“¿Cuál es el legado que quieres para ti? ¿Qué quieres de tu vida? ¿Lo que buscas te acercará a ese legado? Entonces tienes que hacerlo, independientemente del resultado”.
Esto, dice Mona Ataya en su sitio web Mumzworld, es lo que debería preguntarse toda persona que desee emprender e iniciar su propio negocio, empresa o proyecto. Eso también fue lo que ella se preguntó en 2011, cuando creó lo que se transformaría en el mercado en línea destinado a madres más grande del mundo árabe, un logro que fue reconocido por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD por sus siglas en inglés) al ser elegida recientemente como una de las seis defensoras del comercio electrónico para las mujeres.
Para encarar un proyecto propio, asegura Ataya, lo principal es la pasión y la convicción ferviente de que la idea que se quiere poner en marcha va a tener el impacto necesario para crear el legado que se desea. “¿Es la idea lo suficientemente importante para ti? ¿Vale la pena? Por lo general, una idea que vale la pena es más grande que uno mismo. Es una historia de impacto social, es una idea que impacta a otros”. Así fue su idea.
La pulsión de superarse e ir tras sus objetivos la acompaña desde niña: en su infancia jugó al tenis, montó a caballo e hizo atletismo. Los deportes, reflexiona, son importantes porque enseñan a comprometerse y motivan. De todo lo que hizo aprendió. En la universidad se graduó con una doble licenciatura: en Marketing y en Finanzas. Después trabajó en empresas reconocidas mundialmente. Su primer empleo, cuando todavía estudiaba, fue en la empresa Procter & Gamble, en los Estados Unidos: “Tenía sed de aprender”, recuerda. Luego, se unió a la competencia: Johnson & Johnson.
Mientras trabajaba ahí, su hermano Rabea la convocó con una oferta tentadora: la invitó a “revolucionar la forma en que la gente buscaba y solicitaba trabajo en Medio Oriente”. Y ambos fundaron Bayt.com. Comenzaba el milenio, internet empezaba a revolucionar la comunicación en el mundo y pensar en un sitio web para buscar y conseguir trabajo sonaba a algo salido de una película futurista.Su hermano tenía experiencia como emprendedor, había formado un equipo con todas las habilidades necesarias y ella dejó el trabajo seguro y una carrera en ascenso y dio “un salto de fe” para comenzar el camino del emprendedurismo. El primero de muchos.
Bayt.com comenzó con “un sofá, un escritorio y un presupuesto mínimo” y en pocos meses se convirtió en un sitio de reclutamiento muy utilizado en la región. En poco más de una década pasó a ser el más grande del mundo árabe. El salto había valido la pena.
La maternidad, necesidades insatisfechas y una idea imparable
Cuando Ataya se convirtió en madre —tiene tres hijos, dos de ellos gemelos—, advirtió que en el mundo árabe había un hueco en el mercado en cuanto a productos destinados al mundo de la crianza: no había variedad en la oferta, los precios eran elevados y tampoco existía información para que las personas pudieran tomar decisiones conscientes sobre sus compras. Ese hueco fue lo que la encendió.
“Mumzworld nació de una pasión y una visión, para crear algo que era importante para mí, personalmente, y para las madres a nivel regional. Como madre de tres hijos no me sentía empoderada para tomar las decisiones más acertadas. Otras madres tienen hambre de información, aversión al riesgo, quieren lo mejor para sus hijos por lo que buscan constantemente información para elegir y tomar las decisiones correctas”, dice Ataya en el sitio web de la empresa.
“Y cuando tuve a mis hijos —continúa— el acceso a la elección era limitado, los precios eran muy altos, y llegar al producto adecuado en el momento adecuado también era muy difícil. La información en árabe sobre estos productos era prácticamente inexistente. Sentí que mis manos estaban atadas. Y así fue que se sembró la semilla para construir este negocio”.
El camino no fue fácil, estuvo minado de dificultades y desafíos, pero Ataya hizo un plan de negocios sin perder de vista la meta. “Empecé a escribirlo deseando: ojalá existiera un sitio que tuviera todo lo que necesito bajo un mismo paraguas; donde pudiera buscar, comparar y comprar. Me gustaría que me diera información objetiva, transparente y real para poder tomar decisiones informadas. Y desearía encontrar una comunidad con la que identificarme, relacionarme, que pudiera darme consejos y guiarme, porque como madre eres un ser humano solitario, tienes una responsabilidad que solo recae sobre ti”.
Empezar un negocio de cero siendo madre de tres niños, entonces pequeños, era desafiante. Lo que hizo que ya no hubiera vuelta atrás fue, dice, una sola cosa: estar segura de que si la idea cobraba vida iba a crear impacto: “Incluso si hace que una madre o dos se sientan empoderadas, he hecho mi trabajo”.
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Hoy, su empresa llega a los hogares de más de 2.5 millones de personas, con la mayor oferta de productos de la región, al mejor precio, ya que su política es que todos sus productos se vendan al precio más barato del mercado. Si alguien encuentra en otro lugar un producto del catálogo de Mumzworld a un precio más barato, puede comunicarlo y la empresa lo iguala de inmediato.
Ese, dice Ataya, es uno de los motivos por el que su negocio es único. Los otros dos son la variedad de su oferta ―con 300.000 productos a la venta en el sitio web― y un equipo responsable de brindar la información sobre esos productos, tanto en árabe como en inglés.
Así, con más de 350 empleados y 6.000 marcas, en una década Mumzworldse convirtió en el destino al que muchas empresas del mundo quieren llegar para vender en Medio Oriente y en un negocio de referencia e inspiración para otras mujeres. Mumzworld empoderó a las mujeres que son madres de los dos lados del mostrador: como usuarias y también como trabajadoras de la empresa. Ellas integran el 70 % del equipo.
“Encontramos mujeres fenomenales que son jefas de logística, de marketing. Y pudimos hallarlas porque las madres pueden relacionarse con nosotros, porque salí a decir ‘soy madre, tengo tres hijos’. Mis cofundadoras son madres, nuestra jefa de tecnología es madre y todas pueden serlo y trabajar a su ritmo. Porque como madre o padre tu trabajo no debe negar tus responsabilidades en el hogar, si no que se complementan. Por eso contratamos a muchas mujeres con horarios flexibles, a muchas que trabajan desde casa, tenemos un gran grupo que está en Arabia Saudita e incluso redactoras palestinas que están en Cisjordania escribiendo desde casa”.
La empresaria cuenta que desde Mumzworld realizaron una inversión destinada únicamente a mujeres que debieron o eligieron dejar de trabajar cuando se convirtieron en madres y deseaban volver a insertarse en el mercado laboral sin dejar a sus hijos todo el día. “La opción de involucrar en la fuerza laboral a mujeres después de que han tenido hijos está profundamente arraigada en nuestro ADN como empresa”, señala.
Incluir mujeres en el comercio electrónico
Además de ser socia fundadora y consejera delegada de Mumzworld, Ataya forma parte del Consejo de Administración de la Cámara de Economía Digital de Dubai desde 2011, cuenta dos décadas trabajando en asuntos vinculados a la economía digital en Medio Oriente y en el norte de África y, en 2013, fue incluida entre las 100 mujeres árabes más poderosas por Arabian Business, una revista de negocios de Dubai con foco en noticias globales y regionales.
En sus años de trabajo vio al comercio digital nacer y llegar a la cima, aunque asegura que aún le queda mucho por crecer. También vio los obstáculos que enfrentaban las mujeres que querían indagar en esta área, en Medio Oriente y subraya la necesidad de sumarlas al mundo de la economía digital y del comercio electrónico, campo en el que todavía son una minoría. El desafío sigue siendo hacerse lugar en un sector dominado por varones (“desde los proveedores hasta las empresas de reparto y financieras”).
“Cuando comenzamosMumzworld, el ecosistema del comercio electrónico estaba subdesarrollado. Para que alguien tenga éxito como comprador de comercio electrónico, el ecosistema tiene que apoyarlo, es decir, se necesitan servicios de mensajería para poder entregar en dos días, los sistemas de pago en línea tienen que funcionar, un talento tecnológico tiene que estar fácilmente disponible, todo lo que no existía”, recuerda Ataya de los inicios.
“Ahora —sigue— hay un millón de mujeres en nuestro sitio web que interactúan con nuestra comunidad, estamos participando en las redes sociales, tenemos madres embajadoras que hablan de sus experiencias. Realmente hemos creado una comunidad integral de 360 grados”.
Su sueño, “que las madres tengan acceso a todo al alcance de la mano, con solo presionar un botón, y que esto realmente las ayude a sentirse empoderadas para tomar la mejor decisión para ellas y sus hijos e hijas”. Todavía, asegura, se puede crecer mucho más.
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Esta nota forma parte de la plataforma Soluciones para América Latina, una alianza entre INFOBAE y RED/ACCIÓN, y fue publicada originalmente el 16 de marzo de 2022.
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