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¡Buenos días! Hace menos de 10 días la ciudad de Corrientes sufrió una inundación histórica. Como en estos casos, la solidaridad se hizo presente. Y, también, una admirable resiliencia de los habitantes locales.
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Corrientes es una provincia maravillosa, tiene un pueblo y una cultura increíbles. Su carnaval refleja la vida y el color de su gente. Tiene un género musical único, como el chamamé, y una biodiversidad singular. Esta provincia en los últimos tiempos sufrió catástrofes muy opuestas. Desde las inundaciones en su capital hace pocos días hasta incendios de los más importantes en la historia de nuestro país.
Es admirable la respuesta de sus habitantes ante las adversidades. Su capacidad para reconstruir, sonreír, cantar; incluso cuando se pierden casas, viviendas, estructuras, cosechas. También, incluso, cuando se pierden vidas.
La comunidad correntina tiene algo distinto, que se hace más palpable en momentos más duros. En la reciente inundación, en pocas horas llovió lo que llueve en seis meses. No hubo víctimas fatales, pero sí muchas pérdidas materiales. Y varios días después correntinos y correntinas se siguen abrazando para reconstruir lo destruido.
Como siempre, en estos casos hacemos un llamado a dar una mano y colaborar. En este caso, la reconstrucción la encabeza un club de fútbol. Como tantas veces el deporte tiene esto: que no solo es pasión y diversión, sino también solidaridad. Huracán de Corrientes lidera una verdadera red de muchos clubes que están juntando ayuda especialmente para estos momentos que conocemos bien: la poscatástrofe.
En la catástrofe la tragedia es noticia y abunda la prensa. Se multiplica la mala noticia. Pero desde ahí se multiplica la generosidad. Sin embargo, ahora hay que reconstruir y seguir llamando a la solidaridad de todos. Tal vez en esta última de las inundaciones que por su magnitud es una de las más grandes en la historia del país.
Creemos que el resto del país, América Latina y personas de cualquier parte del mundo podríamos mirar especialmente a Corrientes. Primero para dar una mano. Tres barrios con muchas familias intentan en estas horas ponerse de pie. La reconstrucción puede ser incluso más dura que el propio impacto.
Por otro lado, ¿sabrán Corrientes y sus habitantes que esa manera de seguir la vida y sonreír incluso en la catástrofe quizás merezca una verdadera investigación? Tal vez desde el carnaval, su chamamé, su río y pescadores, y sus leyendas y su biodiversidad admirable: tal vez eso haya dado forma a través del tiempo a una forma maravillosa de responder ante la catástrofe.
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La campaña impulsada por Huracán de Corrientes se llama Clubes en Acción y también participan otras instituciones, como Boca Unidos, Club Yacaré, Arandú, Fundación Beco, ex alumnos del Colegio San José y la Academia Superior de Taekwondo. Se reciben donaciones de colchones, pañales, ropa en buen estado, calzado, agua embotellada y artículos de limpieza. En la sede de Huracán se pueden entregar de 9 a 12 y de 12 a 17.
Otras organizaciones, entre las tantas que están juntando donaciones, son el Banco de Alimentos y Cáritas.
Pan American Energy busca ser un promotor activo en el desarrollo de las comunidades en las que opera. Por ello, lleva a cabo acciones de triple impacto para crear valor económico, social y ambiental a través de la articulación público-privada. Su trabajo en Sustentabilidad se basa en cuatro ejes estratégicos: educación y cultura, salud y deporte, desarrollo local y ambiente. En el último año, con sus más de 100 programas, la compañía alcanzó a más de 300.000 personas.
Conocé más en pan-energy.com/sustentabilidad
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También trabaja ante las inundaciones en Corrientes la Cruz Roja Argentina. Desde el inicio de la emergencia se movilizaron más de 50 voluntarios de Filial Corrientes y cuatro vehículos todo terreno para llegar a zonas inaccesibles de otra manera. Se brindó acompañamiento en primeros auxilios, apoyo psicosocial y distribución de información para la gestión del riesgo en alojamientos temporales y los barrios más afectados, destaca Cristian Bolado, subsecretario de Emergencias y Desastres de la Cruz Roja Argentina. También se sumaron más de 10 voluntarios y voluntarias de distintas filiales del país para continuar con nuestra labor en el lugar y entregar kits de limpieza.
“Las primeras horas fueron las más complejas, pero cuando la lluvia frenó, las zonas inundadas fueron bajando, lo que nos permitió que entre el día lunes y martes nos focalicemos en brindar apoyo a las familias afectadas y luego acompañarlos en su vuelta a casa, apoyando la recuperación temprana de los hogares. Por eso, ya distribuimos artículos de limpieza para que sus hogares vuelvan a ser habitables y seguros a nivel sanitario”, nos cuenta Bolado.
También nos dijo: “El principal desafío tiene que ver con la salud. Corrientes está en una zona con alta circulación de dengue y tiene un alto nivel de personas infectadas. Tenemos que trabajar mucho sobre la sensibilización comunitaria, el diagnóstico precoz y la derivación a la consulta profesional cuando corresponda, según la sintomatología. Además, entendemos que la limpieza del hogar, los patios de las casas de las zonas más afectadas pueden ayudar a reducir muchísimo el impacto”.
Por otra parte, hay muchas familias que perdieron todas sus pertenencias, entre ellas muebles y cocinas, precisó Bolado.
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Una pequeña charla con Camila Núñez. Ella es voluntaria de la organización Correntinos Contra el Cambio Climático, una de las que trabaja asistiendo a vecinos de la capital provincial afectados por las inundaciones.
—¿Cómo describirían el panorama generado por las inundaciones?
—Sabíamos que nos íbamos a encontrar con destrozos, ya que las inundaciones causaron que incluso en los barrios más urbanizados hubiera autos flotando o bajo agua y o casas completamente anegadas. Pero visitando las casas de los vecinos del Barrio La Olla, vimos un nivel enorme de vulnerabilidad y desesperación ante la pérdida de todo lo que tenían. Fue sin duda una situación sin precedentes y sin herramientas adecuadas a mano para poder afrontarlo.
—¿Qué fue lo que más te llamó la atención?
—Personalmente me llamaron la atención dos cosas: las personas a las que estuvimos asistiendo, su casa estuvo bajo agua y quedaron con pocas o incluso sin nada, pero una vecina del barrio, Mariana, alguien a la que el agua no le llegó, ofreció su casa y desde ese momento busca darles en conjunto con el resto de los vecinos un lugar donde poder estar, cocinar, dar un plato de comida y compartir. Ella abrió las puertas de su casa hasta que los vecinos puedan ir reconstruyendo de a poco las suyas. Por otro lado, me exaspera la poca preparación por parte del Gobierno provincial ante estas situaciones que se repiten: Corrientes pasa por un período de sequias seguido de lluvias intensas.
—¿Cómo evalúan la respuesta de la sociedad ante lo ocurrido?
—Hay mucha gente movilizándose, asociaciones civiles, facultades, escuelas y demás en pos de garantizar las necesidades básicas de este sector de la población. Por ejemplo, se ocupan de que los chicos estén bien equipados para la vuelta a clases, que tengan un colchón para dormir, productos de limpieza, ropa, etc.
—¿Tenían experiencia ayudando en situaciones similares?
—Pasamos por situaciones similares en la época del auge de los incendios, que para enero y febrero de 2022 nos tenía respirando cenizas en el medio del centro de la capital. Entre el período de sequía, las altas temperaturas y los incendios accidentales nos encontramos con el 10 % de la provincia bajo fuego. En ese momento llevamos donaciones al interior, tanto a la gente afectada como a los diferentes cuarteles de bomberos (algunos que se armaron durante esa época de incendios) buscando equiparlos y asistirlos lo mejor posible.
—¿Trabajaron en conjunto con otros grupos?
—Agradezco que siempre trabajamos en conjunto, como con el Espacio Mariño, una biblioteca y centro cultural que nos abrió las puertas para juntar donaciones y hacer eventos con el fin de concientizar y juntar dinero para seguir con la colecta en su momento y ahora con facultades y demás centros que nos brindan apoyo. Aparte de ellos, la ciudadanía siempre se ha movido a la par nuestra, prestando sus vehículos cuando no teníamos movilidad, sus manos, su tiempo lo que creo que es más importante y lo que me asegura que siempre va a haber gente movilizándose para que su entorno esté mejor.
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Para despedirnos te contamos la tarea de otra organización admirable. Se llama Monte Adentro y trabaja en la zona del Impenetrable Chaqueño. Una de sus iniciativas busca ayudar a jóvenes que viven a varios kilómetros de sus escuelas a no abandonar su educación media.
Para eso crearon un programa integral, que incluye no solo la beca económica, sino acompañamiento y apoyo escolar.
"Iba a la escuela en moto y los días de lluvia no podía ingresar porque la escuela está en un camino de tierra. A veces se pinchaba la moto y tampoco podía llegar porque tenía que volver a mi casa", cuenta Romina, una de las jóvenes becadas.
Te contamos más en esta nota.
Cuidate mucho, cuidalas mucho, cuidalos mucho.
Te mandamos un gran abrazo.
Juan y David