesidades de ese día. Entre las opciones, podés pensar en hacer un rico desayuno, en organizar brevemente tus tareas, despertar con besos a tus hijos o pareja, agradecer por el día que empieza y pensar en hacer alguna cosa importante que quieras lograr en el día. Amy Cuddy, una psicóloga de Harvard y autora del libro Presence: Bringing your Boldest Self to Your Biggest Challenges, donde explora cómo nuestras posturas corporales pueden influenciar nuestros pensamientos y emociones, recomienda estirar el cuerpo tanto como podamos como primera actividad al despertar. Un modo simple de recuperar ese momento único, segundos antes de pisar el suelo y arrancar con todo la jornada.

El motor de nuestras motivaciones

Daniel Pink, motivaciones extrínsecas, del tipo X, (personas movidas por recompensas externas) y motivaciones intrínsecas, del tipo I (se mueven y motivan por un propósito, un deseo de trascendencia o de hacer algo que vale la pena).

“Ninguno de nosotros es sólo ciento por ciento de uno de estos modos, pero si nos ponemos a analizar a nuestro alrededor y nuestros propios casos, no es difícil encontrar patrones para ponernos de un lado o del otro. Esto no significa que los tipo X nieguen la satisfacción inherente de eso que hacen, o que el tipo I niegue los beneficios que vienen del exterior. Pero para el tipo X la mayor recompensa es la externa y la satisfacción íntima es bienvenida, pero secundaria y para el tipo I el principal motivador es la libertad, el desafío, el propósito que subyace la tarea, y los premios son celebrados, pero sólo como un bonus. 


En SIETE PÁRRAFOS, grandes lectores eligen un libro de no ficción, seleccionan seis párrafos, y escriben un breve comentario que encabeza la selección. Todos los martes podés recibir la newsletter, editada por Flor Ure, con los libros de la semana y novedades del mundo editorial.

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