Muchas empresas están enfatizando la importancia de su responsabilidad social y el compromiso con diferentes problemas. Y a la hora de elegir un producto o de formar parte de una compañía esto tiene una relevancia que, año a año, va creciendo entre los clientes. En particular, este fenómeno se da con los bancos.
Un nuevo estudio realizado por Sherlock Communications, una agencia de comunicaciones y relaciones públicas con sede en Latinoamérica, confirmó que 6 de cada 10 argentinos optan por una entidad financiera que use su dinero y lo invierta en acciones sociales y medioambientales.
En detalle, el 49 % de los argentinos encuestados dice que eligen un banco que contribuye de alguna manera con la sociedad, mientras que otro 9 % asegura que cerraría su cuenta si se enterara de que su banco invierte en acciones contrarias a sus principios. Sin embargo, hay un 32 % restante que tiene las prioridades puestas en otro lado, ya que priorizan los precios.
El informe también reveló que el buen trato está dentro de los elementos fundamentales para recibir créditos. En específico, el 81 % de los argentinos sostiene que las empresas que no traten a las personas con respeto y dignidad no deberían recibir créditos ni préstamos y un 78 % acuerda que hay que castigar de manera financiera a las compañías que no cuidan el ambiente.
Además, este mismo estudio sugiere que siete de cada diez argentinos piensan que los bancos deben informar sobre el uso que hacen de su dinero, clave para la toma de este tipo de decisiones. En esta línea, un 37% cree que sus bancos no comunican de forma clara y transparente cómo utilizan los recursos financieros de los clientes.
La comunicación es clave (pero sin greenwashing)
Esta encuesta forma parte del libro electrónico Finanzas Verdes: Guía de financiamiento sostenible para América Latina y fue realizada en otros cinco países de la región. En ellos, encontraron que un 74 % afirma que una buena forma de exigir un mejor comportamiento a las empresas es bloquear el crédito. En especial aquellas que están relacionadas con el crimen organizado, los desastres ambientales y el trabajo infantil.
“La encuesta muestra que una proporción significativa de latinoamericanos cree que sus bancos deberían utilizar sus políticas de inversión para crear un cambio en el comportamiento de las empresas, y no sólo de las que operan al borde de la ilegalidad, sino también de las que operan en industrias que tienen un impacto medioambiental negativo”, remarcó Pedro Gerhardt, socio director de la consultora de sostenibilidad Kaapora Finance, y autor del libro.
Pero para que esto sea visible tiene que haber una clara comunicación. O al menos así lo plantean los latinoamericanos en la encuesta. Un 43 % dice que la claridad en relación a la política de inversión del banco es fundamental, más que cualquier otro componente. En otras palabras, estadísticas claras valen más que un posteo de marketing en Instagram.
Esto es particularmente importante en una época donde la práctica de greenwashing es continua. Este concepto, profundizado en esta nota de RED/ACCIÓN, se refiere a cuando las empresas usan el compromiso con el ambiente como una estrategia de marketing sin que estas preocupaciones se tengan verdaderamente en cuenta en sus actividades o modo de producción.
Un claro ejemplo de esta estrategia se destacó en un artículo de Greenpeace, en donde pese a estar alejada del ámbito bancario, la empresa francesa Total Energies logró posicionarse como uno de los principales patrocinadores del Mundial de Rugby 2023. Esta asociación le permitió vincular su marca con valores altamente positivos como la solidaridad, la integridad y la pasión, creando una imagen pública favorable.
Sin embargo, este movimiento también sirvió para desviar la atención del público de las actividades principales de la compañía, como son la explotación excesiva de combustibles fósiles, poniendo de manifiesto una estrategia de distracción respecto a sus prácticas ambientales cuestionables.
